Erg Chebbi
near Ksebt An-Namous, Drâa-Tafilalet (Morocco)
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Trail photos
Itinerary description
Hemos estado comiendo en Merzouga, en casa de la familia de Mohamed, que más que un guía, ya se ha convertido en nuestro compañero de viaje. Su madre nos ha preparado un delicioso cuscús del que damos cuenta en compañía de Khadija, la hermana pequeña de Moha.
Después de comer, la madre nos enseña orgullosa sus cabras y el par de carneros que tienen con vistas a la fiesta del cordero (Eid al Adha, en árabe).
Nos despedimos de ella y de Khadija agradeciéndoles su hospitalidad y nos dirigimos en el Toyota 4x4 de Moha hacia Dar Gnaoua Bambara, donde una banda de músicos estuvo tocando ritmos bereberes con sus tambores, castañuelas metálicas y banjo.
Una manera inmejorable de preparar nuestra excursión en dromedario hasta nuestra jaima en el Milky Way Desert Camp.
Estamos junto al encargado del campamento, Mohamed también, que llevará nuestras maletas hasta la jaima en su 4x4. Está claro que somos unos bereberes de plástico, de postín, pero la experiencia merece la pena. Nuestro guía espera junto a sus cuatro camellos. Nos despedimos de Moha y nos subimos a nuestros camellos, que van avanzando dóciles entre las primeras dunas de Erg Chebbi, en el desierto del Sahara.
Las vistas que dejamos atrás con la mezquita del Ksar Tanamouste de fondo, son para enmarcar. El atardecer se acerca mientras los dromedarios van cubriendo los casi 4 kilómetros que nos separan de nuestro campamento.
A nuestra izquierda, Lala Merzourga, la duna más alta de este espacio desértico, se alza imponente sobre las demás. Para ver el atardecer, nosotros escalamos la más alta que vimos en las inmediaciones de donde paró nuestro guía. Nuestro guía escribió un 7 en la arena y fue su forma de decirnos que desapareciésemos del mapa hasta esa hora...
No hay palabras para expresar la belleza del paisaje que nos ofrece este pedazo del Sahara. Cuando el sol empieza a ocultarse entre las montañas, el silencio lo domina todo. Tratamos de hacer unas fotos que estén a la altura de la belleza del paisaje y nos decidimos a volver en pos de nuestro guía y de sus nobles bestias.
Queda poco más de medio kilómetro para llegar a nuestro campamento. Allí nos recibe Ibrahim, quien nos enseña nuestra jaima y la tienda donde han montado el comedor que hace también las veces de sala de fiestas para bailar al son de los ritmos bereberes...
Después de cena, toca echarse unas buenas risas con los guías y el personal del campamento. Buena gente estos bereberes. Amables, hospitalarios pero también un poco sinvergüenzas.
Tanemmirt, amigos, y hasta siempre Erg Chebbi.
Después de comer, la madre nos enseña orgullosa sus cabras y el par de carneros que tienen con vistas a la fiesta del cordero (Eid al Adha, en árabe).
Nos despedimos de ella y de Khadija agradeciéndoles su hospitalidad y nos dirigimos en el Toyota 4x4 de Moha hacia Dar Gnaoua Bambara, donde una banda de músicos estuvo tocando ritmos bereberes con sus tambores, castañuelas metálicas y banjo.
Una manera inmejorable de preparar nuestra excursión en dromedario hasta nuestra jaima en el Milky Way Desert Camp.
Estamos junto al encargado del campamento, Mohamed también, que llevará nuestras maletas hasta la jaima en su 4x4. Está claro que somos unos bereberes de plástico, de postín, pero la experiencia merece la pena. Nuestro guía espera junto a sus cuatro camellos. Nos despedimos de Moha y nos subimos a nuestros camellos, que van avanzando dóciles entre las primeras dunas de Erg Chebbi, en el desierto del Sahara.
Las vistas que dejamos atrás con la mezquita del Ksar Tanamouste de fondo, son para enmarcar. El atardecer se acerca mientras los dromedarios van cubriendo los casi 4 kilómetros que nos separan de nuestro campamento.
A nuestra izquierda, Lala Merzourga, la duna más alta de este espacio desértico, se alza imponente sobre las demás. Para ver el atardecer, nosotros escalamos la más alta que vimos en las inmediaciones de donde paró nuestro guía. Nuestro guía escribió un 7 en la arena y fue su forma de decirnos que desapareciésemos del mapa hasta esa hora...
No hay palabras para expresar la belleza del paisaje que nos ofrece este pedazo del Sahara. Cuando el sol empieza a ocultarse entre las montañas, el silencio lo domina todo. Tratamos de hacer unas fotos que estén a la altura de la belleza del paisaje y nos decidimos a volver en pos de nuestro guía y de sus nobles bestias.
Queda poco más de medio kilómetro para llegar a nuestro campamento. Allí nos recibe Ibrahim, quien nos enseña nuestra jaima y la tienda donde han montado el comedor que hace también las veces de sala de fiestas para bailar al son de los ritmos bereberes...
Después de cena, toca echarse unas buenas risas con los guías y el personal del campamento. Buena gente estos bereberes. Amables, hospitalarios pero también un poco sinvergüenzas.
Tanemmirt, amigos, y hasta siempre Erg Chebbi.
Waypoints
Photo
2,445 ft
Foto
Comments (1)
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Máquina, ¿es la primera vez en el desierto?
Ten cuidadin que engancha, repetirás casi seguro.
Yo llevo 4 años sin ir y estoy como loco por que llegue abril para volver a sentir esa “magia” parece mentira como te atrapa la naturaleza en todas sus formas y colores
Un abrazo amigo