Vuelta a Iberia VIII 3ª Lourinhá-Sintra

La tercera era la etapa más dura, pues volvíamos a adentrarnos en el Portugal de los sube y baja continuos; pero como no cabía otra, la afrontamos con la esperanza de no volver a llegar de noche como las dos anteriores.
Para empezar bien el día, nada más salir, y para llegar a Matas, nos tocó salvar un desnivel de unos 60m, en algo menos de 400m: simplemente brutal.
Y como todo lo que sube, baja pasado Pregança, tuvimos que afrontar una impresionante bajada con un porcentaje que fácilmente superaba el 20%, que ponía en duda eso de que una bicicleta cargada es imposible que se levante de atrás.
Pero no terminaba aquí el ajetreo del comienzo. Nada más terminar el descenso, nos llevamos la sorpresa de quedarnos sin camino, ya que el nuestro subía por una ladera cultivada, y aquí si que no encontramos alternativa y no tuvimos más remedio que arrastrar las bicis unos 200m cuesta arriba por un carril que apenas se divisaba con la vegetación.
Así que 8km ya habíamos tenido de todo.
El camino seguía bastante asequible y poco a poco superamos el desnivel que nos separaba del Fuerte de Canudo y el de San Vicente, desde donde había una espléndida vista de Torres-Vedras, a donde llegamos tras un vertiginoso descenso.
De allí suave pedaleo, hasta llegar a las Termas dos Cucos, antiguo balneario, aunque ahora parecía abandonado. Ahora tocaba seguir el río Lisandro, bajo la agradable sombra de la vegetación que lo rodeaba.
Viendo la hora que era y con la que caía, decidimos saltarnos la subida al molino de Gaio y buscar donde comer, encontrando únicamente abierto el “Rte de Os Santinhos”, en Carvahal, donde nos trataron a cuerpo de rey.
Como nos quedaban más de 40km para terminar, y aconsejados por Pepe, el camarero que nos atendió, decidimos seguir por carretera hasta Mafra. El camino era casi todo en descenso, hasta que llegamos a Gradil, desde donde empezaba la espectacular subida a la Tapada de Mafra (reserva de caza y parque natural), que desafortunadamente no se puede recorrer en bici, si no es pagando y con un horario restringido. Tras un leve descenso, afrontamos otros dos kilómetros de subida que ya se nos atragantaban, hasta Murgueira, para desde allí, en un frenético descenso, disfrutando de la masa forestal, nos plantamos en Mafra, donde nos enfrentamos, una vez más al ya clásico sube- baja, antes de llegar al impresionante Palacio Nacional.
A la salida de Mafra, rompimos una llanta, y decidimos continuar hasta el final por carretera.
Finalmente, tras 85km y 1600m de desnivel, llegamos a Sintra de noche (pleno: 3 de 3), y como no hay mal que por bien no venga, pudimos contemplar la majestuosidad que proporcionaba la iluminación al Palacio Nacional.