Carretera: Tardobispo, Entrala, El Perdigón, Casaseca de Campeán, Corrales del Vino, Santa Clara de Avedillo, Jambrina, Gema, C

Como hoy me tocaba salir solo, he aprovechado para hacer la sesión de entrenamiento que me proponía Garmin. No os doy detalles más allá de que tenía que hacer cinco repeticiones de 2 minutos en la zona 5 y luego recuperar 30 minutos en la zona 2. Inicié el asunto saliendo por los Llanos hacia Tardobispo, girando a la izquierda en dirección a Entrala y acabando en el Perdigón. No es el terreno más propicio para llevar un control del esfuerzo, porque está lleno de subidas y bajadas y a veces cuesta controlar para rodar en el intervalo de potencia que toca. A pesar de ello, enseguida cumplí con el objetivo previsto, puesto que a partir de El Perdigón ya tenía que dedicarme a recuperar durante 30 minutos. Y también allí tuve que parar para saber qué carretera me tocaba coger si quería llegar a Casaseca de Campeán (Sergio me hubiera protestado un buen rato por mi desorientación). Los kilómetros que vendrían a continuación son los más difíciles del recorrido, porque incluyen cuatro subidas de cierta enjundia. Me gustaron en especial las dos que hay antes de Santa Clara de Avedillo, con una pendiente continua (y asfalto decente). Como en teoría no podía pasarme de esfuerzo, me tocaba pedalear muuy despacio, así que solo recorrí 10 kilometritos en esa media hora. Tras pasar Corrales (no os he dicho que tuve que parar en Casaseca de Campeán para buscar la carretera, porque es un secreto) y antes de terminar la tercera de esas cuatro subidas que os digo, acabó el entrenamiento. Tenía la opción de llamar a casa para que me vinieran a buscar para cumplir a rajatabla, o seguir pedaleando a mi libre albedrío: pulsé 2. En el kilómetro 29,5 me paré por última vez para asegurarme de estar en el camino correcto (lo estaba) y disfruté del regreso. Al igual que para M.Rajoy en el caso Gürtel todo es falso salvo alguna cosa, en mi regreso todo era bajada salvo algún repecho. Por eso llegué muy cómodamente a Jambrina, luego a Gema y después a Casaseca de las Chanas. El tramo siguiente hasta Moraleja del Vino fue un poco más desagradable por los baches, pero también se pasó en un santiamén. Y de Moraleja hasta Zamora vine todavía mejor, con terreno favorable y viento de espalda (parecía un ciclista de verdad). El único inconveniente de ese tramo es que tiene mucho tráfico. Y ya en la capital, me di un paseíto por Trascastillo y para casa. Contento. Un ruta algo diferente que guardaré (en Strava, porque mi cabeza tiene el disco duro estropeado de serie).