Carretera. Almaraz, Valdeperdices, Andavías, Montamarta, San Cebrían y Piedrahíta de castro, Moreruela de los Infanzones, Cubil

Pues otra vez de estreno. Ya llevaba tiempo barruntando la compra de una bici de carretera, y por fin me he decidido después de mirar el mercado de segunda mano. Al final la elegida es una Giant TCR Advanced 2 -lo siento, los nombres no los pongo yo-. Básicamente tiene un cuadro de carbono, unos componentes que funcionan de lujo (Shimano 105) y unas ruedas muy básicas pero que tienen la enorme ventaja de venir tubelizadas de serie (eso es maravilloso). Ahora os cuento, pero lo que sí me parece es que la relación calidad-precio es muy buena (es nueva, pero del año 2018, por eso estaba rebajada). La he comprado en North Bike Sport (en La Bañeza), un trato de diez. Si vais a comprar una bici echad un vistazo o hablad con ellos porque da gusto. Y ahora ya a la ruta. Era la primera salida con la Nave (como decía mi Fary) y quería hacer una tirada más larga y con algo de dificultad. Elegí por eso salir por la carretera de Almaraz. Enseguida me di cuenta de la diferencia con mi antigua BH Vento. El rodaje es muuuy suave y la bici es muchísimo más rígida (en la otra se notaba cómo flexaba alguna pieza al hacer fuerza -posiblemente la horquilla-). Y ya si nos ponemos a comparar los cambios... no hay color. He pasado de saltar los piñones de dos en dos y de no poder poner el plato pequeño o el piñón grande, a cambiar de manera silenciosa y precisa gracias a Shimano. Una pasada. De camino a Almaraz me resultó relativamente sencillo subir hasta el pueblo, buscando ir con más cadencia y menos 'atrancado' tal y como me obligaba mi vieja máquina, y eso se ha traducido en más velocidad y mejores tiempos en las subidas. Después de llegar al pueblo, la cosa es bastante fácil. Se baja hasta el Arroyo de Joyalada y se vuelve a subir. Es una subida corta pero potente, y de nuevo ahí he conseguido mi mejor tiempo (tiempos ridículos respecto a los mejores, pero dignos para mí). Lo siguiente es pasar por Valdeperdices (con rebaño de ovejas incluido) y acercarme hasta Andavías tras unos cuantos repechos sin novedad. Siguiente parada: Montamarta. Todo bien, salvo que me quedaba sin agua. Así que tras una parada infructuosa en la gasolinera (agua no tratada), me llenaron el bidón en el restaurante Rosa Mari y seguí mi camino subiendo la cuesta (nuevo mejor tiempo, gracias a la machina) y por San Cebrián de Castro para emprender el regreso. Me quedaban aproximadamente 30 km. y empezaba a notarme algo cansado, pero lo peor es que el viento soplaba ligeramente en contra (poco, pero suficiente para estorbar cuando las fuerzas empiezan a fallar). Seguí al ritmo que podía hasta que en Moreruela de los Infanzones tuve que parar a tomar un gel. Me sentó como un tiro porque lo único que conseguí fue que me revolviese el estómago. En cualquier caso, solo quedaba el repecho antes de pasar por Cubillos y después 10 km. en su mayoría de bajada hasta Zamora. Todo había transcurrido más o menos según lo previsto (incluso un poco mejor en la primera parte), así que llegué a casa cansado pero muy contento con la bici y el recorrido. Ahora solo falta que yo esté a la altura.