De arriba a abajo: Vallvidrera - Sant Just - Esplugues - L'Hospitalet

Una ruta pensada para disfrutar de los parajes de la Serra de Conserola en días en que las piernas no están preparadas para el esfuerzo que supone alcanzar las principales atalayas naturales de Barcelona.
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Tomamos la Línea del Vallés de los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya hasta la estación Peu del Funicular. Desde la misma estación y sin coste extra accedemos al funicular de Vallvidrera que desde 1906 une Barcelona con el barrio más alto de la ciudad. En pocos minutos asciende vertiginosamente hasta la estación de Vallvidrera Superior cuya cota más alta es de 359 metros sobre el nivel del mar.

Desde la misma plaza de la estación podemos admirar las casa y torres de veraneo del siglo XIX que cosntruyó la burgesía barceloneses buscando ocio y descanso a poca distancia de la capital catalana. No fue hasta hace 1921 que Vallvidriera se anexionó a Barcelona y sus casi 5.000 habitantes tienen el privilegio de disfrutar a diario de las imponentes vistas tanto sobre la ciudad como de las comarcas del interior. En días claros es fácil adivinar en el horizonte las cumbres nevadas de los Pirineos.

Los fines de semana Vallvidrera se convierte en hogar para multitud de ciclistas, tanto para rodar por sus carreteras asfaltadas entre los bosques como especialmente para los aficionados al Mountain Bike que se adentran por senderos espctaculares aptos para experimentados escaladores.

En esta oportunidad proponemos una sencilla ruta que circule por caminos asfaltados y con vocación de rodar por suaves cuestas y especialmente disfrutar del placer de descender con el único esfuerzo de saber administrar la velocidad en las bajadas más pronunciadas y tomar las curvas.

Tomamos la B-1462 en descenso hacia Barcelona hasta alcanzar el cruce con la B-1468 en dirección a la Ermita de la Creu d'Olorda. Un suave ascenso nos coloca frente al Mirador del Turó d'en Corts desde el que podemos adentrarnos por un sendero hasta la Ermita de la Mare de Deu de Collserola.

Regresamos a la carretera y circulamos en principalmente en plano hasta localizar el Passeig de la Muntanya indicado con un cartel que señala la Vall de Sant Just. Iniciamos un descenso de campeonato con curvas cerradas en el primer tramo hasta que divisamos el Club de Tenis de Sant Gervasi. A poca distancia y ya en un trazado menos agresivo nos topamos con el conocido restaurante Masía Can Carbonell especializado en las populares calçotadas en la temporada de invierno.

Seguimos descendiendo a lomos de la bicicleta para encontrar la siguiente Masía, Can Vila que alberga un centro equestre que a su vez es el Pony Club de Catalunya que ofrece clases de iniciciación a la equitación para niños de 3 a 6 años.

Alcanzamos el Valle de Sant Just para recorrer sus urbanizaciones y el centro de la localidad con la sensación de que el descenso a transcurrido demasiado veloz, decenas de propuestas nos invitan a adentrarnos en el bosque a lo largo del recorrido. Hoy solo queríamos sentir la velocidad y el placer de bajar.