Giro Sicilia invierno 2017

Giro a la isla de Sicilia por la costa durante los meses de enero y febrero de 2017.

Es increíble la variedad y riqueza cultural que puede concentrarse en una isla. A consecuencia de las constantes invasiones que ha sufrido Sicilia, debido a su estratégico enclave en el Mediterráneo, alberga una variedad de estilos y culturas. Sumado a su belleza natural esculpida por el mar y su interior montañoso, lo hace un destino envidiable. Más si puedes ir fuera de temporada y disfrutar la isla sin masificaciones.

El giro parte desde el aeropuerto de Catania y pasa por sitios tan emblemáticos y entrañables como Siracusa y Ortiga (donde se rodó Malèna); la ciudad barroca de Noto; las aves migrando en la reserva natural de Torre Vendicari; Ragusa Iba, ciudad Patrimonio de la Humanidad; los templos griegos de Valle dei Templo en Agrigento; la resplandeciente Scala dei Turchi; las callejuelas de alrededor de Trápani; Érice, pueblo medieval árabe en lo alto de la colina; San Vito lo Capo, paraje natural increíble con las montañas y el mar; termas de Segestane (las de acceso libre), Palermo la capital de Sicilia con su teatro, catedral, capilla palatina…; un poquito del desconocido interior de Sicilia en el lago Rosamarina; las casas pegadas al mar de Cefalù; las calas perdidas en Capo Milano; ver, casi tocar con la punta de los dedos la península italiana en Punta del Faro; el espectacular teatro griego en Taormina; y por supuesto el imponente Etna cubierto de nieve (el mayor volcán en activo de Europa) que me acompañó durante gran parte del viaje.

También hubo tiempo para escaparme en Ferry a la preciosa isla de Favignana, ir a un concierto de música clásica (con deportivas y pantalones desmontables que es lo único que tenía jejeje) en el Teatro Massimo (el tercer teatro más grande de Europa), comerme helados de pistacho, bolas de arroz empanadas (aracine), devorar cannolis, ver las múltiples catedrales e iglesias, bañarme en invierno el Mediterráneo, leer “Midnight in Sicily” y “La tía Marquesa” mientras pasaba por los lugares que describía el libro, rodear el Etna en un pequeño y viejo tren (Circumetnea), conocer entrañables personas y viajeros, pasar noches y algún día en la tienda con tormentas, comprar fruta de puestos en cualquier rincón de Sicilia, meter la bici en el maletero de un Mercedes para sortear una subida imposible gracias a un entrañable hospedero, no saber si seguirás vivo o no mientras te pasan coches y camiones a centímetros de ti, aprender el significado de “chiuso” a golpe de llamada a los campings en invierno, pedalear en manga corta con un bonito sol resplandeciendo en el mar, que se te pinche por tercera vez en el día la cámara mientras se pone el sol y dormir en ese cobertizo perdido, estar terminando la subida a Erice de 800 metros de desnivel envuelto en niebla y con la bici cargada hasta los topes y que un coche se pare a aplaudirte diciendo “Bravo” como solo los italianos saben decirlo, que te despiertes con una ramita de olivo en el manillar en medio del campo y pensar que bonita es la naturaleza que te regala estos detalles, que te abran su casa personas tan maravillosas como Yazdan o Gianni y te hagan sentirte tan acogido gracias a la página de Warmshowers, envolver y amarrar toda la parafernalia para abandonar tu querida bici en una rampa de un aeropuerto que no sabes cómo te devolverán, tener que buscar en google tras días de estupefacción porque hay tantísima basura tirada por Sicilia, darte una ducha caliente después de varios días montando en bici, emocionarte con la apuesta de sol mirando el monte Cófano, escuchar la linda historia de un jubilado inglés que prometió llevar a Venecia a su mujer y como desgraciadamente murió antes, llevar en el techo del coche una barca con su nombre para meterla en los canales de la ciudad italiana y poder cumplir su promesa, fantasear que en el salón de banquetes del recinto donde estás durmiendo se está celebrando una reunión de mafiosos, entrar a un supermercado y tener todas las variedades de pasta imaginables, cocinar una comidita rica en medio del campo en silencio, pedalear contra viento y marea y sentir que no avanzas, sentir que el viento te lleva solo sin dar pedales… y al final del viaje, casi sin quererlo, encuentras el motivo del viaje...

La mayor parte del recorrido transcurre por carreteras secundarias y algún tramo corto por pistas o caminos. Las carreteras de Sicilia, están, bueno, pues como están todas las demás infraestructuras… Ya he comprendido ésto del sur y el norte de Italia. Tampoco esperes respeto por el ciclista.
A lo largo de la parte sur de la isla se va por un recorrido cicloturista que propusieron los del proyecto SIBIT.

Los 30 días de pernocta se reparten la mayoría entre campings y B&B. También hubo noches en campings cerrados por ser invierno con el guardia como único acompañante y noches en medio del campo o cobertizos.

La práctica totalidad del las comidas han sido con hornillo (no es tarea fácil encontrar repuesto de la bombona) comprando la materia prima en supermercados y puestos ambulantes.

La temperatura para montar en bici excelente la mayoría de los días. Ni frío ni calor, con camiseta y mallas térmicas y a veces corta viento. Por las tardes/noches una vez que el sol caía, plumas y para dormir saco de 0ºC. En un mes tuve varios días de lluvia pero la mayor parte del viaje soleado.

En total han sido 1.216 Kms en 24 días montando en bici. El viaje en total 31 días. Físicamente menos la subida a Erice es muy asequible, y más haciendo esa media de kilómetros. Casi todo es plano al ir pegado a la costa.

No dudéis en escribirme para preguntar cualquier cosa.

Cuando esté más en forma y no haga frío ha quedado pendiente atravesar la isla por el interior pasando por Corleone, Musomelli, Enna y escalar algo del Etna. ¡Para otro viaje!

Un abrazo a toda la comunidad de Wikiloc y a los miembros que han subido previamente sus rutas por Sicilia y han hecho posible este viaje.