IBP 90, JUN-CAMPAMENTO DE PADUL (MODO PEREGRINO)

Con vistas al Camino de Santiago que voy a hacer en breve, me propongo hacer una ruta que tenía pendiente (a medias ) de Javier Suricatos.

Elegí este track porque tiene pisteo y zonas ténicamente sencillas pero buenas para probar el portabultos de tija (no alforjas). Además, su longitud de unos 80km y el desnivel de cerca de 1.000m puede equipararse a la etapa más dura que espero encontrarme en el Camino.

Salgo a las 0800 porque sé que me esperan zonas sin árboles y ramblas. El peso adicional de la burra se nota, pero me encuentro fuerte y deseoso de meterme en "harina" con TODO el equipo real que voy a usar en el norte.

Llevo un bolso de manillar de 2,5l, la mochila prácticamente vacía (un plátano y unas chanclas de baño), dos botellas de agua y el portabultos con su funda compresora llena de miserias. El portabultos me costó 10€ en el Lidl hace un par de años y había que ponerlo a prueba antes del Camino.

En total; unos 10kg adicionales sin contar el agua.

Tras un tramo urbano, cojo el carril de la Puleva para plantarme en la Gabia Grande. Pisteando por varias coladas cruzo las alturas antes de la Malahá. Al poco de dejar el pueblo, me tiro por un tramo de rambla, pista en leve subida y olivar. En un tramo me asalta un perraco que se parecía a Godzilla... menos mal que le hago entender que voy de paso y que no me interesan ni los olivos ni el hueso del cocido.

Más pistas secas y pedregosas antes de enfilar una subida algo técnica por la pendiente y las piedras. Desde lo alto se aprecia la dehesa del cortijo de La Escribana (que son dos: uno en ruinas y otro habitado). Ya va quedando poco para el campamento, pero aún no he llegado.

Un tramo de subida, un pequeño pateo por tierra arada, un repechón y una larga bajada y ahora sí que hemos llegado. Plátano isotónico, buche de agua, crema solar, comprobación del equipo y tirando millas que el calor empieza a apretar.

Me meto por un par de kilómetros de rambla que se me atraganta en algunos tramos por esos kilos de más. Salgo de la rambla y empiezo a ir a y venir de un lado a otro de la carretera. El enésimo bache hace que la suelta rápida del portabultos se separe de la fijación a la tija. No pasa nada, la vuelvo a enganchar... pero ya ando con más ojos con los brincos.

Cuatro kilómetros más adelante, se vuelve a soltar, pero esta vez ha cascado. Tengo que meter el "saco" en la mochila (mochilón desde ese momento) y tirar la parrilla metálica... diez euros a la basura, pero por lo menos me quito un kilo de peso y no me ha pasado a 1000km de casa.

Ahora noto la bici más ágil pero también el peso en la espalda se transmite al culo y las molestias son mucho mayores ahora.

Cojo un tramo rompepiernas antes de salir al asfalto que me adentra en Alhendín. Desde aquí asfalto hasta Armilla, palacio de Congresos, carretera de la Cartuja y Jun.


Desde el principio me planteo un ritmo de pedaleo constante y tranquilo, de modo que las fuerzas me respeten los 80km de ruta. Hay que meter algo más de molinillo que de costumbre pero las sensaciones son buenas de principio a final. No noto apenas penalización en zonas técnicas, el peso centrado sobre la rueda trasera y el contrapeso de la bolsa del manillar hacen que la bici ruede muy bien... para mi sorpresa.

A partir del kilómetro 58 en que tuve que echarme el peso a la espalda, me noté más ágil y rápido pero el dolor del culo me hace negarme en redondo a usar esa distribución del equipaje. Mejor comprar un nuevo portabultos algo más apañado y reforzar la fijación al sillín para que vibre menos con los baches.

El bolso del manillar: un pedazo de invento.

¡Nos vemos en el campo!