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La Lora, El Embalse del Ebro, El Cañón del Ebro y Las Merindades

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Trail stats

Distance
129.44 mi
Elevation gain
8,343 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
8,343 ft
Max elevation
3,532 ft
TrailRank 
32
Min elevation
1,906 ft
Trail type
Loop
Time
8 hours 28 minutes
Coordinates
26877
Uploaded
August 21, 2022
Recorded
August 2022
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near Covanera, Castilla y León (España)

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Itinerary description

Ya estoy de nuevo por aquí, para compartir una de mis aventuras sobre la bici de carretera. En esta ocasión no hemos tenido la necesidad de desplazarnos muy lejos, ya que la salida es desde el pueblo de Covanera, un lugar situado en la N-623 a 50 kilómetros de la capital burgalesa y que está enclavado en el bonito paraje del Valle del Rudrón, donde podemos contemplar sus aguas, ahora en verano tranquilas, y donde, dando un bello paseo por la orilla del río, se puede visitar el enclave del Pozo Azul, un lugar bellísimo y cargado de misterio. Merece la pena una visita a toda esta zona y no hay que olvidarse de los pueblos aledaños como por ejemplo Tubilla del Agua o Valdelateja entre otros.

Sin más dilación nos ponemos a ello.
Nos encontramos con la típica mañana burgalesa. La temperatura es fresca y debemos de ir provisionados con algo de ropa de abrigo aún sabiendo que será por tiempo limitado debido al aumento de las temperaturas. Covanera, al estar enclavado en un valle y donde el río Rudrón es fiel escudero, hace que la temperatura matinal sea fresca y húmeda.
Nos ponemos en marcha en dirección a Santander rodando tranquilamente hasta San Felices del Rudrón. 3 kilómetros de calentamiento para abandonar la N-623 y hacer un giro a la izquierda para comenzar así nuestra primera subida del día, Las Trapas. La subida tiene 9 kilómetros de longitud con un porcentaje medio por debajo del 4% y ganando así 330 metros positivos. Dicha subida la vamos a dividir en dos partes muy bien diferenciadas. La primera; la que tiene más pendiente de ascensión y donde vamos ganando altura considerablemente sobre el valle. Este tramo tiene una longitud de 3 kilómetros y que, poco después de pasar un mirador bien señalizado, la pendiente suaviza por completo llegando a tener un pequeño descenso. Cuidado con la doble curva y con visibilidad nula porque nos puede traer algún susto con los vehículos que puedan venir en sentido contrario.
Desde este punto comienza la segunda parte de la ascensión con 5 kilómetros y mucho más tendida que la primera parte alcanzando así un porcentaje medio inferior al 5%. Poco después llegamos a Sargentes de la Lora donde nos encontramos con el Museo del Petróleo y donde se ve una bomba de extracción de crudo.

Avanzamos rápido y pronto giramos a la derecha. Cuando vamos rodando por el páramo nos envuelve una niebla espesa. Pronto llegamos al Observatorio Astronómico de Cantabria, que está situado en lo alto de la montaña. Desde aquí hay unas vistas inmejorables de todo el valle del Ebro, pero hoy no es el día para poder parar a contemplar esta belleza ya que, como ya he dicho, la niebla nos impide ver más allá de nuestras narices.
La bajada que tenemos ante nosotros es especacular. Una bajada rápida que en sus primeros kilómetros tiene varias curvas hasta llegar a una bien cerrada y donde descendemos por rampas del 17%. Es desde esta curva de herradura donde la bicicleta se desboca en un tramo recto alcanzando así los 90 kilómetros por hora. Ahora os daré el briconsejo del día; hay que tener especial cuidado con el aire que suele ser racheado y casi siempre golpea de lado. Lo digo porque al alcanzar velocidades muy elevadas dicho aire nos puede desestabilizar y hacernos caer al suelo con lo duro que está.

Una vez concluido el descenso, giramos a la izquierda y posteriormente llegamos a la localidad cántabra de Polientes. Al pasar por su travesía hay que pararse en el semáforo siempre y cuando esté en rojo. Digo esto porque todavía hay algún cafre que cuando se monta en la bici se le olvida las normas de circulación.
Desde Polientes empezamos a rodar con tranquilidad por carretera S-614 durante al menos 10 kilómetros hasta que cogemos un desvío a la derecha por la S-272. Desde este punto, seguimos rodando por un buen asfalto al menos por otros 10 kilómetros y donde progresivamente comienza a ponerse el terreno en formato ascendente. Es a partir de que nos volvemos a desviar a la derecha donde, ahora si, la pendiente se pone más dura. Por delante tenemos un pequeña subida de 5 kilómetros con un porcentaje medio del 3,5% y que, en su descenso, nos hace pasar por en Santuario de Montesclaros.

