Camino Portugués. Estapa 8. Vigo-Caldas de Reis
near Vigo, Galicia (España)
Viewed 165 times, downloaded 7 times
Trail photos
Itinerary description
Una de las etapas más bonitas que he hecho.
Descansé bien. Eso es fundamental para lo que te espera cada día. La etapa de hoy iba a ser más corta y eso me ha permitido despertarme algo más tarde.
También decidí desayunar a los 17 km. En Redondela. Primeros kilómetros en Vigo algo confusos. Varias opciones y al final me decidí por una intermedia. Primero, trayecto por el Puerto de Vigo y después vía verde que llega hasta Chapela. Allí, tocaba decidir. Empalmar con el camino original que venía por una senda a la que había que acceder pasando general y autopista y después subir un buen trecho; o ir por la general. Por suerte he elegido la primera. Y no ha sido fácil. En el perfil de la etapa se puede intuir el esfuerzo. Brutal las últimas cuestas, una superaba el 20 seguro. Pero ese esfuerzo ha valido la pena. Es uno de los tramos más bonitos por los que he pedaleado. Una camino cómodo con unas vistas brutales a la ría de Vigo y al puente de Rande. Cómo me ha cambiado el humor en cuestión de minutos.
En Redondela desayuno. Por fin una tostada de aceite con tomate. Lo malo es que el tomate me lo han dado en un pequeño envase de esos. Bueno... Poco a poco.
Después, sin prisas, me pongo a rodar y al poco tiempo me topo con el puestecillo de una chica supersimpática (colchonera) en el que sello y a la que compró una concha del camino.
La etapa es preciosa y el siguiente tramo es duro. Subida de rocas que tenía una alternativa de asfalto que no he sabido encontrar. Aunque he tenido que arrastrar la bici más de una vez, ha molado.
Y tras Arcade, cartel de Figueirido, mi apellido. Sabía que estaba por ahí y me iba a desviar para la foto. No ha hecho falta.
Luego el tramo del bosquecillo antes de entrar a Pontevedra. Muy recomendable y parecido al de Porriño.
Pontevedra, pues engorrosa como cualquier ciudad. Aunque no me ha sido difícil orientarme. Foto en Pasarón, of course.
Y los veinte últimos kilómetros, superagradables. Con calor, pero protegido por los fantásticos bosques gallegos.
Y en este tramo he conocido a una simpática familia manchega (los padres con bicis eléctricas y los hijos, de 24 y 20 años, con bicis de propulsión humana) con los que he acabado la etapa en Caldas de Reis a eso de las 14:30.
En resumen, una etapa que ha tenido de todo, hasta bulla con caminantes, jajajaja.
La resumo.
Primero he de decir que con tráfico voy superlento, si el espacio es para una persona me bajo y voy caminando detrás hasta que se ensancha. Y utilizo el timbre solo si es necesario. ¿Cuál es el problema? El de siempre. Que algunos caminantes se creen los dueños del Camino. Y hoy, ya cerca de Compostela, había unos cuantos.
Así que nada, estoy a unos diez de Caldas cuando me topo con cuatro caminantes que iban ocupando todo el ancho del Camino. Me pongo detrás sin agobiar, se abren y cuando paso uno me dice: "de nada".
Y, ¿te acuerdas cuando al de Regreso al futuro le llamaban gallina? Pues eso mismo me ha pasado.
Paro, y digo "¿Cómo dices?", y me dice, "sí, hay que tener educación y decir gracias". Entonces, a pesar del calentón que llevo por dentro, se lo intento explicar con tranquilidad. Y, además, gratis. Le digo que el camino no solo es de caminantes, que es de todos. De los caminantes, de los que van a caballo, y de los que van en bici. Y en los tramos en los que caben perfectamente personas y bicis, como es el caso, los caminantes han de situarse a un lado para que estás puedan pasar.
Y sí alguien tiene que pedir algo, como pasa en la mayoría de los casos, es perdón por parte del caminante que ocupa todo el ancho del camino.
En ese punto se han puesto a reír y han usado un argumento que yo ya les había tumbado, y es que los ciclistas nos creíamos los amos del Camino. En estas, ha llegado el hijo de la familia guay, que les ha intentado explicar lo que es obvio, pero nada. Y hemos tirado para adelante mientras ellos seguían gruñendo como gañanes.
En fin... Son una minoría muy pequeña, pero dan mucho por saco. Y es solo en los últimos kilómetros del Camino. Qué casualidad.
Ah! Y además, eran de Valencia...
Bueno, que esta anécdota gañanil no empañe una fantástica etapa.
Alojamiento. Hotel Sena (8). Con piscina en la que he escrito muy agusto la mitad de esta crónica.
Comida. Hotel Sena (6). Menú correcto de 12 euros
Cena. Mesón Moiño (10). Pulpo buenísimo, cerveza fresca y un bizcocho enorme y riquísimo cortesía de la casa.
