Carretera. Tardobispo, Entrala, El Perdigón, Cazurra, Casaseca de las Chanas, Gema, Moraleja del Vino, Zamora.

Necesitaba salir. Desde el miércoles no había podido y mi cabeza tenía que oxigenarse un poco. Aun así me costó vencer la pereza de ir solo (y a la hora de la siesta que nunca me echo). Según Windy.com, el viento iba a soplar del sureste, así que intenté que la vuelta fuera con el viento a favor (creo que no lo he conseguido del todo, porque durante bastante rato lo he tenido de cara o ligeramente en contra, aunque hay que decir que era foljo, no de estos que te hacen desesperar). Salí por el puente de piedra, y en la última rotonda de San Frontis me di cuenta de que no llevaba cámara de repuesto (pero los tubeless apenas pinchan ¿no?). A continuación más rotondas para llegar al polígono de los llanos y otra más para coger la carretera de Tardobispo, a donde llegué sin problemas y donde me acordé de que tampoco había cogido el móvil... Pasado el pueblo giré a la izquierda por los toboganes que llevan hasta Entrala y después al Perdigón (con mi caraja habitual, me tuve que parar a consultar el mapa del GPS porque dudaba del camino a seguir). Tras pasar Cazurra y Casaseca de las Chanas me acerqué hasta Gema por variar un poco. Y es curioso, porque el otro día en la tienda (Biciduero) me hablaba Dani (el dueño) de las bicis de gravel (bicis de carretera con frenos de disco y ruedas más gordas, que te permiten ir por asfalto y por caminos de grava -de ahí el nombre-) que son ideales para las llanuras como la nuestra. Digo que es curioso, porque gracias a los impresentables de la Diputación, pude ir desde Gema hasta la carretera de Moraleja por una mezcla de asfalto desintegrado, tierra, grava, barro, socavones... y así pensar en lo necesaria que sería una bici de gravel por allí (porque está claro que asfaltar esos 4,5 km. no se les pasa por la cabeza). En fin. El caso es que llegué a la ZA610, atravesé Moraleja del Vino y entré en Zamora por Pinilla. Doce kilómetros de firme en buen estado. La contrapartida, el tráfico. Mucho. En Zamora ya solo quedaba el puente de piedra de nuevo y trascastillo. Para casa. Hoy me he divertido, lo reconozco.