Un Día de Retos. Desde Barbosa a Santa Sofía y Día 23 de 30 Días en Bicicleta. Santander y Boyacá, Abril de 2023
near Barbosa, Santander (Republic of Colombia)
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Trail photos
Itinerary description
A veces es bueno romper la soledad y compartir con amigos, lo que nos une y alegra la vida. Mi primo, el Profesor Darley y yo, llegamos a Barbosa, donde iniciaría la travesía, junto a decenas más de ciclistas de Santander y Boyacá, para alcanzar a la bella Santa Sofía, en un ascenso que costaba, pero se coronaba con clorofiladas y bellas joyas montañosas.
Con él hemos tenido la idea de salir a pedalear de nuevo después de mucho sin hacerlo juntos. Él es un campeón nato y ejemplo de resiliencia pues había sufrido una caída desde un tercer piso que casi lo deja en una silla o peor aún, sin vida, pero allí estaba pedaleando con sus diez años más de edad que yo y con un ritmo que provoca terremotos en las piernas y en la voluntad.
Luego de la partida inicial, logramos disfrutar de un camino muy difícil y hemos llegado con buen tiempo a la meta, en un pueblito entrañable, que ha sido escenario de momentos muy agradables en el teatro del buen pasado con mi padre o haber sido uno de tantos parajes que me han acogido en aquel primer viaje en bicicleta, hace bastantes años ya.
Cumplido el reto y regresando a casa también en bicicleta, junto al buen profe y a varios amigos coterráneos, he logrado cumplir con el vigesimotercer día del reto de Treinta Días en Bicicleta, que este año sí o sí tenía que vencer, para saciar esa sed provocada por la frustración o impotencia de no cumplirme a mí mismo hasta ahora con ello. Es que no pueden ser más absurdas las razones por las que no lo terminaba en años anteriores; el asqueroso chantaje de alguien que me pedía que me quedase con ella, (nueve días); el haberlo aplazado para horas de la noche el día treinta, porque supuestamente estaba cansado del trabajo y al sentarme en el sofá, despierto a las dos de la mañana sin poder dormir esa noche más por la rabia (veintinueve días), o el año anterior en el que después de mi primer viaje al Cocuy, no pude continuar por un malestar estomacal, que me deja el no poder resistirme ante una delicia caducada, que me sedujo, tal cual como me pasaba con ciertos personajes, que me dejaban como recuerdo algo peor que una diarrea (dieciocho días), aunque de eso se tratan estos retos, para ajustar esa desvencijada voluntad y falta de carácter.
A rodar la vida como dijo Fito alguna vez en sus tonadas alegres de años de juventud y vencerse a sí mismo, porque ya es hora de darle paso a una voluntad resiliente y más viva.
Con él hemos tenido la idea de salir a pedalear de nuevo después de mucho sin hacerlo juntos. Él es un campeón nato y ejemplo de resiliencia pues había sufrido una caída desde un tercer piso que casi lo deja en una silla o peor aún, sin vida, pero allí estaba pedaleando con sus diez años más de edad que yo y con un ritmo que provoca terremotos en las piernas y en la voluntad.
Luego de la partida inicial, logramos disfrutar de un camino muy difícil y hemos llegado con buen tiempo a la meta, en un pueblito entrañable, que ha sido escenario de momentos muy agradables en el teatro del buen pasado con mi padre o haber sido uno de tantos parajes que me han acogido en aquel primer viaje en bicicleta, hace bastantes años ya.
Cumplido el reto y regresando a casa también en bicicleta, junto al buen profe y a varios amigos coterráneos, he logrado cumplir con el vigesimotercer día del reto de Treinta Días en Bicicleta, que este año sí o sí tenía que vencer, para saciar esa sed provocada por la frustración o impotencia de no cumplirme a mí mismo hasta ahora con ello. Es que no pueden ser más absurdas las razones por las que no lo terminaba en años anteriores; el asqueroso chantaje de alguien que me pedía que me quedase con ella, (nueve días); el haberlo aplazado para horas de la noche el día treinta, porque supuestamente estaba cansado del trabajo y al sentarme en el sofá, despierto a las dos de la mañana sin poder dormir esa noche más por la rabia (veintinueve días), o el año anterior en el que después de mi primer viaje al Cocuy, no pude continuar por un malestar estomacal, que me deja el no poder resistirme ante una delicia caducada, que me sedujo, tal cual como me pasaba con ciertos personajes, que me dejaban como recuerdo algo peor que una diarrea (dieciocho días), aunque de eso se tratan estos retos, para ajustar esa desvencijada voluntad y falta de carácter.
A rodar la vida como dijo Fito alguna vez en sus tonadas alegres de años de juventud y vencerse a sí mismo, porque ya es hora de darle paso a una voluntad resiliente y más viva.
Waypoints
Intersection
7,341 ft
Desvío al Obelisco, Últimos Kilómetros
Aquí ya muchos pensaban rendirse, por el fuerte sol y no estar acostumbrados y un amigo de ellos me ha tomado una foto, mientras pasaba de largo.
Comments (2)
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Muy buen ascenso con ese formidable grupo, apenas para finalizar el reto propuesto, felicitaciones mi amigo, muy buen recorrido.
Es una ruta muy sencilla, muy habitual, pero con ese punto especial de estar cumpliendo ya veintitrés días, de aquel reto que no es tan fácil como parece. Me decía un amigo que para mí era como soplar botellas porque a mí me gusta la bicicleta y yo le respondí que si a uno le gusta el pollo, no es muy fácil comerlo por todo un mes, sin cambiar de plato. Gracias amigo por la valoración.