Día 2 de 11. Abejorral - Arma. Travesia Retiro (Antioquia) - Armenia (Quindío)

Luego de pasar una buena noche en Abejorral, muy temprano salimos con nuestras bicicletas ya equipadas a buscar desayuno para empezar nuestro segundo día de travesía, en dirección a Aguadas. Realmente este día empezaba de verdad nuestra travesía; todo lo que teníamos por rodar en adelante era nuevo, caminos, poblados y lugares inexplorados por ambos….

La mañana empezó muy fría. Iniciamos un buen ascenso por la vía que desde Abejorral conduce a la Pintada o Aguadas. Un buen ascenso acompañado de una suave lluvia. Atrás veíamos cada vez más lejos Abejorral. Llegamos al alto donde aún en medio de nubes pudimos tener una bonita divisa (no imagino lo bella que debe ser en un día bien despejado)

Empezamos allí un continuo descenso por un camino bastante deteriorado, lleno de baches y pantano. Llegamos a Pantanillo, una pequeña población de Abejorral con una pintoresca iglesia y unas pocas casas al lado de esta. Hidratamos, intercambiamos algunas palabras con el tendero que nos decía que para abajo el camino estaba muy malo; ni modo, a lo que veníamos, continuamos descendiendo, sorteando cada uno de los obstáculos que íbamos teniendo en el camino. Abajo empezamos a ver el rio Arma y los farallones de la pintada. En la última parte del descenso el camino se tornó mas agradable, permitía rodar con mas fluidez y el paisaje se iba apreciando mejor.
Llegamos al Rio Arma siendo la 1 pm (mucho mas tarde de lo que habíamos estimado; aunque gran parte del trayecto era descenso fue un rodar muy interrumpido y por tanto extenso).

Decidimos almorzar en ese punto en un pequeño negocio a orilla del rio y luego emprendimos el ascenso a Aguadas. El cielo se despejó y el sol empezó a apretar; luego de unos kilómetros en esta vía empezamos a tener una divisa increíble hacía la pintada y Santa Bárbara. A la distancia identificamos también a Valparaíso, al otro lado del “Cauca”. La silueta de los cerros se lograba apreciar de una forma espectacular y las nubes como algodón en un cielo bien azul…

Continuamos el ascenso y siendo casi las 4 pm llegamos a la población de Arma. Descansamos un poco allí, nos refrescamos, y considerando la hora y lo que nos faltaba aun para llegar a Aguadas, contemplamos la posibilidad de terminar la jornada en ese punto y proseguir al día siguiente (continuar hasta Aguadas era llegar ya de noche, algo que queríamos evitar dentro de esta travesía)

Preguntamos a una persona en el parque por hotel y nos dijo que solo había uno, que no sabía en que condiciones se encontraba, pero que había una señora que arrendaba un cuarto…. Fuimos a ver primero el hotel (residencia) y no nos llevamos muy buena impresión de este. Lo primero que nos preguntaron fue: “por cuantas horas?”… además al frente había unos billares con buen volumen en su música que nos hacía suponer que no sería un buen lugar para descansar. Fuimos a ver la opción de la señora y la tomamos sin pensarlo mucho. Un cuarto aseado en una sencilla casa en el pueblo, en un punto tranquilo y donde podíamos ingresar las bicicletas.

En la noche salimos a caminar un poco (sin tener realmente mucho hacia donde ir) y encontramos un agradable café donde disfrutamos de una rica comida. Regresamos a la casa a descansar y preguntamos a la señora por un lugar donde pudiéramos tener una bonita divisa, considerando que la noche estaba muy despejada y teniendo en cuenta la impresionante vista que habíamos tenido antes de llegar al pueblo. La señora inmediatamente nos dijo síganme (ella estaba ya en pijama y de rulos y nosotros apenas nos miramos…) y nos llevó a la terraza de su casa donde se apreciaba impresionante el cielo repleto de estrellas y a la distancia diferentes poblaciones; entre ellas bien definida Santa Bárbara.

Luego de tan maravillosa vista, nos fuimos a descansar satisfechos por lo que durante esa jornada habíamos podido vivir y conocer…. y un poco ansiosos por lo que nos esperaba al siguiente día, nuestra próxima jornada, rumbo a Salamina.