Erkrath - Xanten

Esta etapa la hicimos más larga para pasar cuanto antes la zona de Duisburgo. La ruta de Erkrath a Dusseldorf fue fácil, mucha cuesta abajo y carriles bici. Una vez en Dusseldorf, fuimos hacia el centro, lleno de tiendas y al casco viejo, pequeño pero bonito, a orillas del Rin. El Rin al llegar impresiona, es anchísimo y tiene carriles bici a ambos lados en la zona de Dusseldorf. Nosotros fuimos por la margen derecha, llena de parques y pueblos pequeños, siguiendo la Eurovelo 15. Al acercarse a Duisburgo la cosa cambia, la ruta se acerca a la ciudad evitando alargarse por uno de las muchas curvas del Rin, y la entrada a la ciudad se hace larga y bastante fea. El centro es pequeño y a la salida se pasa por una zona industrial y el enorme puerto interior de Duisburgo, uno de los más grandes del mundo, pero no por ello más bonito. Cuando crees que ya has pasado lo peor, tienes que cruzar el Rin por un puente paralelo a una autopista, lo que es la guinda al pastel industrial. A partir de Rheinberg vuelven los paisajes verdes, aunque el río se ve de vez en cuando y en la lejanía, si miras atrás, aún se pueden ver las chimeneas y centrales eléctricas del puerto. Como ya se nos hacía tarde, decidimos ir por la ruta más rápida hacia Xanten, paralelos a la carretera, aunque hay alternativas a ambos lados, seguro que más bonitas. Por fin llegamos a Xanten por un carril pegado a la carretera, pero con unas vistas maravillosas de uno de los brazos de Rin, a través de bosques frondosos y con vistas del río espectaculares. Xanten es un pueblo pequeño, con una catedral enorme y un parque arqueológico de la época romana que nos compensa de sobra de la ruta industrial y del tráfico. Como nota positiva, además de Xanten, está la visón de una Alemania industrial que no suele verse de otra manera.