339. LA N-247. DE CASCAIS A PENICHE (CABO DE ROCA, SINTRA Y ERICEIRA).

Un road trip, un viaje de carretera, siempre está lleno de sorpresas. Porque aunque sigamos una carretera de principio a fin, ya sea la N-II en Portugal o la Ruta 66 en Estados Unidos, nuestra experiencia no se limitará nunca a ese concreto trayecto, Será mucho más: lugares, personas o situaciones que nos salen al paso. Puede decirse que el viaje nos busca a nosotros.

La N-247 recorre algunos de los lugares más conocidos de Portugal (Cascais, Sintra) y también algunos de los más pintorescos (Cabo de Roca, península de Peniche). Pero es algo más, es un contacto con la vida portuguesa, con los veraneantes de agosto. Y todo en un año que el Covid alejó a los foráneos del pais. La carretera, los montes y las playas se reservaban a los portugueses, y a algunos de nosotros que amamos el país. En pleno mes de agosto el tráfico es intenso en tramos del recorrido, mientras en otros no encontraremos solos.

Iniciamos el recorrido en la rotonda donde viene a morir la N-6, y comienza la N-247. Estamos en el centro de Cascais, y los primeros pasos nos permiten ver lujosas villas junto al mar. Desde el siglo XVIII atrajo a la clase alta portuguesa, cuando fue elegida por la familia real como lugar de veraneo.

Al poco entramos en un entorno más natural, con las Dunas de Oitavos, coronadas por el Faro do Cabo Raso. La Carretera sigue serpenteando por las estribaciones del Parque de Sintra – Cascais, y nos desviamos para ir a uno de los alicientes del día: el Cabo de Roca. Este es el faro más occidental de Europa. A el nos lleva un desvío, con una carretera en vertiginoso descenso. Una explanada, un acantilado y el inmenso mar. Y la frase de Camoens que nos indica que es el punto donde acaba la tierra y empieza el mar.

De regreso a la N-247, nos alejamos de la costa para dirigirnos a Sintra. En el camino, vemos unas vías de tren paralelas a la carretera, por las que con sorpresa vemos aparecer un viejo tranvía. Es el que une Sintra con la Playa das Macas. Una joya de hace más de 100 años, en esta ciudad Sintra, con un entorno patrimonio de la humanidad, que merece una tranquila visita. El Palacio da Pena, el Castillo de los Moros, justificará un detenido alto en el camino.

Ahora la carretera discurre por paisajes menos montañosos, y nos acercamos de nuevo al mar, que alcanzamos en Ericeira. Aquí tenderemos un bello tramo de costa, con playas para practicar el surf.

Hay que reconocer que el último tramo de carretera no dispone de los alicientes de los primeros kilómetros. Es difícil competir con algunos de los mayores alicientes que tiene Portugal. En contrapartida, la conducción es tranquila, y prácticamente sin darnos cuenta nos deja en Peniche. Se trata de una península de apenas 10 kilómetros de perímetro. De agitada historia, como lo muestran sus murallas, hoy es centro vacacional, y de practicantes de surf. Además es el punto de partida para visitar las Islas Berlengas, de las que nos ocupamos en otra entrada.

Y aquí acaba nuestro viaje. Podemos hacerlo en una mañana, o dedicarle varios días, Recorreremos lugares conocidos, y tendremos sorpresas por el camino. La N-247 nos espera.
OTRA RUTA EN COCHE EN PORTUGAL: 305. LA RUTA N-2. 738 KILOMETROS DE CHAVES A FARO. LA RUTA 66 PORTUGUESA.