Descansé bien. Eso es fundamental para lo que te espera cada día. La etapa de hoy iba a ser más corta y eso me ha permitido despertarme algo más tarde.
También decidí desayunar a los 17 km. En Redondela. Primeros kilómetros en Vigo algo confusos. Varias opciones y al final me decidí por una intermedia. Primero, trayecto por el Puerto de Vigo y después vía verde que llega hasta Chapela. Allí, tocaba decidir. Empalmar con el camino original que venía por una senda a la que había que acceder pasando general y autopista y después subir un buen trecho; o ir por la general. Por suerte he elegido la primera. Y no ha sido fácil. En el perfil de la etapa se puede intuir el esfuerzo. Brutal las últimas cuestas, una superaba el 20 seguro. Pero ese esfuerzo ha valido la pena. Es uno de los tramos más bonitos por los que he pedaleado. Una camino cómodo con unas vistas brutales a la ría de Vigo y al puente de Rande. Cómo me ha cambiado el humor en cuestión de minutos.
En Redondela desayuno. Por fin una tostada de aceite con tomate. Lo malo es que el tomate me lo han dado en un pequeño envase de esos. Bueno... Poco a poco.
Después, sin prisas, me pongo a rodar y al poco tiempo me topo con el puestecillo de una chica supersimpática (colchonera) en el que sello y a la que compró una concha del camino.
La etapa es preciosa y el siguiente tramo es duro. Subida de rocas que tenía una alternativa de asfalto que no he sabido encontrar. Aunque he tenido que arrastrar la bici más de una vez, ha molado.
Y tras Arcade, cartel de Figueirido, mi apellido. Sabía que estaba por ahí y me iba a desviar para la foto. No ha hecho falta.
Luego el tramo del bosquecillo antes de entrar a Pontevedra. Muy recomendable y parecido al de Porriño.
Pontevedra, pues engorrosa como cualquier ciudad. Aunque no me ha sido difícil orientarme. Foto en Pasarón, of course.
Y los veinte últimos kilómetros, superagradables. Con calor, pero protegido por los fantásticos bosques gallegos.
Y en este tramo he conocido a una simpática familia manchega (los padres con bicis eléctricas y los hijos, de 24 y 20 años, con bicis de propulsión humana) con los que he acabado la etapa en Caldas de Reis a eso de las 14:30.
En resumen, una etapa que ha tenido de todo, hasta bulla con caminantes, jajajaja.
La resumo.
Primero he de decir que con tráfico voy superlento, si el espacio es para una persona me bajo y voy caminando detrás hasta que se ensancha. Y utilizo el timbre solo si es necesario. ¿Cuál es el problema? El de siempre. Que algunos caminantes se creen los dueños del Camino. Y hoy, ya cerca de Compostela, había unos cuantos.
Así que nada, estoy a unos diez de Caldas cuando me topo con cuatro caminantes que iban ocupando todo el ancho del Camino. Me pongo detrás sin agobiar, se abren y cuando paso uno me dice: "de nada".
Y, ¿te acuerdas cuando al de Regreso al futuro le llamaban gallina? Pues eso mismo me ha pasado.
Paro, y digo "¿Cómo dices?", y me dice, "sí, hay que tener educación y decir gracias". Entonces, a pesar del calentón que llevo por dentro, se lo intento explicar con tranquilidad. Y, además, gratis. Le digo que el camino no solo es de caminantes, que es de todos. De los caminantes, de los que van a caballo, y de los que van en bici. Y en los tramos en los que caben perfectamente personas y bicis, como es el caso, los caminantes han de situarse a un lado para que estás puedan pasar.
Y sí alguien tiene que pedir algo, como pasa en la mayoría de los casos, es perdón por parte del caminante que ocupa todo el ancho del camino.
En ese punto se han puesto a reír y han usado un argumento que yo ya les había tumbado, y es que los ciclistas nos creíamos los amos del Camino. En estas, ha llegado el hijo de la familia guay, que les ha intentado explicar lo que es obvio, pero nada. Y hemos tirado para adelante mientras ellos seguían gruñendo como gañanes.
En fin... Son una minoría muy pequeña, pero dan mucho por saco. Y es solo en los últimos kilómetros del Camino. Qué casualidad.
Ah! Y además, eran de Valencia...
Bueno, que esta anécdota gañanil no empañe una fantástica etapa.
Alojamiento. Hotel Sena (8). Con piscina en la que he escrito muy agusto la mitad de esta crónica.
Comida. Hotel Sena (6). Menú correcto de 12 euros
Cena. Mesón Moiño (10). Pulpo buenísimo, cerveza fresca y un bizcocho enorme y riquísimo cortesía de la casa.
Waypoints
Waypoint
339 ft
Waypoint
You can add a comment or review this trail
Comments