Vuelta a Iberia VIII 1ª Tomar-Río Maior

Iniciamos la octava parte de nuestro Vuelta a la Península Ibérica, donde lo dejamos el año pasado.
Nuestras bicis y alforjas habían llegado sin problema a su destino (de nuevo nuestro agradecimiento a la gente de SEUR y a la Pensao Residencial Uniao), y claro, la primera tarea fue desempaquetar y montar todo para iniciar la aventura.
Nos ponemos en camino, y empezamos la ascensión hacia el Castillo y el Convento del Cristo (Patrimonio de la Humanidad), que bien merece una prolongada visita. Aquí el primer contratiempo nada más empezar: el cambio de una de las bicicletas está bloqueado y no funciona. Afortunadamente, solo llevábamos 1.5km de ruta y en Tomar teníamos controlada una tienda de bicicletas.
Mientras la mitad del grupo da la vuelta para ir a reparar, los más lentos decidimos adelantar, seguros de que nos cogerán.
Seguimos la marcha bajo los arcos del impresionante y muy bien conservado acueducto que se utilizaba para traer agua hasta el Castillo y el Convento, y que nos acompañara durante varios kilómetros.
Vamos pedaleando tranquilamente por la campiña portuguesa, con la mirada puesta en la Serra do aire e dos Candeeiros.
Pasado Casais da Igreja, tras superar las primeras rampas duras de día, nos detenemos ante los molinos del Casal da Pena a reponer fuerzas, y al rato llegan los compañeros con la avería solucionada (montar un cambio nuevo).
Poco a poco nos vamos adentrando en el P.N. de las Serras do Aire e dos Candeeiros, que como es natural, en esta época, bien adentrada la primavera, está espléndido.
El camino perfecto, y sin ninguna complicación. Tampoco hay grandes desniveles que superar, pero el terreno es un continuo rompe piernas.
Descenso hasta Moitas Vendas, y allí caemos en la cuenta que en Portugal es una hora menos, y que toca buscar donde comer, o lo tendremos complicado. Aún así, decidimos continuar hasta Monsanto, donde, a pesar de la hora nos dieron de comer, aunque sin tener mucho donde elegir, pero en abundancia. Como buenos embajadores, decidimos hacer una demostración de lo que es una buena siesta, antes de reanudar la marcha.
Reanudado el camino, un continuo sube-baja nos llevó hasta el nacimiento del Río Alviela, teniendo que variar el recorrido y subir por la carretera (río Alviela) hasta Amiais, ya que el trazado nos llevaba por una senda de roca que recorre el conjunto fluvio-cárstico de la Ribeira dos Amiais.
Desde aquí, continuamos la misma tónica: terreno rompe piernas, que aunque sin tener que superar grandes desniveles, iba haciendo mella en las fuerzas. Además la hora se nos iba echando encima y veíamos que nos tocaba terminar de noche, por lo que al llegar a Viegas, decidimos (en que mala hora), haciendo caso de las indicaciones de un paisano (por esta carretera Río Maior, queda a 7 u 8 kilómetros).
Así que cogimos la carretera, y tras 15 kilómetros de asfalto y a oscuras llegábamos a Río Maior, tras recorrer 86km y salvar 1400m de desnivel