La Mancha III

Tercera jornada enociclista por la Mancha, con mejor suerte en lo paisajístico que en las anteriores.

Salimos de Chateau Viñasoro hacia el norte y tomamos el primer carril a la derecha (este), entre viñedos. Siguiendo siempre en la misma dirección, pasamos sobre la vía del AVE y alcanzamos un paso elevado para superar la Autovía de los Viñedos y tomar la CM-3105 hasta Campo de Criptana. La carretera tiene un poco de tráfico y no hay arcén, por lo cual es preciso extremar las precauciones.

En Campo de Criptana, un dédalo laberíntico de calles conduce (dando alguna que otra vuelta) hasta los impresionantes molinos de viento, visita imprescindible en la ruta. Tras las fotillos y el rato admirando estos colosos, bajamos hacia el este y tomamos la carretera hacia Pedro Muñoz. Los primeros kilómetros los hacemos por asfalto, pero justo después de terminar la derivación de Campo de Criptana y salir a la carretera con más tráfico, nos desviamos hacia el primer carril de la izquierda, que corre paralelo a la carretera hasta Pedro Muñoz.

Tras reponer fuerzas (si hay algo abierto), continuamos la ruta por la CR-1226, hacia Las Mesas. Después de disfrutar de la vista de la primera laguna que hay a la derecha, interceptamos la Ruta del Quijote para bajar hacia la izquierda hasta la Laguna de Manjavacas. Continuamos y salimos de nuevo al asfalto, giramos a la derecha y recorremos el trecho hasta Las Mesas (un día más benigno, merece la pena recorrer los carriles de la zona para ver el resto de las lagunas antes de enfilar el camino hacia Las Mesas). Atravesamos el pueblo hacia el sureste y, tomando la C-11, recorremos un variado camino entre viñedos, pinares y olivos sueltos hasta Villarrobledo, donde termina la ruta (en nuestro caso, en la bodega El Castillo, al inicio de la carretera hacia Ossa de Montiel).