Al salir de esta carretera, volvemos a girar a la derecha y pasamos por la localidad de Arroyo, donde podemos empezar a contemplar la magnitud del Embalse del Ebro y por dende se encuentran las compuertas que Dan libertad al agua y que bañan toda la ribera del río Ebro.
Comenzamos a coger ritmo con el embalse a modo de vigilante incansable y dejando atrás la provincia de Cantabria, volvemos a entrar a territorio burgalés por la localidad de Arija, muy conocida por la gente que hace deportes de agua beneficiándose del aire, como por ejemplo, el Kitesurf.
Vamos por la BU-642 hasta Herbosa, donde giramos a la derecha para pasar por Arnedo y llegar hasta Montejo de Bricia. Desde este punto y hasta llegar a la siguiente localidad, Ruanales, tenemos el peor asfalto de toda la jornada. Se encuentra en un estado bastante de abandono con muchos agujeros y con mucha grava suelta. Una vez que pasamos Ruanales, el asfalto mejora considerablemente y nos deja disfrutar de lo que nos queda de bajada con varias curvas cerradas.

De nuevo nos encontramos en tierras cántabras y vamos avanzando cómodamente hasta llegar a Ruerrero donde, en la rotonda, tenemos que virar hacia la izquierda. El aire nos vuelve a golpear de cara y decidimos pasar a relevos cortos para no calentarnos demasiado que todavía queda mucho. Vamos por una carretera ancha hasta que volvemos a llegar a la provincia de Burgos donde, se nota el cambio de carretera debido a que disminuye considerablemente el ancho de la carretera y ha dejado de existir la señalización horizontal.
El primer núcleo urbano burgalés que nos encontramos es el famoso pueblo de Orbaneja del Castillo. Donde nada más llegar nos recibe que su inmensa cascada, ahora con poca agua y donde se agolpa un sinfín de gente. Recomiendo su visita y perderse por sus calles llenas de magia e historia. Además, si tienen oportunidad, pueden hacer una visita guiada a la cueva por donde mana el Arroyo que da tanta belleza al pueblo y que lo hace tan característico. Las visitas a este lugar sólo se pueden hacer en verano, debido a la crecida considerable que sufre el arroyo. En invierno, el ruido de la cascada, es ensordecedor. Aunque los habitantes estarán más que acostumbrados, igual que lo estarán a los atascos en verano en la carretera y, pese a los esfuerzos del ayuntamiento por habilitar aparcamientos, año tras año sigue ocurriendo. Sólo me queda decir que los turistas no pueden subir con el coche al pueblo, es exclusivo sólo para residentes.

Después de una breve parada para hacer una buena instantánea , seguimos nuestro camino con el objetivo de parar en el siguiente pueblo, Escalada, y buscar así una fuente. La verdad que nos costó un poco dar con ella ya que tuvimos que preguntar a una persona. Para ello tuvimos que descender por la calle principal del pueblo hasta llegar a un puente donde tenemos que desviarnos a la izquierda y poco después vemos la fuente. Una zona muy apta para hacer una breve parada a reponer aua y energías aunque como todo lo bueno se acaba, poco dura nuestra dicha y debemos de seguir dando pedales.

Volvemos a la carretera N-623 y comenzamos a subir por una zona que especialmente me encanta ya que vamos ganando altura y hacemos dos curvas en herradura muy amplias y en donde se visualiza la gran magnitud del valle del Ebro y todas sus montañas escarpadas. A este tramo de nacional lo ennegrece; la mala conservación de la carretera con una gran cantidad de grietas y agujeros, y la densidad alta de tráfico. Menos mal que no es mucho tiempo lo que debemos de estar por aquí porque pronto tenemos que coger un desvío a la derecha, eso sí, sin dejar de subir y alcanzando en algún punto rampas del 12%. Una vez terminado el fuerte repecho comenzamos a rodar en ligero descenso hasta que llega la verdadera bajada. Debo de hacer hincapié en que se debe de extremar la precaución porque la carretera es bastante estrecha y hay curvas cerradas con visibilidad nula. Hacer especial mención a el mirador del cañón de Ebro que nos encontramos en la mitad de la bajada. El descenso termina al llegar a Pesquera de Ebro, donde se acumula bastante gente por la travesía.

