El camino de Rojals

Subida a Rojals por pistas de montaña sin asfaltar, desde l'Espluga de Francolí. Descenso por carretera, con final en Montblanc.
Partiendo de la estación de l'Espluga de Francolí, descendemos por la carretera en dirección al pueblo. Giramos a la izquierda en la primera rotonda y a la derecha en la segunda. Llegamos a una plaza estrecha, donde suele haber bares abiertos.
Tomamos a nuestra izquierda la calle que sube en dirección a la ermita de la Santísima Trinidad. El recorrido está perfectamente señalizado. Seguimos por una pista asfaltada. Al llegar a la altura de un templete circular, la pista toma una curva a la derecha y se introduce en las montañas. Junto a la ermita hay una zona de pícnic. Aquí se acaba el asfalto. Frente a nosotros arranca una pista de grava.
El camino está cerrado con una cadena. La saltamos y comenzamos la subida. Nos esperan ocho kilómetros de ascenso por una pista forestal. Salvo algunas rampas un poco más duras que nos encontraremos al inicio, en general las subidas son moderadas. La pendiente media es del 6%. La pista está en buen estado y puede superarse fácilmente con una bicicleta híbrida o de montaña.
Delante de nosotros se alza la cornisa del pico del Águila. Pasamos por delante de algunas fuentes y refugios de montaña. Por fin, en una curva muy cerrada, en medio de una fuerte subida, nos encontramos con un mirador. Contemplamos una amplia panorámica del valle de la Conca de Barberá y la planicie de Lérida. En primer plano, la Roca de los Frailes Encantados (Roca Tallada) se nos presenta como una curiosa formación natural situada en la ladera, a la que se puede llegar por un sendero.
Continuamos sin desviarnos, por la pista principal. El camino es cómodo. La pista de tierra nos conduce a un cruce con cuatro ramales. Podemos tomar cualquiera de los dos de la derecha. En el siguiente cruce doblamos a la izquierda. En un par de kilómetros llegamos al pequeño núcleo de Rojals, donde saldremos a la pequeña carretera que desciende hasta Montblanc.
Nos detenemos frente a una de las monumentales puertas de entrada a la villa medieval. Vale la pena visitar las murallas, la iglesia gótica, la plaza del ayuntamiento y la Calle Mayor.