Camino del Norte. Etapa 9. Sobrado-Santiago de Compostela
near Sobrado, Galicia (España)
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Itinerary description
Después de una agradable tarde de cervezas con peregrinos y de una noche bastante calurosa, tocaba subirse a la bici para afrontar la última etapa. La que me llevaba a Santiago.
El año pasado, tras la paliza del último día, en el que tuve que ir mucho tiempo por la general, decidí que la última etapa de los siguientes sería más corta y sin cruzarme con ni un camión.
60 kilómetros por delante que empiezan en el Monasterio de Sobrado con los peregrinos ya saliendo. A pesar de las previsiones de lluvia, el cielo está despejado, aunque he de parar enseguida a ponerme el maillot largo.
Hasta Arzúa voy prácticamente solo, adelantando solo a unos poco peregrinos. Voy disfrutando del camino. Lo único duro de este tramo son unas subiditas bastante exigentes al final.
En Arzúa la cosa cambia, y por varios motivos. Uno esperado, y es el aluvión de peregrinos que me encuentro al conectar con el camino francés.
El otro inesperado, ya que recibo un mensaje del hotel en el que duermo esta noche que me dice que la que iba a ser mi habitación no está disponible porque ha de ser desinfectada por chinches.
Una faena. Es el hotel al que he ido los dos años anteriores. Está cerca del centro y de la parada de autobús que va al aeropuerto.
Después de marearme Booking un buen rato, los del hotel me ofrecen otro cercano, y acepto. Me dicen que pagarán la diferencia.
Decido parar a almorzar para quitarme el agobio. Lo hago en un bar que se llama Curro, qué mal rollo, la verdad.
Retomo. Me quedan un poco menos de 40. El calor aprieta, y el río de caminantes casi no me deja pasar.
Vuelve a indignarme que se crean los dueños del camino. Ocupan todo el ancho del camino. Y cuando, muy lento, les pido pasar, se apartan como haciéndome un favor.
No, "cheñor", el camino es de todos. De los que van andando, de los que van en bici y de los que van a caballo. A ver si se le mete en esa cabeza.
En fin. Afortunadamente, como esta gente hace tramos de 20 o 25 km, llega un momento en el la densidad baja un poco.
Los últimos kilómetros son muy exigentes. No lo recordaba del primer año. Aunque los repechos, cuando tienes tan cerca el final, casi se suben solos. A lo tonto, a lo tonto, he estado cerca de las 1.000 de desnivel en esta última y corta etapa.
Lo peor es que son los momentos más calurosos de este fresquito camino.
Cuando llegó al Monte do Gozo me sorprende que hayan quitado el monumento que había.
La bajada a Santiago la vuelvo a disfrutar como siempre.
Y la llegada a la catedral, tan emotiva como siempre. Me acuerdo, cómo no, de mi abuelo, gallego de Vigo y primera persona que me llevó a Santiago. Así como de toda mi familia.
Mi hija me pidió que no me cayera. Y le he hecho caso. Camino sin caídas y sin averías.
Al final, 9 etapas, 894 kilómetros y 11.614 metros de desnivel positivo.
El Camino del Norte me ha parecido espectacular. El más bonito de los que he hecho.
Qué cambiaría: lo haría en más etapas, creo que nueve son pocas. He ido muy pillado en algunas y me hubiera gustado meterme a hacer surf. 11 o 12 etapas creo que sería lo ideal.
Lo próximo, ¿qué será? Igual descanso unos años del Camino. Me motivan mucho dos rutas: la transpirenaica y Montañas Vacías. Ya se verá.
El año pasado, tras la paliza del último día, en el que tuve que ir mucho tiempo por la general, decidí que la última etapa de los siguientes sería más corta y sin cruzarme con ni un camión.
60 kilómetros por delante que empiezan en el Monasterio de Sobrado con los peregrinos ya saliendo. A pesar de las previsiones de lluvia, el cielo está despejado, aunque he de parar enseguida a ponerme el maillot largo.
Hasta Arzúa voy prácticamente solo, adelantando solo a unos poco peregrinos. Voy disfrutando del camino. Lo único duro de este tramo son unas subiditas bastante exigentes al final.
En Arzúa la cosa cambia, y por varios motivos. Uno esperado, y es el aluvión de peregrinos que me encuentro al conectar con el camino francés.
El otro inesperado, ya que recibo un mensaje del hotel en el que duermo esta noche que me dice que la que iba a ser mi habitación no está disponible porque ha de ser desinfectada por chinches.
Una faena. Es el hotel al que he ido los dos años anteriores. Está cerca del centro y de la parada de autobús que va al aeropuerto.
Después de marearme Booking un buen rato, los del hotel me ofrecen otro cercano, y acepto. Me dicen que pagarán la diferencia.
Decido parar a almorzar para quitarme el agobio. Lo hago en un bar que se llama Curro, qué mal rollo, la verdad.
Retomo. Me quedan un poco menos de 40. El calor aprieta, y el río de caminantes casi no me deja pasar.
Vuelve a indignarme que se crean los dueños del camino. Ocupan todo el ancho del camino. Y cuando, muy lento, les pido pasar, se apartan como haciéndome un favor.
No, "cheñor", el camino es de todos. De los que van andando, de los que van en bici y de los que van a caballo. A ver si se le mete en esa cabeza.
En fin. Afortunadamente, como esta gente hace tramos de 20 o 25 km, llega un momento en el la densidad baja un poco.
Los últimos kilómetros son muy exigentes. No lo recordaba del primer año. Aunque los repechos, cuando tienes tan cerca el final, casi se suben solos. A lo tonto, a lo tonto, he estado cerca de las 1.000 de desnivel en esta última y corta etapa.
Lo peor es que son los momentos más calurosos de este fresquito camino.
Cuando llegó al Monte do Gozo me sorprende que hayan quitado el monumento que había.
La bajada a Santiago la vuelvo a disfrutar como siempre.
Y la llegada a la catedral, tan emotiva como siempre. Me acuerdo, cómo no, de mi abuelo, gallego de Vigo y primera persona que me llevó a Santiago. Así como de toda mi familia.
Mi hija me pidió que no me cayera. Y le he hecho caso. Camino sin caídas y sin averías.
Al final, 9 etapas, 894 kilómetros y 11.614 metros de desnivel positivo.
El Camino del Norte me ha parecido espectacular. El más bonito de los que he hecho.
Qué cambiaría: lo haría en más etapas, creo que nueve son pocas. He ido muy pillado en algunas y me hubiera gustado meterme a hacer surf. 11 o 12 etapas creo que sería lo ideal.
Lo próximo, ¿qué será? Igual descanso unos años del Camino. Me motivan mucho dos rutas: la transpirenaica y Montañas Vacías. Ya se verá.
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Comments (1)
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Bravo, amic. Me alegro mucho porque todo ha ido bien. Amunt!