El Tiempo Se Detuvo. Buceo de Superficie. Playas Grande, Sisiguaka y Monoguaka. Taganga, Magdalena. Marzo de 2024
near Pescadito, Magdalena (Republic of Colombia)
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Trail photos
Itinerary description
<< ¿Cómo puedo hacer para que el tiempo se detenga? >>, le había preguntado al gran señor, orgulloso de su prístina atmósfera que le daba su avanzada edad y su gorra del ejército rojo, a quien conocí en esa pagoda del Palacio de Verano, en la distante Beijing. De su respuesta, recuerdo su humilde y segura sonrisa, mientras mirando al lacustre horizonte, me dio una monosilábica respuesta << 嘆 (suspiro) >> y un tanto decepcionado por lo que me contestó, le dije, rompiendo con mi arrogancia, ese instante, que todos lo hacíamos; me miró defraudado, justo antes que me pidiera con sus manos y sus ojos, que me fuera, sin haber yo entendido mucho.
Cuando se hace buceo en superficie, se debe controlar muy bien el respirar y a pocos días y miles de kilómetros después de haber querido saber esa respuesta, sin lograrlo con el señor mayor, entendí y le agradecí, desde un hemisferio opuesto al suyo, aunque teniendo más la certeza, que presentimiento, que él sabía, que tarde o temprano, yo iba a comprender su breve y extraña respuesta y lástima que fue tarde, porque me hubiera gustado, en ese momento al conocerle, un frío y habitual en los chinos << 不用谢 (No es necesario) >>, luego de un gracias de mi parte.
Por aquel entonces, mis ganas de vencer miedos, sintiéndome el rey del mundo regresando de China, me llevaron a hacer buceo de superficie, sin saber nadar en lo absoluto, por mi terror a sumergirme en el agua y ahogarme. En aquel año, en las playas de Santa Marta, lo intenté y lo había logrado, con ese ánimo que me daba la máxima de entonces de un << Nada es imposible >> y así fue como podía conocer el mundo submarino y estar rodeado de agua, sintiéndome en otro mundo.
Mi padre me decía mientras me hacía reiniciar cualquier cosa que yo hacía mal << Se hace bien o no se hace, mijito >> y allí entendí lo que ese abuelo chino, decepcionado por no captar su respuesta, me quería decir. Si no se respira bien, no se puede atender bien, sin atender bien, no se puede contemplar bien y si no se contempla bien, el tiempo, mi tiempo presente, no se detiene.
Aquí casi diez años después y un poco más al norte de aquella playa donde nadé por primera vez, estoy en el mejor lugar en el que he estado para bucear. La claridad del agua, los peces, cangrejos y pulpos, que se sienten observados al flotar entre ellos, el color cambiante de los corales que reflejan magníficamente la luz solar que atraviesa el agua salada, me hacen sentir toda la energía marina, esa que me hace respirar y exhalar hondo, como antesala a este teatro turquesa del iluminado fondo del mar, para que así el tiempo se detenga, el presente. Allí comprendo que, al alcanzar el hábito de suspirar, con la certeza de hacerlo lo mejor posible y sin pensar en nada más, flotaba en un lugar en donde el reloj detenía su pálpito, donde volaba y huía el miedo. Flotar en el presente y contemplar.
Cuando se hace buceo en superficie, se debe controlar muy bien el respirar y a pocos días y miles de kilómetros después de haber querido saber esa respuesta, sin lograrlo con el señor mayor, entendí y le agradecí, desde un hemisferio opuesto al suyo, aunque teniendo más la certeza, que presentimiento, que él sabía, que tarde o temprano, yo iba a comprender su breve y extraña respuesta y lástima que fue tarde, porque me hubiera gustado, en ese momento al conocerle, un frío y habitual en los chinos << 不用谢 (No es necesario) >>, luego de un gracias de mi parte.
Por aquel entonces, mis ganas de vencer miedos, sintiéndome el rey del mundo regresando de China, me llevaron a hacer buceo de superficie, sin saber nadar en lo absoluto, por mi terror a sumergirme en el agua y ahogarme. En aquel año, en las playas de Santa Marta, lo intenté y lo había logrado, con ese ánimo que me daba la máxima de entonces de un << Nada es imposible >> y así fue como podía conocer el mundo submarino y estar rodeado de agua, sintiéndome en otro mundo.
Mi padre me decía mientras me hacía reiniciar cualquier cosa que yo hacía mal << Se hace bien o no se hace, mijito >> y allí entendí lo que ese abuelo chino, decepcionado por no captar su respuesta, me quería decir. Si no se respira bien, no se puede atender bien, sin atender bien, no se puede contemplar bien y si no se contempla bien, el tiempo, mi tiempo presente, no se detiene.
Aquí casi diez años después y un poco más al norte de aquella playa donde nadé por primera vez, estoy en el mejor lugar en el que he estado para bucear. La claridad del agua, los peces, cangrejos y pulpos, que se sienten observados al flotar entre ellos, el color cambiante de los corales que reflejan magníficamente la luz solar que atraviesa el agua salada, me hacen sentir toda la energía marina, esa que me hace respirar y exhalar hondo, como antesala a este teatro turquesa del iluminado fondo del mar, para que así el tiempo se detenga, el presente. Allí comprendo que, al alcanzar el hábito de suspirar, con la certeza de hacerlo lo mejor posible y sin pensar en nada más, flotaba en un lugar en donde el reloj detenía su pálpito, donde volaba y huía el miedo. Flotar en el presente y contemplar.
Waypoints
Beach
0 ft
Playa Grande
Comments (2)
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Buena actividad para disfrutar de la grandeza de Dios, otro mundo debajo del agua, felicitaciones mi hermano por esas bonitas imágenes.
Gracias Óscar, es como volar, precisamente en otro mundo muy distinto y no se siente nada que sostenga al cuerpo y eso es lo que hace que el tiempo se detenga, hasta que uno salga a superficie y recupere aire. Algunas imágenes las tuve que tomar de internet porque los vídeos y las fotos en su mayoría no enfocaron bien, pero son los mismos peces de las imágenes. Algunas sí las he tomado.