Ñawikuna Cotopaxi, Guerrero Cotopaxi. Ecuador, Octubre de 2022
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Author
Trail stats
- Distance
- 24.03 mi
- Elevation gain
- 2,864 ft
- Technical difficulty
- Difficult
- Elevation loss
- 3,173 ft
- Max elevation
- 12,741 ft
- TrailRank
-
62
5
- Min elevation
- 10,296 ft
- Trail type
- One Way
- Time
- 23 hours 28 minutes
- Coordinates
- 5171
- Uploaded
- December 5, 2023
- Recorded
- October 2022
near Hacienda San Joaquín, Cotopaxi (Ecuador)
Viewed 59 times, downloaded 0 times
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Itinerary description
Gran y poderoso guerrero Cotopaxi, no soy digno de admirar tu imponencia, ni que por hacer presencia ante mis ojos mortales que sucumben en lágrimas a vientos, heladas, destinos remotos y emociones humanas, te despojes de tus túnicas de blanca y espesa nube, solo para brindar un rasgo extenso de esperanza a quien hoy tiene la fortuna de visitarte.
Más de un siglo llevabas dormido y en estos tiempos, cuando visito estas tierras del sur, intentas poner fin a tu extenso letargo de décadas que para ti serían míseros y efímeros minutos. La noticia corre como pólvora y ante un inminente grito que sangrando incandescente, borra todo verdor a su paso para dar más vida con los cortos años, donde ahora todo reverdece, mientras en bandada de tu boca salen monumentales columnas de ceniza que tiñen el azul del cielo andino con un gris aterrador, como presagio del oscuro y necesario caos que todo lo transforma, y crea, ante aquella voz que a miles de leguas es sentida y hace que todos quienes estén cerca, se alejen de tus dominios para salvar la vida que les queda entre sus manos; pues yo me acerco a tus pies, sin poder admirar tu oscuro ser y tus blancas cabelleras que se lucen en lo alto como sosteniendo el mismo firmamento y aun así me acerco.
Es mi deber postrarme ante tu presencia, ante tu historia de una batalla perdida con tu hermano Chimborazo, por el amor de la bella wambra Tungurahua que ruge, no por el vencedor, sino por quien fue derrotado. Es mi condición resignante que admira al caído, a quien ha perdido la batalla, pero ganó el corazón. Quien estando lejos de ella, más lejos que quien la posee prisionera, la une con su sentir y sabe que el tiempo será justo y todo será como debe ser, aunque también espera que el fin de los tiempos y de la historia no sea justo y jamás esté ella en sus brazos. Oh gran guerrero Cotopaxi, resistes con el tiempo y sobrellevas este letargo, este gran sueño de siglos, mientras tomas fuerza para morir con dignidad, no sin antes haber dado la última lucha.
Aquel guardaparques me ha contado tu historia, como forma decente de cerrarme las puertas del parque y el porqué no puedo entrar a tus dominios para saludar tu inmensidad, o presenciar tu grandeza, cuando eres bañado por el oro matutino del gran Inti creador y destructor. Menos podré estar a tus pies o si quiera cerca, para regocijarme y refrescar mi alma con la oireza de tus nieves, sin importar cuan lejos venga desde el norte. Creo que yo también soy guerrero, llevo otro tipo de luchas, pero batallo igual y algo en la mirada se reflejó cuando al guardaparques le he pedido por última vez que me deje entrar al parque nacional. Me ha puesto condiciones, dormir a no menos de cinco kilómetros de tu cumbre, salir muy temprano en la mañana, te vea o no, estar atento al rugir de la tierra y a la hora que sea, salir de allí y buscar partes altas, si escucho tu gran voz y sobre todo, si la alerta cambia a naranja, dejar el lugar sin tardanza, abandonando incluso mi refugio a la hora que sea, previo aviso de los guardaparques, que sin descanso te observan y esperan tus órdenes.
