Sierra de Aracena - Entre dehesas, alcornoques y castaños
near Aracena, Andalucía (España)
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Itinerary description
Ruta por el corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, tierra de las delicias ibéricas de bellota, entre dehesas verdes de encinas, castaños y alcornoques.
Muy bonita vuelta por la Sierra de Aracena por veredas, caminos y sendas ancestrales. Pasando por Aracena, Galaroza, Castaño del Robledo, Alájar y Linares. Sin tocar finca privada por el camino, y evitando el asfalto. En gran modo, es una combinación de otras rutas, intentando sacar lo mejor de cada una.
Contexto histórico de la comarca: Romanos y fenicios y pasaban por estas tierras, siendo los musulmanes en fundar las aldeas, muchas de ellas por las cercanas minas de minerales. Los pueblos de esta ruta dependían de Aracena. En 1640, Aracena y sus aldeas quedan bajo el dominio del conde-duque de Olivares. Con la caída del valido, Aracena, Galaroza, Alájar, Castaño del Robledo y Linares conforman el llamado Principado de Aracena, formando parte del Condado de Altamira. Pueblos que se separan de Aracena en el siglo XVIII.
Punto de salida es el emblemático pueblo de Aracena, y centro de la comarca.
Desde el barrio de la Tenerías subimos al castillo de Aracena, opción para quien quiera. Primero por un camino bien preparado, y los últimos metros por una senda empinada.
Bajamos desde el castillo y pasando por el Cabildo Viejo y el centro del pueblo, salimos hacia norte pasando por el polígono donde cogemos la Vereda de Sevilla que seguiremos durante un buen trecho.
El camino nos lleva en un constante sube y baja por preciosas dehesas, alcornoques recién cosechados y castaños. Muy bonito el juego de colores en otoño. Con algunos tramos un poco más difíciles. Así pasamos por el cortijo de Bañuelos, el cortijo de la Cerca Nueva. Después pasamos por las cumbres de La Dehesa antes de llegar a Galaroza (km 19).
Pasamos por este característico pueblo, con su fuente de los 12 caños. Bajando por sus estrechas calles al final entre dos edificios encontramos el antiguo camino por un bonito bosque de robles que lleva a Jabugo y Castaño del Robledo.
Seguimos siempre al lado del Río Múrtiga y luego subimos al bonito pueblo de Castaño del Robledo. Lo único en este día que no colaboró era el tiempo. Lloviendo a cantaros llegamos al pueblo ya mojados hasta los huesos por la borrasca Beatríz. Seguramente el peor día del año. Pero el recorrido y los paisajes lo recompensan hasta así.
Por el camino nos encontramos con muchos animales de estas tierras cultivadas: ovejas, caballos, perros, cabras, cerdos ibéricos, todos buscando refugio de la lluvia (no muy frecuente).
Pasado el pueblo seguimos por estas sendas históricas rumbo a Alájar. A pesar del agua, o justamente por él, los paisajes parecen míticos de cuentos de brujas y hadas. La senda, bastante técnica y en subida hasta el km 28 y luego en bajada nos lleva a la conocida Peña de Arias Montano con su santuario a la Virgen, la Reina de los Ángeles.
El lugar debe su nombre a Benito Arias Montano. No era un personaje cualquiera. Además de bibliotecario de Felipe II, era un alquimista y eremita que solicitó permiso para regresar a Alájar para que pudiera perfeccionar sus ya avanzadas prácticas esotéricas. La peña parece de tener un tipo de magnetismo alto. ¡Curioso!
No nos detenemos mucho y bajamos por el viejo camino al bonito pueblo de Alájar, uno de los pocos pueblos de origen religioso y no económico-militar.
Salimos del pueblo y al lado del Barranco del Hoyo subimos al Puerto de Linares con tramos de camino con placas de piedra. Algo durillo en subida. Una vez llegado al Puerto bajaremos por el camino, siguiendo el Barranco del Valle de la Palma, siempre dentro de un denso bosque de robles y alcornoques. Llegamos al emblemático pueblo de origen árabe.
Linares siempre era aldea perteneciendo a Aracena, pero separándose, pasando a ser villa en 1754. Pasamos al lado de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Saliendo del pueblo seguimos 800 m por la carretera (el único tramo de asfalto fuera de lo urbano), subimos unos 200 m de desnivel siempre por caminos y sendas en un entorno fantástico, que al final nos llevan al punto de salida: Aracena.
Cambiándonos y ya en ropa seca, disfrutamos de un buen almuerzo en base de cerdo ibérico de bellota, típico de la zona, para luego visitar la impresionante Gruta de la Maravillas de Aracena. ¡Su visita realmente merece la pena!
En resumen, es una ruta por paisajes preciosos entre dehesas con cerdos ibéricos, encinas, castaños y alcornoques. Técnicamente en general moderada con tramos realmente difíciles por piedras en subida y bajada. Sorprende que a pesar de ser tierra cultivada no hay que pasar por fincas privadas ni por carreteras.
¡A pedalear y explorar!
