Vuelta a Iberia IX 3ªVilareal do Santo Antonio-Palos

Aquí se nos planteaba un nuevo lío por el tema del cambio de hora, y los que pensábamos que podríamos dormir una hora más estábamos muy equivocados, ya que si queríamos aprovechar el día debíamos de coger el primer transbordador (Transporte Fluvial del Guadiana, S.L.TFNO/FAX: 959 47 06 17 Muelle de Portugal, S/N 21400 Ayamonte), que salía de Vilareal, con destino a Ayamonte a las 10”00(hora española), así que nuestro gozo en un pozo, y a volver a madrugar para preparar trastos, asear las burras y desayunar.
Paseo matinal por Ayamonte, con parada en la Plaza de la Laguna a contemplar un mosaico, réplica de un cuadro de Soroya, y a callejear por sus señoriales calles.
A la salida cogeremos la vía verde del Litoral, que discurre por el antiguo trazado del ferrocarril, por lo que el rodar será rápido, bordeando las Marismas de Isla Cristina. El olor a fresas lo inunda todo, y es que no en vano, estamos en plena temporada, y nos permitimos el lujazo de parar a saborear unas fresas que amablemente nos ofrecen un grupo de trabajadoras, y que nada tienen que ver con las que habitualmente encontramos en el súper de al lado de casa (además, nos obsequiaron con una bolsa en la que no habría menos de 3kg, sin exagerar).
Continuamos por la vía verde, atravesando espléndidos campos de frutales, aunque ahora empezamos a encontrar bancos de arena en nuestro recorrido, hasta el extremo que a unos 3km de Lepe nos vimos obligados a detenernos y arrastrar las bicis unos 300m, ya que era imposible pedalear, y para colmo nos habíamos metido en una trinchera, de la que era imposible salir para alcanzar la carretera que llevábamos paralela a nosotros, así que ante la adversidad, decidimos hacer un alto en el camino y dar buena cuenta de las fresas que traíamos.
Alcanzamos Lepe, y salimos nuevamente por la vía verde, ahora en perfecto estado, deteniendo nuestro rodar bruscamente al llegar al puente de la Tavirona, sobre el río Piedras, impresionante obra ferroviaria, que a pesar de su buen estado, la falta de planchas sobre las que pedalear, dejaba ver el fondo del río unos cuantos metros por debajo de nosotros, debiendo de cruzarlo prestando especial atención en donde poníamos los pies y las ruedas, y seguiremos tranquilamente hasta Cartaya. Tras un breve paseo por el pueblo, reanudamos la marcha con la intención de comer en el paraje de la ermita de San isidro, pero al llegar nos encontramos que todo estaba cerrado, con lo cuál no nos queda más remedio que seguir hasta El Portil, y afortunadamente pudimos preguntar a un forestal que nos desaconsejó seguir el track que llevábamos, pues acortaba atravesando los Pinares de Aljaraque, en los que con toda seguridad nos íbamos a encontrar pistas cubiertas de arena. Así, por carretera nos plantamos en poco rato en la laguna del Portil, y comiendo en el “Restaurante As de Oros” (la publicidad se la debía) donde pudimos degustar una estupenda comida casera y recibir un trato afectísimo, a un precio de los que ya no se ven.
Salimos del Portil, buscando la vía verde que nos llevaría hasta Huelva, bordeando los Pinares de Aljaraque y el P.N. de las marismas del Odiel, ya que desafortunadamente (tal como era nuestra intención), estaba prohibido pedalear por ellas. El recorrido por la vía verde, nos permitió acercarnos a una carbonera y ver como se prepara el carbón vegetal, charla explicativa incluida.
Finalmente llegamos a Huelva, donde nos entretuvimos en recorrer la ciudad, para acabar recorriendo el espectacular muelle ferroviario para la carga de mineral.
La salida de Huelva se hace por una preciosa vía paralela al río Odiel, hasta llegar a la desembocadura del río Tinto, donde se halla el monumento a Colón.
Y ahora nos enfrentábamos al punto más conflictivo del día, que era atravesar el puente del Tinto, por la N-442, por un exiguo pasillo elevado unas cuantas decenas de metros por encima del agua, y además lo hicimos con algo de viento de costado, lo que lo complicó un poquito más (realmente no es tan peligroso y se pasa bien).
De aquí a Palos de la Frontera recrearnos con los monumentos referidos al descubrimiento y paseo por una buena pista, tras dejar atrás el conglomerado del puerto.
Al final acabamos metiéndonos 90 y 450m de desnivel