Peque-Uramita-Frontino-Nutibara-La Blanquita (Murrí)

RUTA DE LA VERDADERA CAPITAL DE LA MONTAÑA
Peque- Uramita-Frontino-Nutibara-Murrí
20, 21 y 22 de Junio 2016
150 km


Para ésta nueva travesía uní dos lugares en el norte antioqueño que no conocía: el municipio de Peque y el corregimiento de Murrí (Frontino). Ambos, curiosamente, con una sola vía de acceso. Lo que obliga a devolverse por donde se entró.

Rodé por exuberantes montañas, visité 3 municipios y 2 corregimientos, crucé decenas de ríos y quebradas, visualicé caseríos, poblados y resguardos indígenas, sorteé diversos terrenos, recorrí 150km y llegué a lugares, hasta hace poco, peligrosos, estigmatizados e impenetrables.

1er DÍA PEQUE-URAMITA 64KM
La montada comenzó en Peque, apartado municipio antioqueño, con una sola vía de acceso. Su quebrada topografía hace muy costosa la construcción de carreteras por lo que la administración hizo, a cambio, moto-vías para llegar a las más apartadas regiones.

Su casco urbano está, literalmente, en un hueco rodeado de empinadas montañas. No en vano la población es llamada “La verdadera capital de la montaña”. En una de ellas está el Parque Nacional Natural Paramillo, llamado "La Fábrica del Agua". También hay selvas húmedas, especies endémicas, cascadas, ciénagas, zona arqueológica y unos deliciosos termales ubicados a 10km del casco urbano

Como ya le había echado un vistazo a la ruta de Oscar Upegui publicada en éste portal, sabía que me esperaba una subida interesante. Claro que no tan dura como la hecha por él quien la cogió en sentido contrario.

Muy temprano comencé un ascenso de 23km que me llevaría de 1.200 a 2.700msnm. Desde abajo vi la valla que anuncia la entrada a los termales ubicada casi en la mitad de la subida, un poco más allá del caserío La Tolda. Sin duda vale la pena bajar varios mts en bici o caminando para bañarse en estos termales cuyas piscinas semejan pozos naturales.

Monté de nuevo la cicla. Pasé por Golondrinas desde donde se ve el resto del ascenso y se entra a terreno más tendido. Seguí a Normandía y, a medio día, coroné el Alto del Chamizo, una zona boscosa, selvática y fría.

Como me esperaba un largo descenso (41km), tomé allí un descanso y recobré energías.

Bajé despacio para ver el imponente paisaje, que en algunos tramos como en Las Nubes, fue imposible divisarlo debido, precisamente, a las nubes.

Más adelante el panorama cambió, se despejó, comencé a ver montañas más bajitas y a sentir el clima más cálido.

En un punto crucé un puente sobre el Río Juntas el cual me fui bordeando un buen rato. Ese me llevó justo al caserío que lleva el mismo nombre. Rodé luego por un falso plan a favor del río en cuyas riveras están asentados varios caseríos.

Faltando tan sólo 8km para llegar a Uramita comenzó un fuerte aguacero que me obligó a parar. Me escampé un rato pero como estaba cayendo la tarde, decidí continuar para acabar de llegar con la luz del día.

Siendo las 5:30pm después de 64km arribé a Uramita un municipio asentado en la mitad de la vía al mar cuyo vocablo indígena traduce “Tierra Limpia”. Allí pasé la noche.

2do DÍA URAMITA-FRONTINO-NUTIBARA 50KM

Ese día rodé por parajes que ya había visitado. Combiné carreteras pavimentadas con vías destapadas.

Salí de Uramita bordeando el Riosucio rumbo a Cañasgordas. Un par de km más allá pasé un túnel y encontré una de las dos entradas a Frontino. Giré a la derecha para emprender un ascenso de 12km, por vía pavimentada, hasta Frontino.

En un punto alcancé a ver parte del Cerro Plateado que custodia la población y de donde se desprenden las cadenas montañosas del Cárcamo, Nore y Musinga , así como la cordillera que separa las hoyas de los ríos Sucio y Murrí. Abajo, a la derecha, vi el bello valle que forma el Río la Herradura.

Más adelante se abre el panorama que deja ver las torres de la imponente iglesia del pueblo. La escultura de un arriero, con su mula cargada de caña, recibe a propios y visitantes.

Casi al medio día, en medio de un infernal sol, llegué a Frontino conocido también como “Emporio Panelero de Antioquia”, “Ciudad Dulce de Colombia” y “Perla de Occidente”. Allí sólo me detuve a tomar fotos y a comerme un salpicón.

Saliendo del casco urbano pasé por Manguruma, el Alto de la Virgen y las partidas a Abriaquí. Seguí subiendo en busca del Alto de Musinga (30km)

En éste alto hay otra vía que se devuelve a Frontino por Bellavista. Buena opción para quienes quieran hacer un circuito. También hay otra carretera que va a Nobogá y sale a Uramita.