Muy bonita vuelta por la Sierra de Aracena por veredas, caminos y sendas ancestrales. Pasando por Aracena, Galaroza, Castaño del Robledo, Alájar y Linares. Sin tocar finca privada por el camino, y evitando el asfalto. En gran modo, es una combinación de otras rutas, intentando sacar lo mejor de cada una.
Contexto histórico de la comarca: Romanos y fenicios y pasaban por estas tierras, siendo los musulmanes en fundar las aldeas, muchas de ellas por las cercanas minas de minerales. Los pueblos de esta ruta dependían de Aracena. En 1640, Aracena y sus aldeas quedan bajo el dominio del conde-duque de Olivares. Con la caída del valido, Aracena, Galaroza, Alájar, Castaño del Robledo y Linares conforman el llamado Principado de Aracena, formando parte del Condado de Altamira. Pueblos que se separan de Aracena en el siglo XVIII.
Punto de salida es el emblemático pueblo de Aracena, y centro de la comarca.
Desde el barrio de la Tenerías subimos al castillo de Aracena, opción para quien quiera. Primero por un camino bien preparado, y los últimos metros por una senda empinada.
Bajamos desde el castillo y pasando por el Cabildo Viejo y el centro del pueblo, salimos hacia norte pasando por el polígono donde cogemos la Vereda de Sevilla que seguiremos durante un buen trecho.
El camino nos lleva en un constante sube y baja por preciosas dehesas, alcornoques recién cosechados y castaños. Muy bonito el juego de colores en otoño. Con algunos tramos un poco más difíciles. Así pasamos por el cortijo de Bañuelos, el cortijo de la Cerca Nueva. Después pasamos por las cumbres de La Dehesa antes de llegar a Galaroza (km 19).
Pasamos por este característico pueblo, con su fuente de los 12 caños. Bajando por sus estrechas calles al final entre dos edificios encontramos el antiguo camino por un bonito bosque de robles que lleva a Jabugo y Castaño del Robledo.
Seguimos siempre al lado del Río Múrtiga y luego subimos al bonito pueblo de Castaño del Robledo. Lo único en este día que no colaboró era el tiempo. Lloviendo a cantaros llegamos al pueblo ya mojados hasta los huesos por la borrasca Beatríz. Seguramente el peor día del año. Pero el recorrido y los paisajes lo recompensan hasta así.
Por el camino nos encontramos con muchos animales de estas tierras cultivadas: ovejas, caballos, perros, cabras, cerdos ibéricos, todos buscando refugio de la lluvia (no muy frecuente).
Pasado el pueblo seguimos por estas sendas históricas rumbo a Alájar. A pesar del agua, o justamente por él, los paisajes parecen míticos de cuentos de brujas y hadas. La senda, bastante técnica y en subida hasta el km 28 y luego en bajada nos lleva a la conocida Peña de Arias Montano con su santuario a la Virgen, la Reina de los Ángeles.
El lugar debe su nombre a Benito Arias Montano. No era un personaje cualquiera. Además de bibliotecario de Felipe II, era un alquimista y eremita que solicitó permiso para regresar a Alájar para que pudiera perfeccionar sus ya avanzadas prácticas esotéricas. La peña parece de tener un tipo de magnetismo alto. ¡Curioso!
No nos detenemos mucho y bajamos por el viejo camino al bonito pueblo de Alájar, uno de los pocos pueblos de origen religioso y no económico-militar.
Salimos del pueblo y al lado del Barranco del Hoyo subimos al Puerto de Linares con tramos de camino con placas de piedra. Algo durillo en subida. Una vez llegado al Puerto bajaremos por el camino, siguiendo el Barranco del Valle de la Palma, siempre dentro de un denso bosque de robles y alcornoques. Llegamos al emblemático pueblo de origen árabe.
Linares siempre era aldea perteneciendo a Aracena, pero separándose, pasando a ser villa en 1754. Pasamos al lado de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Saliendo del pueblo seguimos 800 m por la carretera (el único tramo de asfalto fuera de lo urbano), subimos unos 200 m de desnivel siempre por caminos y sendas en un entorno fantástico, que al final nos llevan al punto de salida: Aracena.
Cambiándonos y ya en ropa seca, disfrutamos de un buen almuerzo en base de cerdo ibérico de bellota, típico de la zona, para luego visitar la impresionante Gruta de la Maravillas de Aracena. ¡Su visita realmente merece la pena!
En resumen, es una ruta por paisajes preciosos entre dehesas con cerdos ibéricos, encinas, castaños y alcornoques. Técnicamente en general moderada con tramos realmente difíciles por piedras en subida y bajada. Sorprende que a pesar de ser tierra cultivada no hay que pasar por fincas privadas ni por carreteras.
¡A pedalear y explorar!
Waypoints
Comments (1)
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Jope esta si que tiene una pinta brutal ,esta parece durilla jjjjj
Se ve que cayó agua ,para darle más poderío a la ruta
Bueno veo que tienes buen ojo para las rutas .
Un saludete