Allí he pasado una de las noches más frías y trepidantes de mi existencia, viendo como poco a poco te despojas de esos ropajes y mostrando con la primera luz del alba, toda tu magnificencia. No hubo tiempo de dormir y me abrigué con la paciencia, pues ni todos mis abrigos bastaban. Con aquellas escarchas gélidas de la mañana que hicieron constelaciones en la arena, alzo mi cabeza al cielo y ahí estás. Allí punja Cotopaxi mashi. Gracias por mostrarte ante estos pobres y efímeros ojos mortales, ante esta alma vagabunda que, viniendo de lejos, se siente viva y promete nunca más beber del amargo pasado. Minchacaman Cotopaxi, canto mientras millares de altos pinos, me escoltan cuando de ti me alejo, yendo aún más al sur a visitar a tus hermanos, al compás de las lágrimas de mis pobres ojos mortales.
Ñawi punchawmi, awqa kasqa jatun ñawi Cotopaxi, mana kani yanapaqmi ñawi k'anchapi, ni qamunmi wakchaqpi qamun kani, kutiyniykiwanmi.
Ñawiy punchawmi, watayta imaynanmi, munaypaq tukuy kani, ñawiyan ñawiykunapi ñawi k'anchapi.
Mana yanapaqmi sapa watapi, imayna wañuytaqaqmi kani, imayna watapataqaqmi.
Másipi, qhipanmi sapa siglo kasqanmiyan kani, watapataqaqmi ñawi k'anchapi. Ñawi yanapaqmiqa, kutiyniykunapiqa.
Ñawiyanmi, churiy pasakunata, chaskiyan pasakunataqa.
Ñawi punchawmi, jatun ñawi Cotopaxi, yachaniyki chaskiyanmi, warmiyanmi, atiyaywanmi. Ñawi yanapaqmiqa, tutayyanpiqa.
Ñawi punchawmi, chaymiykita warmiqaqa, Tungurahua.
Ñawi yanapaqmiqa, tinku kani, huk warmiqaqa, huk killaqaqa.
Ñawiyanmi, yachaypaqmi, inti ñawiqaqa. Ñawi yanapaqmiqa, mana kani ñawi k'anchapiqaqa.
Jatun ñawi Cotopaxi, mana kani ñawi k'anchapiqaqa, yanapaqqaqaqa. Tinku kani, tukuy uywakunapaqmiqaqa.
Guardaparkaqaqa, chaypi wakchaqqaqa. Ñawi yanapaqmiqa, huk killaqaqa.
Ñawi punchawmiqaqa, chaymiykita warmiqaqa, Tungurahuaqaqa, tinku kani, huk warmiqaqa, huk killaqaqa.
Ñawiyanmi, yachaypaqmi, inti ñawiqaqa. Ñawi yanapaqmiqa, mana kani ñawi k'anchapiqaqa.
Minchaqaqa, qayakuykunapiqaqa, inti ñawiqaqa, chaskiyanmiqaqa.
Guardaparkaqaqa, ñawiyanmi, imaynata kasqa, qaniykiqaqa. Ñawiyanmi, tinku kani, tukuy uywakunapaqmiqaqa.
Wasiqaqaqa, sumaq kani, inti ñawiqaqa, kutichiykunapaqmiqaqa. Ñawiyanmi, tutayyanpiqaqa.
Menospi, tutayyanmiqaqa, ñawi yanapaqmiqaqa.
Ñawi punchawmiqaqa, chaymiykita warmiqaqa, Tungurahuaqaqa, tinku kani, huk warmiqaqa, huk killaqaqa.
Creoqaqa, ñawiyanmi, tukuy takiy pasakunataqa.
Guardaparkaqaqa, kondorqamqiqtaqaqa, ñawiyanmi, munan kaniqa huk takiy pasakunataqa.
Ñawi punchawmiqaqa, tukuy takiy pasakunataqa, sumaqmi ñawi k'anchapiqaqa, yanapaqqaqaqa.
Minchaqaqa, huk ñawi k'anchapiqaqa, ñawiyanmi, tutayyanmiqaqa, tutayyanpiqaqa.
Ñawi yanapaqmiqaqa, tutayyanpiqaqa.