Allí tomé un breve descanso antes de comenzar un descenso de 14km. y me deleité con el paisaje que, abajo, a lo lejos, dejaba ver a Frontino asentado en un extenso valle formado por la Hoya del Río Sucio

Bajé a Musinguita por el costado derecho del Río Musinga para llegar a un pequeño valle en donde está Nusidó, uno de los muchos caseríos indígenas de los Embera Katios.

Rodé un buen rato por éste bello y agradable valle. Continué hasta Paso Ancho en donde dejé la vía principal que sigue a Dabeiba. En éste punto giré a la izquierda para emprender el último ascenso de 4km que me llevaría a Nutibara.

Pasé por el Llano en donde hay división que da la posibilidad de ir a Carauta y Carautita y un aviso que anuncia, a 3km, el Santuario de la Madre Laura.

Un deshabitado conjunto residencial a medio construir para los desplazados de la zona, anuncia la entrada a éste corregimiento, edificado a orillas de la quebrada Juntas, que lleva el nombre de Nutibara en honor a éste caudillo indígena aguerrido que defendió sus tierras del dominio español.

En éste pequeño caserío pernoté la tercera noche de ésta travesía.

3cer DÍA NUTIBARA-ALTO CUEVAS-LA BLANQUITA 36KM

La primera vez que estuve en Nutibara, hace ya un par de años, sus lugareños me hablaron maravillas de un paraje, bajando la montaña, llamado Murrí.

http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7638795

Su nombre quedó registrado en mi lista de sitios por conocer y ahora había llegado el momento de hacerlo pese a las advertencias que me habían hecho del lugar.

Me llené de valor, pues iba sola, y muy temprano me dispuse a emprender ésta nueva aventura. Salí del casco urbano y comencé un ascenso de 10km que me llevaría al Alto de Las Cuevas, en otrora, el expendio de lulo de toda Antioquia.

Subiendo por el carreteable que de Nutibara va hacia La Blanquita, punto de entrada a Murrí, se ve en toda su extensión el valle del Río Verde y en medio del monótono paisaje de caña, un pequeño recuadro en el cual la vegetación es diversa: palmas de chontaduro, árboles frutales y cultivos de yuca, maíz y frijol se alternan con habitaciones palafíticas de las cuales sube el humo de los fogones. Se trata del lugar de asentamiento de la comunidad embera-catío del Llano de Río Verde

Con cada pedalazo gané altura y ví abajo a Nutibara. Pasé por El Pozo y arribé a Travesías en donde, como su nombre lo sugiere, el trazado se vuelve más tendido.

Una bella vista sobre el Caserío Curadiente acompañó esta parte del trayecto. Seguí subiendo hasta coronar el Alto de Las Cuevas por una muy asentada carretera con algunas esparcidas casas (10:15am). En una de ellas paran los chiveros que cubren ésta ruta a saborear dos de las delicias de la región: los chorizos de la Negra y un exquisito quesito envuelto en hoja de esos que por acá ya no se ven.

De allí en adelante el panorama cambió: entré en una zona más selvática. Rodé por una carretera solitaria y agreste y me maravillé con la abundancia de agua y cascadas de éste descenso, de 26km, en donde hay más de 23 arroyos del preciado líquido.

Crucé por la Peña de la India, seguí por Campamento y entré a La Arenera en donde el terreno se vuelve más complejo de transitar de cuenta, precisamente, de residuos de arena. Menos mal ésta parte de la ruta es de tan sólo un par de km.

Bajé por el cañón que forma el Río Cuevas, entré a tierras más pobladas, sortee un par de pequeños ascensos y, en una curva, apareció increíblemente ante mis ojos un extenso, precioso y escondido valle en medio de la selva: El Valle de Murrí

En uno de los extremos de este valle está asentado un pequeño caserío llamado La Blanquita en donde termina la carretera y en donde pernoté ésa noche.

Como arribé temprano (2:30pm) aproveché para caminar hasta el Río Cuevas con el fin de conocerlo y bañarme en él. (Este tramo lo dejé en la ruta del GPS)

Como supe también que la hoya hidrográfica del Río Murrí cruza éste valle regado por más de 40 ríos, quebradas y arroyos, que se forma por la confluencia de los ríos Chaquenodá y Jengamecodá, y recibe el río Pantanos, antes de dirigirse a territorio de Vigía del Fuerte y su desembocadura en el Atrato; opté por quedarme un día más en ésta región para conocer parte de éste paraíso escondido.

Al otro día descansé del "caballito de acero" (ahora es de aluminio o carbono jejeje) y opté por montar en caballo de verdad para recorrer una porción de éste extenso valle que, sin duda, vale la pena conocer antes de que llegue "la civilización" y acabe con la magia salvaje de éste espacio.