Pedaleada por la represa General San Martín – Futaleufú.

Una de las salidas que hicimos durante la estadía del fin de semana largo de noviembre en Trevelin fue la visita a la represa General San Martín que pertenece al complejo hidroeléctrico Futaleufú construida sobre el río homónimo. Su construcción se inició en el año 1971 para proveer energía eléctrica a la planta de aluminio de ALUAR en Puerto Madryn, el excedente se utiliza para uso público.

El lago generado por la construcción de la presa se llama “Belleza Perdida” lo que puede interpretarse de dos maneras, como algo bello perdido en la distancia o como la belleza natural perdida por la instalación de la represa y la central hidroeléctrica.

Es verdad lo de la belleza del lugar, desde el momento en que se comienza a transitar el camino que lleva al acceso sur del parque nacional Los Alerces, punto de ingreso a la presa, ya se comienza a disfrutar del paisaje. En esta época del año, primavera, las flores de retama, lupino y las rosas mosqueta manchan los verdes con tonos amarillos, lilas y rosas.

A poco de andar se llega a “Aldea Escolar”, pequeño poblado en el que vimos muy poca gente, luego se sigue por el mismo camino hasta llegar al portón de acceso al parque. Normalmente se debe abonar una entrada aunque en esta oportunidad no estaban exigiendo ese requisito. Luego de informar nuestro ingreso comenzamos el tramo de ascenso ya que se parte de 300 msn en el ingreso y se llega a 520 msn en el punto más alto del recorrido. Naturalmente el ascenso no es una rampa uniforme sino que tiene subidas y bajadas en las que se trepa se baja y se vuelve a trepar, esto hace que en realidad en este recorrido se acumule un ascenso de 400 metros (según Garmin).

A medio camino nos detuvimos para visitar una pequeña y muy bonita caída de agua conocida como “Cascada de los tambores” que está muy cerca del camino y a la que se accede por un senderito dentro del bosque. Un lugar fresco y bello.

Para acceder al coronamiento de la represa se sube por un camino en “S” que tal vez sea la parte más exigente del recorrido pero no por eso imposible de realizar. Para gente joven y bien entrenada no representa mucha dificultad, para nosotros con sesenta primaveras encima constituye todo un desafío. Encaramos el tramo con ganas y fuimos subiendo despacio, con la multiplicación 22-32 , porque más liviana no teníamos :) fuimos ascendiendo por curvas y contracurvas del pedregoso camino y cuando llegamos al último tramo encontramos que el viento rebotaba contra el paredón de la montaña y nos soplaba firme justo de frente. Sentí que la naturaleza quería enseñarnos que la cosa no era tan fácil como pensábamos. Pero ya estábamos allí, a apenas 100 metros del inicio del coronamiento, no íbamos a desistir, así que con lo que quedaba de aire y piernas dimos el último envión y ¡llegamos!

Luego de recuperar el aliento seguimos el viaje, cruzamos la represa y descendimos por el lado opuesto. Desde la parte más alta del recorrido se tiene unas vistas maravillosas del lago, la presa y todo el paisaje, puede uno permanecer horas allí. Iniciamos el descenso que es puro disfrute, llegamos a la salida del parque, informamos nuestro regreso y volvimos para el pueblo del molino.

Analía y Miguel Noviembre de 2016.