Kaniyki, ñawiyanmiqaqa, ñawi k'anchapiqaqa, yanapaqqaqaqa.
Tukuy yanapaqmiqaqa, ñawiyanmiqaqa. Sulpay, ñawiyanmiqaqa, jatun ñawi Cotopaxi mashi, munan kaniqaqa, allinmi kaniqaqa, inti ñawiqaqa.
Ñawiyanmiqaqa, atiyayki, tukuy kaniqaqa, jatun ñawi Cotopaxi mashi, yanapaqqaqa.
Sulpay, ñawiyanmiqaqa, jatun ñawi Cotopaxi mashi, munan kaniqaqa, allinmi kaniqaqa, inti ñawiqaqa.
Más de un siglo llevabas dormido y en estos tiempos, cuando visito estas tierras del sur, intentas poner fin a tu extenso letargo de décadas que para ti serían míseros y efímeros minutos. La noticia corre como pólvora y ante un inminente grito que sangrando incandescente, borra todo verdor a su paso para dar más vida con los cortos años, donde ahora todo reverdece, mientras en bandada de tu boca salen monumentales columnas de ceniza que tiñen el azul del cielo andino con un gris aterrador, como presagio del oscuro y necesario caos que todo lo transforma, y crea, ante aquella voz que a miles de leguas es sentida y hace que todos quienes estén cerca, se alejen de tus dominios para salvar la vida que les queda entre sus manos; pues yo me acerco a tus pies, sin poder admirar tu oscuro ser y tus blancas cabelleras que se lucen en lo alto como sosteniendo el mismo firmamento y aun así me acerco.
Es mi deber postrarme ante tu presencia, ante tu historia de una batalla perdida con tu hermano Chimborazo, por el amor de la bella wambra Tungurahua que ruge, no por el vencedor, sino por quien fue derrotado. Es mi condición resignante que admira al caído, a quien ha perdido la batalla, pero ganó el corazón. Quien estando lejos de ella, más lejos que quien la posee prisionera, la une con su sentir y sabe que el tiempo será justo y todo será como debe ser, aunque también espera que el fin de los tiempos y de la historia no sea justo y jamás esté ella en sus brazos. Oh gran guerrero Cotopaxi, resistes con el tiempo y sobrellevas este letargo, este gran sueño de siglos, mientras tomas fuerza para morir con dignidad, no sin antes haber dado la última lucha.
Aquel guardaparques me ha contado tu historia, como forma decente de cerrarme las puertas del parque y el porqué no puedo entrar a tus dominios para saludar tu inmensidad, o presenciar tu grandeza, cuando eres bañado por el oro matutino del gran Inti creador y destructor. Menos podré estar a tus pies o si quiera cerca, para regocijarme y refrescar mi alma con la oireza de tus nieves, sin importar cuan lejos venga desde el norte. Creo que yo también soy guerrero, llevo otro tipo de luchas, pero batallo igual y algo en la mirada se reflejó cuando al guardaparques le he pedido por última vez que me deje entrar al parque nacional. Me ha puesto condiciones, dormir a no menos de cinco kilómetros de tu cumbre, salir muy temprano en la mañana, te vea o no, estar atento al rugir de la tierra y a la hora que sea, salir de allí y buscar partes altas, si escucho tu gran voz y sobre todo, si la alerta cambia a naranja, dejar el lugar sin tardanza, abandonando incluso mi refugio a la hora que sea, previo aviso de los guardaparques, que sin descanso te observan y esperan tus órdenes.
Allí he pasado una de las noches más frías y trepidantes de mi existencia, viendo como poco a poco te despojas de esos ropajes y mostrando con la primera luz del alba, toda tu magnificencia. No hubo tiempo de dormir y me abrigué con la paciencia, pues ni todos mis abrigos bastaban. Con aquellas escarchas gélidas de la mañana que hicieron constelaciones en la arena, alzo mi cabeza al cielo y ahí estás. Allí punja Cotopaxi mashi. Gracias por mostrarte ante estos pobres y efímeros ojos mortales, ante esta alma vagabunda que, viniendo de lejos, se siente viva y promete nunca más beber del amargo pasado. Minchacaman Cotopaxi, canto mientras millares de altos pinos, me escoltan cuando de ti me alejo, yendo aún más al sur a visitar a tus hermanos, al compás de las lágrimas de mis pobres ojos mortales.
