Camino Portugués. Etapa 10. Logrosa-Finisterre

Épica hasta el final.
Hoy había una hora de llegada que no se podía superar. Las 14:30, que es cuando cierra la oficina de Correos de Finisterre.
Así que, sí o sí, tenía que estar a esa hora.
Con eso en la cabeza, madrugón con todo preparado y a las 6:30 ya en la bici. Ayer, en la cena con cinco chicas muy majas de Madrid, jugadoras de básquet, decidí que lo mejor era desayunar a los 9 kilómetros de etapa en uno de los pocos bares de la zona.
Salgo de noche, pero de noche. Y al poco de salir me encuentro caminantes, que a esas horas dan más miedo aún.
Voy con mucho cuidado, y más después de lo de ayer. Se intuyen unas vistas bonitas a Negreira, pero solo se pueden ver luces.
El inicio está siendo durillo. Lo esperado, todo de subida. Paro a desayunar y, por fin, tostadas de tomate en condiciones.
Al salir me tengo que poner ya el chubasquero, porque empieza a llover bien.
Esa va a ser la constante en toda la etapa: lluvia, viento y niebla.
El paisaje mola mucho y es muy variado. Bosques cerrados, espacios amplios, campos de maíz, pinos... Lo malo es que, por la niebla, me pierdo las grandes vistas.
De hecho, subo hoy al punto mas alto de este camino.
Mi ritmo no es malo pero la etapa es dura y veo que no me va a sobrar el tiempo. Así que decido no parar a almorzar y comerme la primera barrita de este Camino.
Después de mucho sube y baja, y de un llano por una zona bastante fea con árboles talados, empieza una bajada bastante bestia por un camino de tierra que me deja en Cee. Allí, compro agua en una frutería, y el dueño, majísimo, me regala dos plátanacos.
Ahí empieza lo más duro del día. Son cerca de la una y veo que queda bastante. Me gustaría llegar con tiempo para lavar la bici y meter cosas en la caja de Correos que no vaya a utilizar en los próximos días.
En Corcubión me como una cuesta muy fresca y en Sardineiro decido ir por la general porque voy muy justo de tiempo.
Es muy turístico y hay bastante tráfico. Llegó a Finisterre y casi me da algo cuando me entero de que quedan 2'5 km hasta el faro todo de subida y con mucha niebla.
Aprieto dientes y llegó bastante muerto. Lo he conseguido. Pero como suponía, la niebla deja ver bien poco.
Me hago fotos en el faro y en el mojón 0000 y me voy para el pueblo otra vez. En la bajada casi ni pedaleo y me doy cuenta del mérito de la subida anterior.
Llego a Correos a las 14:10. Ufff, conseguido, pero por poco.
Desmonto la bici con ayuda de la chica de Correos, superamable por cierto, y me despido de ella hasta una próxima aventura, me refiero a la bici, of course.
Mañana bus a Santiago, avión a Madrid y coche a Beas de Segura.
Finalmente han sido diez días de bici, 803 kilómetros y 9.308 de desnivel.
En general, me ha gustado conocer las ciudades más importantes de Portugal, aunque el Camino entre ellas no tiene demasiado encanto. Además, muchos tramos con adoquines.
Lo mejor, del Camino , sin duda, llega cuando se entra en Galicia. Y el Camino de Finisterre, el que más me ha gustado hasta la fecha. Por la variedad de paisajes y porque es el menos masificado.

Desayuno: Alto da Pena.
Comida: Leo's Bar (7).
Alojamiento: Hotel rústico Prado da Viña (9).
Cena: Menú degustación en Lecer. Navajas, zamburiñas y pulpo, con cerve y tarta de queso por 37 euros (9).

Logística general del Camino

Beas de Segura-Madrid, coche.
Madrid-Lisboa, autobús con la bici. Alsa, 69 euros (suplemento bici incluido). Salida 10h, llegada 17:15 (hora portuguesa).
En Finisterre, bici por correos a Valencia 47'50 euros.
Bus Finisterre-Santiago, 7'15 euros, Monbus.
Taxi Estación bus-Aeropuerto Santiago, 23 euros.
Avión Santiago-Madrid, 42'13 euros, Ryanair (comprado el 24 de mayo).
Madrid-Beas de Segura, coche.

Curiosidades portuguesas:

Hay muchas confiteiras, más que bares.
He visto a más de un motociclista, y más de dos, sin casco.
Algunos hoteles tienen una palanquita de SOS en la bañera.
Portugal tiene muchos caminos adoquinados.
Pese a los que me habían dicho, no he notado diferencia entre los conductores españoles y portugueses, son todos igual de peligrosos.