Una vez pasamos el puente sobre el rí Ebro, el cual, llevamos bastante tiempo rodando cerca de él, llegamos a un cruce por el que debemos de seguir recto. Es desde este punto donde empezamos nuestra siguiente subida, el Puerto de la Eme. Ante nosotros tenemos un puerto muy conocido de esta zona de la provincia de Burgos. Son 7 kilómetros de subida donde debemos de salvar casi 400 metros de desnivel con un porcentaje medio poco más del 5%. Además, tenemos 3 curvas en herradura que son las causantes de que a este Puerto se Le haya puesto el nombre de la Eme ya que, si se ve en un mapa, se parece a esta consonante invertida hacia la derecha. A falta de dos kilómetros para coronar, tenemos un ligero descansillo para coger aire. En una subida donde el calor sofocante puede hacer estragos y en invierno todo lo contrario, ya que nos podemos encontrar con placas de hielo casi en su totalidad.
Una vez terminada la subida tenemos terrenos fácil que nos hace pasar por Dobro y a continuación salimos a la carretera autonómica CL-629, donde giramos a la izquierda y poco después comenzamos a descender el Puerto de La Mazorra. Cabe destacar las curvas de herradura que nos encontramos en el descenso y, al finalizar la bajada, en la zona de curvas, unos porcentajes que alcanzan el 12%. El aire, una vez más, nos pude jugar una mala pasada. Suele ser bastante fuerte y racheado, el cual, nos puede hacer que perdamos el equilibrio sobre todo donde se encuentras las curvas ya mencionadas.
Concluido el descenso, decidimos hacer un pequeño alto en nuestra aventura y parar en Valdenoceda, es la hora de comer,

Con las pilas cargadas, volvemos sobre nuestras monturas para atravesar el desfiladero de los hocinos. Una zona preciosa para ir con la bici y disfrutar de todo. Así llegamos a Incinillas, donde giramos a la izquierda para adentrarnos en el valle de Manzanedo. Terrenos bastante cómodo y favorable para ir rodando hasta que llegamos a un giro bastante cerrado a la izquierda y posteriormente pasamos por una pasarela sobre el río Ebro.
Nos encontramos en la pequeña localidad de Manzanedillo y a continuación llegamos a Cidad de Ebro donde debemos de volver a cruzar el río por otra pasarela de igual similitud a la anterior.
Desde el siguiente giro a la izquierda comenzamos nuestra siguiente subida a el Alto de Ailanes, con algo más de 3 kilómetros y un desnivel algo superior a 200 metros. En su primer kilómetro nos encontraremos con una zona donde la rampa llega a alcanzar el 17%, pero es por unos metros. Luego, cuando se sale a otra carretera diferente, la subida es bastante constante rondando el 5% de pendiente y que nos llega a pasar por San Miguel de Cornezuelo.
Una vez que llegamos arriba, giramos a la izquierda para rodar y adentrarnos en el valle de Zamanzas. La bajada nos lleva hasta Villanueva Rampalay, donde hay que mencionar el puente medieval sobre el río.

Nosotros continuamos nuestro camino y comenzamos un ligero ascenso que nos lleva a continuación a comenzar la subida a el Alto del Escalerón. Última subida del día con 4 kilómetros y una pendiente media de más del 6%. en sus primeros metros pasamos por Gallejones y aún así debemos de ascender cerca de los 300 metros. Una vez arriba bajamos hasta llegar nuevamente la N-623.
Desde este punto, toca volver en dirección a Burgos hasta donde tenemos nuestro vehículo que recuerdo que lo habíamos dejado en Covanera.
Por esta carretera debemos de ir descendiendo hasta llegar a Quintanilla Escalada, pero el asfalto está muy parcheado y con agujeros y grietas, lo cual, hacen una bajada tediosa y que te llena de rabia por el estado tan deplorable que tiene. Una vez pasado Quintanilla de Escalada, mejora sustancialmente y desde este punto, ahora si, sólo queda poner la directa y rodar co las fuerzas que te queden hasta llegar a nuestro punto de partida y dar así por finalizado nuestra aventura de hoy.

Nos vemos en la siguiente!!!!

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