Ñawi punchawmi, awqa kasqa jatun ñawi Cotopaxi, mana kani yanapaqmi ñawi k'anchapi, ni qamunmi wakchaqpi qamun kani, kutiyniykiwanmi.
Ñawiy punchawmi, watayta imaynanmi, munaypaq tukuy kani, ñawiyan ñawiykunapi ñawi k'anchapi.
Mana yanapaqmi sapa watapi, imayna wañuytaqaqmi kani, imayna watapataqaqmi.
Másipi, qhipanmi sapa siglo kasqanmiyan kani, watapataqaqmi ñawi k'anchapi. Ñawi yanapaqmiqa, kutiyniykunapiqa.
Ñawiyanmi, churiy pasakunata, chaskiyan pasakunataqa.
Ñawi punchawmi, jatun ñawi Cotopaxi, yachaniyki chaskiyanmi, warmiyanmi, atiyaywanmi. Ñawi yanapaqmiqa, tutayyanpiqa.
Ñawi punchawmi, chaymiykita warmiqaqa, Tungurahua.
Ñawi yanapaqmiqa, tinku kani, huk warmiqaqa, huk killaqaqa.
Ñawiyanmi, yachaypaqmi, inti ñawiqaqa. Ñawi yanapaqmiqa, mana kani ñawi k'anchapiqaqa.
Jatun ñawi Cotopaxi, mana kani ñawi k'anchapiqaqa, yanapaqqaqaqa. Tinku kani, tukuy uywakunapaqmiqaqa.
Guardaparkaqaqa, chaypi wakchaqqaqa. Ñawi yanapaqmiqa, huk killaqaqa.
Ñawi punchawmiqaqa, chaymiykita warmiqaqa, Tungurahuaqaqa, tinku kani, huk warmiqaqa, huk killaqaqa.
Ñawiyanmi, yachaypaqmi, inti ñawiqaqa. Ñawi yanapaqmiqa, mana kani ñawi k'anchapiqaqa.
Minchaqaqa, qayakuykunapiqaqa, inti ñawiqaqa, chaskiyanmiqaqa.
Guardaparkaqaqa, ñawiyanmi, imaynata kasqa, qaniykiqaqa. Ñawiyanmi, tinku kani, tukuy uywakunapaqmiqaqa.
Wasiqaqaqa, sumaq kani, inti ñawiqaqa, kutichiykunapaqmiqaqa. Ñawiyanmi, tutayyanpiqaqa.
Menospi, tutayyanmiqaqa, ñawi yanapaqmiqaqa.
Ñawi punchawmiqaqa, chaymiykita warmiqaqa, Tungurahuaqaqa, tinku kani, huk warmiqaqa, huk killaqaqa.
Creoqaqa, ñawiyanmi, tukuy takiy pasakunataqa.
Guardaparkaqaqa, kondorqamqiqtaqaqa, ñawiyanmi, munan kaniqa huk takiy pasakunataqa.
Ñawi punchawmiqaqa, tukuy takiy pasakunataqa, sumaqmi ñawi k'anchapiqaqa, yanapaqqaqaqa.
Minchaqaqa, huk ñawi k'anchapiqaqa, ñawiyanmi, tutayyanmiqaqa, tutayyanpiqaqa.
Ñawi yanapaqmiqaqa, tutayyanpiqaqa.
Kaniyki, ñawiyanmiqaqa, ñawi k'anchapiqaqa, yanapaqqaqaqa.
Tukuy yanapaqmiqaqa, ñawiyanmiqaqa. Sulpay, ñawiyanmiqaqa, jatun ñawi Cotopaxi mashi, munan kaniqaqa, allinmi kaniqaqa, inti ñawiqaqa.
