Madrid – Donostia (San Sebastián) en bicicleta. Día 5: San Vicente de la Sonsierra – Azpeitia

Ruta original que une Madrid con Donostia (San Sebastián). Realizada en julio de 2020.
Diseñada para unir ambas ciudades evitando que sean las grandes autopistas las que determinen el trayecto. Al contrario, se trata de emplear carreteras secundarias o comarcales, que tienen una doble ventaja: tienen muy poco tráfico (por tanto, son más agradables para el cicloturismo) y recorren zonas de esa famosa España «vaciada», lugares que tienden a estar más olvidados o a ser más desconocidos.
La ruta (aquí completa) atraviesa las provincias de Madrid (Comunidad de Madrid), Guadalajara (Castila-La Mancha), Soria, Burgos (Castilla y León), La Rioja (La Rioja), Araba y Gipuzkoa (Euskadi).

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Día 5.
Comunidades Autónomas de La Rioja, Castilla y León (enclave de Treviño) y Euskadi (Álava y Gipuzkoa).
Términos municipales de San Vicente de la Sonsierra, Peñacerrada-Urizaharra, Condado de Treviño, Vitoria-Gasteiz, Arratzua, Leintz-Gatzaga, Eskoriatza, Aretxabaleta, Arrasate/Mondragón, Bergara, Azkoitia y Azpeitia.

Amanezco entre viñedos, y bien temprano paso por el pueblo de San Vicente de la Sonsierra para desayunar y coger agua antes de afrontar la ascensión que me adentra en Euskadi. Se trata del puerto de Rivas de Tereso, unos 10 km al 4,5% con un desnivel total de 430 m (por la LR-316). Es una subida muy agradable: no demasiada pendiente, con poco tráfico (hasta veo cabras por las laderas del monte) y unas vistas increíbles hacia el sur. Desde su curvas más altas se puede ver toda la Rioja (por algo el puerto también es conocido como «el balcón de la Rioja»). Al coronar, de nuevo un cartel indica que he entrado en Euskadi por la provincia de Álava. Después, un bonito (y frío, es la cara norte) descenso a Peñacerrada, en el que me cruzo con varios ciclistas. Será una constante a partir de ahora: es entrar en País Vasco y notar que el número de ciclistas crece exponencialmente en comparación con el resto del viaje, y serán más aún en la provincia de Gipuzkoa. Pero en seguida se sale de Euskadi para entrar en el curioso condado de Treviño, que pertenece a la provincia de Burgos, a pesar de estar rodeado por Álava. Los grafitis en la cartelería de la carretera modificando la nomenclatura de algunas localidades muestran que no todo el mundo por aquí está conforme con la situación. Continúo por la A-124 y tras subir por una zona boscosa hay otro puerto, esta vez más breve (el llamado puerto de Vitoria, a 758 m, unos 200 metros de desnivel). Desde arriba se puede ver Vitoria (Gasteiz) a lo lejos. Hace muy buen tiempo, y tras bajar y llanear llego a tiempo para comer en la ciudad (en Asador Sagartoki pruebo una tortilla tremenda) e incluso hacer un poco de turismo. Después salgo de Vitoria aprovechando una vía verde (la Vía Verde del Ferrocarril Vasco – Navarro) que me permite evitar el tráfico de extrarraido y avanzar algunos kilómetros a la sombra. La ventaja de ir por este carril bici es no tener que preocuparse por los coches y estar más cerca de la naturaleza; la desventaja, que el terreno es más bien de pista, no tan suave como la carretera, y que va un poco encerrado entre árboles, por lo que no ves tanto el paisaje ni aprecias los pueblos por los que pasas. A la altura de Landa dejo el carril para incorporarme a la GI-627, precisamente entrando ya en la provincia de Gipuzkoa. Inicio una bonita bajada hacia Eskoriatza (es el puerto de Arlaban, pero hecho en bajada) que me adentra en el valle del río Deba, y en toda la zona industrial de Mondragón. Durante varios kilómetros en llano descendente voy atravesando los industriosos pueblos de este valle: Aretxabaleta, Mondragón (sede de la famosa cooperativa) y finalmente Bergara, alternando entre la carretera y los carriles bici que discurren paralelos al valle. Pero el descansado paseo se acaba pronto, porque al llegar a Bergara me espera el tramo más duro de toda la ruta, la subida a Gorla, también conocido como puerto de Elosua. Paro en Bergara para coger fuerzas y comer algo antes de afrontar esta subida de 7 km a una media de casi el 8% y 540 metros de desnivel, que se traducen en directamente subir un monte para pasar al valle del al lado. Pero el esfuerzo merece la pena, porque la subida es espectacular, con sus curvas de herradura y las increíbles vistas que se tienen desde arriba. Está atardeciendo y así que tengo que afrontar el descenso hacia Azkoitia, de nuevo con unas vistas increíbles, hasta llegar al valle del río Urola. Atravieso Azkoitia y luego Azpeitia y acampo donde buenamente puedo, pues se ha hecho de noche y el día ha sido largo. Manaña la sexta y última etapa: Azpeitia – Donostia

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Estadísticas del día 5.
115,95 km
14,84 km/h promedio en movimiento
8:22:48 tiempo en movimiento
1500 metros desnivel ascendido
1913 m desnivel descendido
11%% y -11,2% pendientes máximas
951 m altura máxima
62 m altura mínima
61,43 km/h velocidad máxima