El Carmen de Atrato Tutunendo Quibdo

Con los primeros rayos del sol. Nos reunimos para alistar las bicis y compartiendo un café comentamos sobre la ruta del día anterior y de que el pueblo a pesar de que esta en el departamento del Choco, conserva toda la esencia de un pueblo Antioqueño

Habíamos pasado la Noche en el municipio del Carmen de Atrato. A escasos metros del rio que tiene este mismo nombre y que en su paso es solo un pequeño rió de mas o menos tres metros de ancho con aguas turbias y de color café un poco contaminadas por la mina de cobre que hay en la parte alta del pueblo.

Bajamos tres kilómetros por todo el costado del río hasta llegar a un corregimiento o caserío llamado el siete. giramos a la derecha y empezamos un largo descenso que despertaba un mundo de sensaciones, porque para todos era una ruta nueva con la cual habíamos soñado. Al principio vamos bajando por una vía pavimentada con placas cuadradas de cemento en muy buenas condiciones por un valle hermoso que con cada curva nos va mostrando de a poquitos en las partes altas de sus montañas fragmentos de bosque combinados con algunos cultivos, el cemento empieza a ir desapareciendo por tramos, pasamos el Ocho donde hay otro restaurante que la verdad con la velocidad que traíamos no alcanzamos a ver.
Depronto estabamos por carretera destapada, pasando por un lugares donde ya no se veían casas, pero si la mano criminal del hombre. a los lados no habían casi arboles porque fueron talados y convertidos en potreros, de los cuales algunos la selva empieza a reclamar y se esta auto reforestando. A la derecha aparece el primer riachuelo cristalino que es uno de los cientos afluentes del Atrato que aun lo tenemos al otro costado del camino. Cruzamos el puente y encontramos la primera comunidad indígena.
Nos informaron que a ellos no les gusta mucho que les tomen fotos y también no les gusta que miren a las mujeres y niños cuando se bañan. Así que por respeto y por evitar inconvenientes decidimos no parar en ninguna comunidad. solo saludábamos levantábamos las manos y seguíamos de largo. En esta primera comunidad, habían unos pocos escuchando algo que no se si era champeta o reguetón a todo volumen y bebiendo de lo lindo.

Más adelante encontramos otra comunidad apostada al lado de otro riachuelo, en esta había mas actividad, ya las casas tipo maloca levantadas del suelo expedían algo de humo, algunos salían a trabajar y algunos niños se bañaban en el rió.

En El diez hay una pequeña tienda y mini revuelteria en la mitad de la nada. paramos a preguntar por el desayuno y nos dijeron que continuáramos un kilómetro más que en el once había un buen restaurante y hospedaje. En efecto subimos un poco y encontramos un excelente lugar. la comida muy rica y aseada. Mientras servían parche la llanta que venia pinchado y luego me senté junto a un niño a ver los cuentos de los hermanos grimm. había que relajar un poco la mente para seguir con el pedaleo que hasta ahora casi todo había sido bajada con unos cuantos repechos suaves y pedaleables.

Indio comido indio que rueda seguimos bajando y al fondo del cañón vemos que la selva es mucho más espesa y que los potreros no pasan de 100 metros del margen de la vía. continuamos pasando por el trece y otros dos más. Solo recuerdo que en el trece hay tienda y restaurante. De hay brincamos a la comunidad indígena del rió playa en el 16. Encontramos a tres mujeres cargando unas canastas en la espalda con una tira sobre sus cabezas y estos setos llenos de madera. fue una postal muy linda que difícilmente voy a borrar de mi mente.

De hay bajamos un poco por esta hermosa selva que cada vez nos envuelve más dentro de su telaraña mágica y que nos deja sin aliento con cada curva, empezamos un asenso hacia el 18 y el calor nos golpea fuertemente, estamos en una de las regiones donde mas llueve en todo el planeta tierra, pero esta vez parece que la selva nos dio una fabulosa bienvenida aprobando a que el sol se posara sobre ella y desapareciera cualquier nube tormentosa permitiéndonos disfrutar de cada milímetro del paisaje durante todo el recorrido.
Ademas del regalo del sol, la selva nos muestra donde refrescarnos y la primera señal son unas paredes de musgo por las cuales gotea agua por cantidades. empezamos mojando las ropas y buff pero al final nos recostamos como en el sofá de la casa permitiendo ese contacto directo con el corazón de la selva. ya el liquido escaseaba y en el 18 encontramos otra tienda. Mientras nos refrescábamos pensamos que porque esos nombres uno se imagina que cada numero es algún kilómetro, pero en ninguno de los dos sentidos nos cuadraban y llegamos a la conclusión de que en este lugar hay un portal dimensional y por eso la nomenclatura debe ser diferente porque también de un numero a otro había que voliar pedal parejo.

El camino nos tenia reservada otra bendición y esta vez la encontramos cuando llegamos al río Playa. Un rió cristalino de mas o menos 25 metros de ancho que nos sedujo a primera vista, un compañero dijo: "Vamos a tirar charco" y no hubo objeción alguna todos inmediatamente respondimos con aceptación esta invitación. Buscamos una casa donde dejar las bicis y luego a deleitarnos, el agua fresca y con peces por todos lados, de un momento a otro estavamos nadando entre los peces y disfrutando como niños por un buen rato.
De hay se viene un asenso vde más o menos 5 kms hasta el 20 este sector esta en lo alto de una montaña y desde hay se logra ver a lo lejos toda la planicie y las pequeñas montañas que hay en el choco. Entre la selva y destellando tal vez por los techos de Zinc logramos ver a Quibdo, pero nos dicen que esta más o menos a dos horas y nos faltan más o menos 35 kms. Empezamos un descenso por destapada que luego se convierte en pavimento y empiezan una serie de columpios interminables que no son tan duros pero con el calor se van empezando a sentir.
Pedaleamos a buen ritmo hasta llegar a Tutunendo otro pueblo cercano a Quibdo a donde estaban llegando cientos de motos por no decir que miles a disfrutar de un da de charco en el río Tutunendo.
Paramos a buscar almuerzo y la verdad nos fue como mal. si alguien llega a la hora de almuerzo por estos lados, pedalee otros kilómetros más que hay un buen parador de muleros. De hay en adelante los columpios son mas suaves y nos quedan faltando más o menos 17 kms hasta el destino final. la entrada a Quibdo tiene un tramo muy malo lleno de clavos. Ya se imaginaran que paso. fuimos a buscar el malecón y la catedral para luego ir a descansar confiados en que con cada salida se fortalecen los lasos de amistad.