Ñawiyanmiqaqa, atiyayki, tukuy kaniqaqa, jatun ñawi Cotopaxi mashi, yanapaqqaqa.
Sulpay, ñawiyanmiqaqa, jatun ñawi Cotopaxi mashi, munan kaniqaqa, allinmi kaniqaqa, inti ñawiqaqa.
Waypoints
Waypoint
10,953 ft
Pavement ends
Mountain hut
Campsite
Lake
Comments (4)
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Que hermosura de paisaje y de relato, felicitaciones Mario por ese recorrido, queda uno con ganas de estar allá.
Amigo Alejandro, muchas gracias por tomarse el tiempo de valorar la ruta. Sin duda hay que hacerla. La ruta de los volcanes en Ecuador, junto con la cordillera blanca en Perú, son idílicas y obligatorias para hacer antes de irnos de este mundo, porque en verdad es una explosión de vida y felicidad. Espero algún día poder hacer otra rutica ya sea por aquí o en Antioquia mi hermano. Un fuerte abrazo.
Marius, me devolviste una vida entera con tu aventura por el Cotopaxi. Tus imágenes y descripción me sacaron una sonrisa eterna. Diciembre año 1995, te imaginas ?
Hace exactamente 28 años tuve la oportunidad de estar en Ecuador 🇪🇨, en mis correrías de alta montaña 🏔️, cuando no se usaban los GPS y aprendí una de las cosas que más amo en la vida: navegar por las montañas con mapa, brújula y altímetro, como lo hacían los más antiguos. En ese entonces, intentamos llegar a cuatro (4) cimas, entre ellas el Volcán Cotopaxi (en esa travesía, dic. 1995 y ene. 1996 tuve la fortuna de caminar por las nieves perpetuas del Volcán Chimborazo, Volcán Cotopaxi, Volcsn Tungurahua y Volcán Cayambe).
Al igual que tú, pase algunas de las noches más frías porque no usamos el refugio, muy bonito por cierto pero repleto de europeos y americanos que no dejaban descansar por el murmullo nocturno. Así que decidimos quedarnos en la carpa sobre una capa gruesa de nieve (en ese entonces el presupuesto era poco, je, je y no íbamos a pagar para no descansar con ese bullicio). Y debíamos acampar muy arriba para aclimatarnos y poder emprender la caminata por la nieve hacia la cumbre.
Tiempos aquellos Marius !!!!
Que bonito recordar y sentir de nuevo esos vientos fríos y esa cumbre en cono casi perfecto que lleva uno de los nombres más hermosos que haya leído “Cuello de La Luna”.
Me alegra mucho tu experiencia en ese sitio tan bello. Que lo hayas podido recorrer y lo hayas sentido. Es majestuoso y que bueno que la montaña te dio su permiso para visitarla porque este volcán siempre ha estado activo.
Gracias por compartir.
Gracias por llevarme de vuelta a una de las épocas más intensas de actividad montañera que llevo en el alma.
Sigue recorriendo el mundo y muéstranos toda su belleza.
Un abrazo, Lili
Querida Lili, ahora tu con tu valoración me has llevado a esos tiempos como si te hubiese acompañado. He imaginado todo aquello, desde la pericia al hacer navegación analógica, sin depender de baterías, hasta evitar el refugio por querer dormir mejor. En esta ocasión fui afortunado porque desde Quito ya sabía que el parque estaba absolutamente cerrado para turistas por el nivel de alerta y aún así logré ingresar de manera legal, por haberle mostrado mis fotos al guardaparques y no insistir, sino simplemente mirarle a los ojos y con la expresión, decirle que el volcán no iba a erupcionar esa noche y que el mismo volcán quería que lo viera en la madrugada, porque no quería ser la excepción en esta ruta de volcanes, desde la bella Quilotoa, al imponente Chimborazo y la princesa Tungurahua que ruge a las tres de la mañana y así el Cotopaxi fue el favorito, porque fue el más difícil de admirar.
Muchas gracias por compartirme tu experiencia en este lugar y estando allí, te recordé porque en Medellín me lo contaste. Un fuerte abrazo y que sigan las rutas.