Travesia 2016 - 05 - Metri - Manzano alto

Nos despertamos antes de las 8 de la mañana, el cielo estaba encapotado, no obstante empezamos los preparativos para levantar campamento. Como la temperatura estaba baja decidimos desayunar unos fideos instantáneos, que son ricos y aportan buena cantidad de hidratos de carbono. Allí nos vinieron a visitar un par de perritos, mascotas de los dueños del camping, que nos permitieron divertirnos un rato mientras decidíamos si arrancábamos o esperábamos mas, ya que había comenzado a llover, algunas gotas nomas, pero se veía fiero el cielo...
A eso de las 11 de la mañana el cielo comenzó a abrirse y decidimos apostar por continuar la marcha, ya el destino de Hornopiren por la noche se nos alejaba de los planes, por el tema de los horarios de los ferrys, pero seguramente algo avanzaríamos si el clima así nos dejara, y así fué.
La carretera austral esta toda asfaltada hasta pasando un poco la Subida despues de Contao, y discurre en esta parte de Chile, pegada al mar, asi que es un festín de vistas, playas y demases hacia un lado y hacia el otro la vista nos regala montañas y en ocasiones laderas bellamente escarpadas. Un espectáculo para los sentidos, si ademas de ello le sumas pueblos y caseríos y lo condimentas con pescadores regresando con sus pescadas, tenes un día de disfrute asegurado para el pedal.
En Caleta La Arena nos demoramos casi 2 horas por los horarios del Ferry, con lo cual nos asegurabamos ya no llegar a Hornopiren antes del anochecer, lo bueno es que nos dio tiempo para almorzar unas riquísimas empanadas de mariscos y la increíble de camarón con queso. (Nota lo que en chile llaman camarón es lo que en Argentina se conoce como Langostino).
Nos embarcamos en el ferry y luego de unos 30 minutos estabamos bajando en Caleta Puelche para continuar camino. Aquí viene una buena subidita para luego ir descendiendo de a poco la altura sobre el mar, lo bueno es que continúa siendo asfalto y sigue serpenteando la forma de la costa hasta llegar a Contao (el pueblo mas grande de la zona) que en Mapudungun (Lengua Mapuche) significa "lugar de reunion",
Desde Contao hay dos opciones o seguir por ripio y recorrer la costa bordeandola entre medio de pueblitos y caserios de pescadores, o virar a la izquierda y cortar camino por medio de la selva y la montaña (son unos 30km mas si se toma el camino de la costa. La carretera Austral discurre asfaltada, pero es una gran subida con una pendiente muy fuerte, y mas incomoda cuando el sol esta a pleno, y cuando termina hace un plano y vuelve a subir, y cuando termina de subir se acaba el asfalto, luego hay partes de ripio y otras que ya están asfaltadas (el año anterior cuando pase por la zona era todo ripio, es posible que para el verano de 2017 ya este todo asfaltado hasta Hornopiren), hay subidas planos y una graaaaan bajada que justamente ya está asfaltada asi que llegue a los 69 Km/h y frenando ya que en medio de la selva valdiviana mientras no da el sol es fresca,y al final de la bajada viene una gran curva y un puente sobre un desfiladero, mas vale prevenir que andar tratando de encontrar a alguien en un precipicio.
Luego del puente sigue algo mas de asfaslto en la subida para volverse nuevamente ripio, paramos para merendar y al continuar camino viendo la hora decidimos que parariamos ni bien encontraremos un buen lugar para acampar o mejor aun, un lugar para una buena ducha y cómoda cama; y así lo quizo el destino ya que un par de km despues del cruce con el camino que viene de Huallaihué, el de la costa, nos cruzamos con un hospedaje en Manzano Alto, y si no hubiera sido antes del desvio a El Manzano, seguramente allí hubiésemos terminado.
Fue la ducha mas caliente y que mas disfrute de toda la travesia, el hospedaje muy familiar y eramos los unicos huespedes en semanas, no es de lo mas turistico parar aqui...o si.... realmente fue una buena noche, nos dejaron usar su cocina (a leña como en casi todo Chile) y mientras cenábamos la familia se nos unió a la mesa y mientras mateaban charlabamos por largo rato, de sobremesa el patrón de la casa abrio una rica botella de vino, de la cual compartimos una copa.