Circuito chico Carhue - Epecuen

Ya saliendo nomas de Carhue, hacia el cementerio, pronto la linea de casas es remplazada por un camino despejado y custodiado por arboles secos y muertos. Ya el paisaje cambiaba a las puertas del recorrido.
Rodear el cementerio era mi intención, no lo pude tuve que volver por el camino y avanzar por otro lado. El viento queria que no fuera a la villa. En el cementerio, saque algunas fotos sin entrar en detalles macabros por el respeto que senti por los restos que aun yacen en él.

Retomando el camino hacia la villa, un camino que conduce solo hacia ella, se podia apreciar las rafagas de viento acompañadas de una insistente lluvia, lo recuerdo ahora y me parece aun increíble.

Junto al camino hileras de arboles secos acompañan este paisaje apocalíptico, lo primero que se divisa es el Matadero.

El Matadero, quizas la imagen mas iconica de Epecuen, supo ser un establecimiento modelo por las tecnicas de faenado a escala y mecanizado. Su arquitectura sobresale claro, aqui tambien esta la "mano" del Arq. Salomone, sus obras. muchas las he testimoneado,
se erigen en muchas localidades del centro sur de la provincia de Buenos Aires.

Continuando el camino, se accede a un portal que sirve de entrada al pueblo en si. No habia ni el loro y ni siquiera vi a Pablo Novakquien el unico habitante del pueblo que se resistio a abandonar por la inundacion pero que parece que ayer, por lo menos por un rato asi lo hizo!. Lastima, me perdi muchas historias.

Recorrer el pueblo es recorrer una imagen de las peliculas de guerra luego de un bombardeo, casas destruidas a diestra y siniestra, ruinas, paredes, escombros por todos lados, todo perfectamente conformando una escena cataclistica.

Si estaría bravo el tiempo que realmente me fue imposible recorrer mas profundamente las calles inundadas. El frio y viento hacia escollos en mi ser y la bici. Asi y todo, la calle principal y algunas aledañas fueron suficiente para confirmar esta desgracia convertida en una extraña e increible belleza.

Abandone el lugar como pude, necesitaba urgentemente refugio y cambiarme la ropa que para esa altura estaba igual de "inundada" que el pueblo.