50KM. SIERRA ESPUÑA. LA SALVAJE EN SUBIDA. POZO MANGUETA. LA PERDIZ. CASA LEYVA. DURA Y GRATIFICANTE

Hemos vuelto a Sierra Espuña... como si fuese ayer cuando estuvimos la última vez e igual que la primera ocasión que allí fuimos. Esto de hoy ha sido una ruta, otra ruta más pero cuando cada día que despiertas es un día nuevo por vivir, un día por disfrutar, todo es nuevo. Súmale la experiencia y la veteranía, con algo de memoria y poca conciencia, lo que se viene a denominar algo de inconsciencia. La conclusión es que hoy, hoy puede ser un gran día.
Ruta corta, intensa y con sorpresas, como no, ¿es que alguna vez hemos salido sin sorpresa?. Los 35 kilómetros serían finalmente 40, el desnivel serían los 1400 pero el inicio no serían las mil curvas, sería un trazado que hicimos la última vez en bajada y que hacia arriba es simplemente alucinante, un poco más sucio pero no menos interesante que las mil curvas, posiblemente mejor.
El segundo plato es LA SALVAJE que nos propusimos hacer en sentido contrario, inverso, cuesta arriba vamos.... y como no, otra alucinante experiencia donde poder tirar de fuerzas, batería, técnica y un poco de cabeza loca para afrontar el desnivel, las rocas, los escalones y las raices. No nos vamos a engañar, un par de tramos puntuales con la piedra suelta nos harían abandonar nuestras monturas y descabalgar para sentir el peso de una bicicleta eléctrica en todo su ser y sentido, pero bueno, cosas peores yo me se y por ello, palos a gusto no duelen.
Y tras la SALVAJE y algo más de remonte nos esperaba la senda del POZO MANGUETA, recordada años atrás con la rígida y ahora con la caballería pesada cambia el escenario. No por ello y evitando males mayores, pasos a pie puntales porque la mezcla de pendiente, piedra, tubería y matorral tiene un final que ya me conozco de sobra.
Tras ello, combinaciones de sendas conocidas y tramos nuevos, como no y final de ruta sanos y salvos, contentos, orgullosos, cansados pero gratificados.
Sin lugar a dudas y como quiera que la ruta tiene su miga, mejor eléctrica, fuerza, técnica y ganas de pasarlo bien sin importar pateos puntuales.
Creo que ahora si, se cierra un ciclo de rutas en SIERRA ESPUÑA con esta perla envenenada y terminamos casi como comenzamos, evolucionados y contentos de ver que la vida nos trata bien, porque vivir y además vivir con alegría es algo que no tiene precio.
La mañana termina, nos espera el mediodía, la tarde y la noche con los que más queremos, todo está por comenzar.
Hoy ha sido otro gran día de bicicleta.