La Gran Hurdana. Etapa 3: La Alberca - Nuñomoral
near La Alberca, Castilla y León (España)
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@pedaleandocaminos
La Gran Hurdana.
Día 3 La Alberca - Las Mestas - Ladrillar - Ríomalo de Abajo - Casares de las Hurdes - Nuñomoral.
Amanece un nuevo día, hoy en uno de los pueblos más bonitos de España, La Alberca. Un pueblo de película, y nunca mejor dicho, por que justo este mismo día estaban en la plaza rodando una película para Netflix. Habrá que estar atentos a la programación. Nada más salir de La Alberca y ya me toca otra vez subir, pero menos mal que son poco más de tres kilómetros hasta alcanzar el Alto del Portillo (1240 m) en donde lo mejor que uno puede hacer es bajarse de la bici y admirar de unas hermosas vistas del Parque Natural de Las Batuecas y Las Hurdes. Comienzo el descenso con una vista de la carretera como una serpiente dibujada sobra la ladera de la montaña. La bajada, después de disfrutar de nueve curvas en herradura, se va introduciendo por un valle cerrado hasta las puertas del Monasterio de Las Batuecas. Sigo mi camino por una carretera que junto al río batuecas me llevará hasta la población de Las Mestas, ya otra vez en Las Hurdes.
Después de reponer fuerzas en las Mestas vuelvo a mi montura para remontar el río ladrillar por una carretera que atraviesa pueblos como Ladrillar o Ríomalo de Arriba, ejemplo de arquitectura tradicional hurdana con sus misteriosas calles de casas construidas con piedras de pizarra. Nada más cruzar el río Ladrillar al salir de Ríomalo, la carretera ya se empina de forma considerable durante tres kilómetros con rampas duras y muy duras. Quedan otros tres kilómetros difíciles pero algo más suaves hasta llegar a el Pico los Carrasco (1,135 m) desde donde puedo admirar la parte de las Hurdes que se extiende bajo mis pies, con los pueblos de Casares de Robledo y Carabusino casi uno encima del otro, y la cantidad de curvas en herradura que ofrece la carretera que atraviesa el Puerto del Robledo. El descenso lo hago con la inmensidad de unos valles regados por las curvas y una sensación de vértigo que ya no perderé hasta llegar a Nuñomoral, donde pongo fin a la jornada de hoy.
La Gran Hurdana.
Día 3 La Alberca - Las Mestas - Ladrillar - Ríomalo de Abajo - Casares de las Hurdes - Nuñomoral.
Amanece un nuevo día, hoy en uno de los pueblos más bonitos de España, La Alberca. Un pueblo de película, y nunca mejor dicho, por que justo este mismo día estaban en la plaza rodando una película para Netflix. Habrá que estar atentos a la programación. Nada más salir de La Alberca y ya me toca otra vez subir, pero menos mal que son poco más de tres kilómetros hasta alcanzar el Alto del Portillo (1240 m) en donde lo mejor que uno puede hacer es bajarse de la bici y admirar de unas hermosas vistas del Parque Natural de Las Batuecas y Las Hurdes. Comienzo el descenso con una vista de la carretera como una serpiente dibujada sobra la ladera de la montaña. La bajada, después de disfrutar de nueve curvas en herradura, se va introduciendo por un valle cerrado hasta las puertas del Monasterio de Las Batuecas. Sigo mi camino por una carretera que junto al río batuecas me llevará hasta la población de Las Mestas, ya otra vez en Las Hurdes.
Después de reponer fuerzas en las Mestas vuelvo a mi montura para remontar el río ladrillar por una carretera que atraviesa pueblos como Ladrillar o Ríomalo de Arriba, ejemplo de arquitectura tradicional hurdana con sus misteriosas calles de casas construidas con piedras de pizarra. Nada más cruzar el río Ladrillar al salir de Ríomalo, la carretera ya se empina de forma considerable durante tres kilómetros con rampas duras y muy duras. Quedan otros tres kilómetros difíciles pero algo más suaves hasta llegar a el Pico los Carrasco (1,135 m) desde donde puedo admirar la parte de las Hurdes que se extiende bajo mis pies, con los pueblos de Casares de Robledo y Carabusino casi uno encima del otro, y la cantidad de curvas en herradura que ofrece la carretera que atraviesa el Puerto del Robledo. El descenso lo hago con la inmensidad de unos valles regados por las curvas y una sensación de vértigo que ya no perderé hasta llegar a Nuñomoral, donde pongo fin a la jornada de hoy.
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