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El Camino del Reencuentro, Laguna San Miguel, La Granja, Chorro la Humareda y La Belleza Santander. Septiembre de 2022

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Author

Trail stats

Distance
37.4 mi
Elevation gain
6,302 ft
Technical difficulty
Difficult
Elevation loss
4,436 ft
Max elevation
9,120 ft
TrailRank 
59 5
Min elevation
5,286 ft
Trail type
One Way
Coordinates
2135
Uploaded
February 23, 2023
Recorded
February 2023
  • Rating

  •   5 1 review

near Puente Nacional, Santander (Republic of Colombia)

Viewed 93 times, downloaded 1 times

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Itinerary description

La Quitaz y los tesoros del cacao están entre ceja y ceja. Emprendo el pedalear hacia donde se duerme el sol, con la emoción de un destino sin algún precedente que recuerde; mas sin saber madrugar como es costumbre y sobre la marcha, cambio mis planes de ir por un camino ya transitado, para tomar uno más fuerte, adornado de duros ascensos, justo antes de alcanzar el rápido y aburrido asfalto, aunque me tome mucho más tiempo del ahorrado. No me equivoco y el camino me lleva a bosques inundados de verdores profundos y óperas de pájaros que, juegan a ser invisibles.

La laguna San Miguel es una increíble sorpresa, que anulaba resquemores de lluvia inminente y nieblas incansables. Se asoma entre un paisaje de pinos y flores, detrás de las cajas atiborradas de tomate a la vera del camino y alegra el paso del viajero que protesta por el oleaje, pero congraciado con estos viejos amigos llamados paisajes y otros que se muestran por primera vez. La repentina razón de cambiar el rumbo a este camino es La Granja y Don Fidelino, quien otrora libró mi espalda de un yugo insufrible en La Pradera y ofreciéndome su sabiduría curativa, años atrás, logró que haya vuelto a caminar en pocas horas. Allí estaba él, tras el saludo de su hija y su esposa quien minutos después me brinda un almuerzo en la plaza del poblado cual amable y honesta bienvenida.

Tras un reencuentro, aplazado por ocho años, después de las penas de la muerte de su mamá, quien cruzó por los cien años, las penurias del Covid en su familia y el escaso trabajo que lo llevaron a laborar en el cementerio del pueblito, aquel mismo, al que mi padre me llevó en una madrugada de décadas atrás, para mostrarme los puertos a lo lejos, que luego lucirían en vestido de gala y lentejuelas, sus luces en el Magdalena, entre la oscuridad. Brindamos por el reencuentro y su afecto y hospitalidad, me cobijaban de esa fría y relampagueante tarde, donde ya sabía que aquel destino planeado, se esfumaba con cada segundo en el reloj, aunque hasta ahora, este viaje cobraba más sentido y se tenía que hacer, para saludarle y encontrar de nuevo a mi gran amigo y alguna vez, salvador.

Anécdotas, abrazos y recuerdos después, nos despedimos y desciendo por una vía escabrosa, enmarcada en los escenarios más increíbles de una tarde ya con afán de marcharse; árboles y ríos de amplia belleza, admirables montañas y un paroxismo de estos escenarios que se abre paso, poco a poco a mi diestra y es el naranja resplandor del sol, copiado por el distante Magdalena, que zigzagueante entre el horizonte, pinta perfectamente los cálidos tonos del astro rey que se despide poco a poco. Simplemente alucinante. Este camino nunca antes emprendido, me revela que en poco tiempo se pasa de las praderas y árboles de un clima frío a bosques húmedos selváticos y a imágenes más propias de tierras cálidas, aunque el frío aún insista en quedarse y envolverme.

La cueva de Berlín sería ignorada por mí, gracias a dos agresivos como el tiempo y los perros, que apelaron a mi desanimo y afán inscrito en que no se me eche la noche encima. Llego con las últimas luces al desvío, a un lugar que sería de lo más mágico de años recientes de encierros y quietud. Una buena mujer que me hablaba de los encantos de La Belleza, su municipio, semanas atrás, insistió en el Chorro La Humareda y allí puse toda mi atención y el restante de mis fuerzas. En una casa tras abandonar la vía principal, insultan mi deseo de llegar a ese lugar a esas tardías horas y me niegan ya con una lluvia hecha realidad, el poder pasar o instalar campamento (les reprocho mentalmente, pero luego les estoy agradecido, por salvarme de un muy duro camino y más peligroso aún con lluvia y cayendo la noche) y es así como devuelvo mis pasos y llego a una tienda para resguardarme de la lluvia y la naciente oscuridad. Allí conocería nuevos amigos y la hospitalidad de quien, a parte de permitir su entrada, como refugio a un viajero, también alegra la espesa noche con sus cantos de guitarra.
Al día siguiente en franca caminata y confiando mi Tata a estas buenas gentes, después de casi toda una mañana atravesando pocos pero duros metros de selva, llego al más espectacular lugar virgen, exudante de naturaleza por doquier y con aquella cascada que cuya voz, se siente a kilómetros y su imponente altura, no merece para nada el nombre de chorro, pero el de Humareda, me hace ver una estrepitosa caída del agua que hace que fuertes vapores, cual humo o niebla enfurecida, dancen por metros a la redonda, y aneguen de orgásmica vida, aquel paraje exuberante de barroca belleza.

Desearía compartir esos lugares, con la presencia, con la oportunidad de caminar y sentir, mas solo me dejas con palabras hacerlo o una simple imagen, vislumbrándolo como utópico e incluso tristemente inapropiado; lo sé. (…) Es así como pongo pies en pedales y al despedirme, voy hacia La Belleza, en donde un campero, que en su techo resguarda a mi Tata, deshace en poco tiempo lo pedaleado en casi un día y por el camino de Florián, regreso a casa, maravillado por los lugares nuevos, que se posaron ante mis ojos y dejando en los pendientes aquella ruta del cacao, que algún día saborearé y seguramente algún día, también, sepa disfrutar contigo, de esta habitual forma o de una manera, felizmente más cercana y presencial, o quizá, nunca. Por ahora, que sea un enigma.

Comments  (3)

  • Photo of Oscar Upegui
    Oscar Upegui Mar 29, 2023

    Una ruta sencillamente espectacular, dónde se disfruta de unos maravillosos paisajes, cómo la cascada la humareda que le hace honor a su nombre con su majestuoso manto de agua pulverizada, gracias Marius por compartir el trazado acompañada de una poética crónica, así que felicitaciones mi amigo por ese fabuloso video.

  • Photo of DXMARIUS
    DXMARIUS Mar 29, 2023

    Estimado compañero de ruta, muchas gracias por apreciar ese lugar, qué se plasma en esta página. Es lo bonito de Wikiloc, en donde uno con el tiempo puede recordar estos lugares y compartirlos con personas especiales como usted. Un abrazo y que sigan las rutas y el disfrute de la bicicleta. Bienvenido siempre por Santander.

  • Photo of Oscar Upegui
    Oscar Upegui Mar 29, 2023

    Muchas gracias Marius, desde que visite estas bella tierras de Santander quede encantado, pues alli se vive, se siente, se disfruta de la naturaleza, de las comidas, de la gente y de sus numerosos destinos.

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