Rhederveld - Barßel

Día de cruce de fronteras. Salimos del camping y, resistiéndonos a cruzar la frontera, fuimos hacia el norte, al pueblo fronterizo de Bad Nieuweschans. Allí cruzamos la frontera por carreteras secundarias, pero con tráfico. La verdad es que el cruce fue por un sitio bastante feo, donde encima había tráfico y no marcaba la frontera. Nada de romanticismo. Una vez cruzas, hay un tramo que parece que no va a tener carril bici, pero ya en el primer pueblo alemán aparecen los carriles y la señalización para bici. Hay un camino alternativo con carteles para bicis hacia Weener y Leer que no va paralelo a la carretera, por lo que lo cogimos. Weener es un pueblo con un centro bonito y un canal navegable con un bar de un alemán, Haven 55, que sabe español con música latinoamericana, pero de la buena. Desde allí fuimos a Leer, más turístico pero muy auténtico. Paramos en Jessens Fischhuus a tomar un bocadillo de arenques y el dueño, un ex camionero que conocía España, nos dio a probar todos los tipos, muy bueno. Salimos de Leer ya por la tarde y paramos en la oficina de turismo para preguntar por campings en la ruta. Fueron supermajos e incluso llamaron a un camping para ver si podíamos acampar esa noche, aunque estaba cerrado. Aún así, seguimos ruta y tomamos el camino marcado como Deutsche Fehnroute. Todo campo y granjas, nada más. Los campings son todos para caravanas, por lo que seguimos hacia Barßel, y allí encontramos un sitio para pasar la noche en el Hotel Ummen, donde nos guardaron las bicis y fueron muy majos. Primer día de bicicleta en Alemania, con algunas diferencias con Holanda, como más carretera compartida con coches, pero aún así, una maravilla de caminos y paisajes. Seguimos en plano y con canales de vez en cuando.