Aventura por Marruecos. Día 1/4. Ceuta-Tetuán

En lugar de detenerme en aspectos geográficos, históricos o culturales, voy a tratar de mostrar nuestras aventuras en el norte de Marruecos, partiendo desde la ciudad española de Ceuta, hasta llegar a Tetuán, ChefChaouen (Xauen) Oued Laou, Azla y de nuevo a Ceuta.
Son cuatro días repletos de emociones, sensaciones y sobretodo curiosidad.

Salimos a las 7:30 de la mañana de nuestra ciudad, Jaén, con vehículo en dirección al puerto de Algeciras, para coger el Ferry en hacia la ciudad española de Ceuta, al otro lado del estrecho de Gibraltar.
Salimos algo expectantes habiendo dormido poco y mal, tanto yo mismo como mi amigo Chema, según me comentó durante el viaje.
Nuestro Ferry salía a las 13 horas y en una hora de navegación estábamos en Ceuta.

Mar gruesa unida a las fuertes corrientes del estrecho hizo que el bocadillo que nos comimos durante la travesía volviera de inmediato al saneamiento del buque. Chema se puso ciertamente “malito” (el color de su cara se confundía con el fondo de la pared), y a punto estuvo de vomitar pero por fin fue mejorando y eso no llegó a ocurrir.
Nos subimos al barco lloviendo y del mismo modo nos bajamos.
Me tuve que poner y quitar la ropa de lluvia unas cuantas veces, porque cuando dejaba de llover la temperatura subía y me “cocía” dentro de ella, pero antes llegó el trámite de la aduana.
En España fue rápido y fácil, presentar pasaporte, inspeccionar bolsos de la bici y “marchando”, pero al pasar la frontera de Marruecos 🤦‍♂️, tuvimos que enseñar el pasaporte 4 veces…si, 🤷‍♂️ cuatro veces en diferentes pasos aduaneros contiguos hasta que por fin, entramos en Marruecos.

Choque cultural importante por muchas razones, la primera fue ver a un gendarme de la policía marroquí con la gorra en el cogote 🥵 eso en España es imposible, segundo choque: un motorista sin casco…y así empezamos a ver choques culturales hasta perder la cuenta, pero el más llamativo fue ver a un ciclista -por supuesto sin casco- agarrado detrás de un autobús para ahorrar el esfuerzo de dar pedales. Pudimos comprobar que el aire acondicionado de los vehículos consiste en llevar la puerta delantera abierta mientras circulan. Es económico y no contamina al medio ambiente 🤷‍♂️. Ciertamente las normas de circulación deben se orientativas porque las líneas continuas no se respetan, así como la mayoría de señalizaciones.

Cayó una buena tromba de agua durante poco más de una hora que nos obligó a resguardarnos sin poder pedalear hasta cerca de las 6 de la tarde, pero como estaba todo encharcado, nos mojamos más incluso que lloviendo.

Tuvimos que cambiar algunos tramos inicialmente previstos por asfalto entre otras cosas por el barro acumulado, de manera que solo circulamos por carretera de doble vía en cada sentido.
Al llegar a Tetuán, entre una circulación caótica, militares por muchos lugares y policías haciendo controles, llegamos a una ciudad por cierto grande y bonita.
Buscando el alojamiento, el navegador nos introdujo sin darnos cuenta en un enorme cementerio en el que casi se perdía la vista viento tumbas, caótico y desordenado sin previsión de enterramientos más bien realizados uno tras otro ocupando el espacio que necesitaba, de forma que no había ningún pasillo recto, sino un zig zag constante con estrechuras que obligaban a detenerse cuando alguien venía en sentido contrario. Un lugar espectacular con tumbas a ras de suelo que llegaban hasta lo alto de la colina de la ciudad.
Lo cruzamos caminando y admiramos la belleza que atesora este campo santo donde se honra a los antepasados. Las fotos que he subido dan fe de ello, y al salir por la parte de arriba y casi sin ser conscientes de ello, entramos en otro mundo, un recinto enorme, caótico donde el tiempo se detuvo hace siglos; se trata de la Medina.
Para quien nunca antes haya estado o paseado por sus callejones, os digo que es un espectáculo en sí mismo. Cientos de personas deambulando comprando, curioseando o vendiendo se concentran en todos esos recovecos a veces mal olientes.
Fotos por aquí y por allí (también he subido algunas de ellas) hasta que la atravesamos para salir a la plaza del Palacio Real. Siempre se acerca algún «voluntario» que se ofrece a ayudarnos para encontrar alojamiento, comida o comprar algo. Normalmente se le suelen dar unos 5 Dirham de propina y se marchan contentos, aunque hay algunos que se les antoja poco dinero.

Nuestro alojamiento se encontraba muy cerca de ahí, concretamente a escasos 30 metros.
Chema lo reservó y se basó en la puntuación que booking le daba concretamente 9.1, y por el precio, poco más de 15€ por persona y habitación. Se llama Tetouan House y no lo aconsejo, a no ser que alguien vaya buscando algo así.
Cuando entré por la puerta dije “tierra, trágame” 🤦. En mi vida había visto nada igual, por mucho que miraba no encontraba explicación sobre la puntuación que le dieron. El suelo no había visto un fregón en años, las paredes desconchadas con humedad, mi habitación llena de cosas, las puertas sin maneta ni cerradura, la luz tenía una llave junto a la puerta que debías encender y apagar para acostarte, el baño por supuesto compartido…cuando entre y lo vi me dieron ganas de llorar. Dentro había hasta una escalera de metal que con el tiempo se había mimetizado con el entorno y el casero no debió darse cuenta de que estaba allí porque tenía tanto tiempo como el propio edificio.
Con decir que cuando me duché entré en la bañera apoyando sobre el suelo la punta de mi dedo gordo del pie y el talón como únicos puntos de apoyo…así entré y así salí del baño 🛀🏽