Cañasgordas-Alto Insor-Abriaquí-Nutibara-Uramita-Cañasgordas

RUTA DE LOS CAÑONES
Cañasgordas-Abriaquí-Nutibara-Uramita-Cañasgordas
8- 9 -10 de agosto de 2014

El Noroccidente antioqueño fue la zona elegida para ésta travesía que me llevó por algunos de los municipios más estigmatizados de nuestra geografía colombiana: Cañasgordas, Abriaquí, Frontino, Nutibara y Uramita.

Durante tres días me interné en las cadenas montañosas de las estribaciones de la cordillera occidental de los Andes y rodé por una tierra llena de agua gracias a hoyas hidrográficas que forman los ríos Rio Sucio y Murrí.

La quebrada topografía de la región, adornada por varios cerros representativos de la zona y llena de decenas de cañones -desde los que se desprenden un sinnúmero de riachuelos, quebradas y ríos- hacen de éste lugar una singular “Fabrica de Agua”.

Por ella decidí montar en bici para calmar la sed de aventura.

VIERNES 8 DE AGOSTO: CAÑASGORDAS-ALTO DE INSOR-ABRIAQUÍ 25KM

Si bien la idea inicial era conocer una trocha que conecta el Alto del Boquerón del Toyo con Abriaquí, los planes se truncaron cuando me contaron que la vía la habían dejado inconclusa.

En vista de esto me decidí por otra trocha que va al mismo pueblo y se toma un par de km antes de llegar a Cañasgordas. Seguí entonces en el bus por la vía al mar hasta El Restaurante Laura, ubicado unos pocos km antes de llegar al pueblo y allí comencé, a las 10:00am, ésta nueva travesía.

Monté la bici y descendí unos cuantos metros por la pavimentada hasta el puente de la quebrada Cucití. Antes de cruzarlo giré a la izquierda y tomé la vía destapada que me llevó al Alto Insor por el cañón del río que lleva su mismo nombre.

Pasé por Buenos Aires parte baja y alta y sorteé algunos repechos. A medida que trepaba vi una serie de exuberantes montañas que forman cañones de diversos tamaños por los que bajan abundantes corrientes de agua que alimenta los varios ríos que se forman acá. Esos cañones dan nombre a ésta crónica.

Antes de llegar al alto sortee otra serie de empinados repechos en lo que los lugareños llaman Las “Eses” y seguí por la solitaria vía para, por fin 18 km después, coronar el Alto.

Durante el trayecto aprecié algunos de los cerros tutelares de la región como el Boquerón de Toyo y el Morrogacho.

Siendo las 2:00p.m llegué arriba desde donde se aprecia todo el Cañón del Río Insor a un lado y las montañas que enmarcan a Abriaquí al otro. Sin duda un paisaje espectacular por el que vale la pena subir por allí.

Tras un leve descanso comencé el descenso de 10km al pueblo y de nuevo lo hice por un cañón. En ésta oportunidad por el que forma la quebrada San Pedro que más adelante desemboca en el Río La Herradura.

Pasé por Monos y el Edén y tan sólo un par de km antes de llegar al poblado me varé por llanta. Como estaba cerca del casco urbano opté por acabar de llegar con la bici en la mano.

A las 3:30p.m. entré al pueblo de los duendes conocido con los apelativos de “Acuarela Natural”, “Remanso de paz” y Pesebre de Antioquia” cuyo nombre “Abriaquí” está inspirado en una leyenda popular que asegura que el mismo salió de boca de la minera María Centeno cuando le ordenó a un indio “Abri Aquí” para enterrar un cargamento de oro que llevaba una mula a Urabá y que murió en dicho sector.

En éste pequeño y pintoresco pueblo me desvaré de la bici pero me varé para conseguir hotel pues desde hace un buen rato cerraron el único que había. En vista de esto me tocó instalarme en una de las dos únicas casas que ofrecen alojamiento esporádico a los pocos que pasan por allí. Esto le dio al paseo un toque muy familiar.

Como aún había luz natural aproveché para subir, caminando, al cerro de la cruz desde donde se aprecia el Cerro Plateado, parte de Dabeiba y el extenso y bello valle formado por el Río La Herradura, en donde está asentado el poblado.

Al final de la jornada la luna llena me acompañó de regreso al casco urbano.

Allí los lugareños me contaron de un sinnúmero de trochas para caminar que hay por la zona. Entre ellas una que conecta a Abriaquí con Urrao por la Herradura o San José, otra que va a Tonusco por el 14, y una más que baja a Santa Fé de Ant por el Riceito y el Alto de la Peña.

Esa noche me acosté pensando que todo éste departamento está conectado por caminos ancestrales aún por transitar.

SÁBADO 9 DE AGOSTO: ABRIAQUÍ- LA ANTIGUA-NUTIBARA 54km

Éste segundo día entraría en terrenos cuyo pasado estuvo marcado por la violencia que generó el conflicto armado en nuestro país. A Nutibara, uno de los ocho corregimientos de Frontino; debía llegar a pernotar ésa noche antes de continuar a Dabeiba.

Temprano salí de Abriaquí por la vía que conduce a Frontino. El primer trayecto transcurrió por el costado derecho del Río que lleva el mismo nombre del pueblo.

Por éste plan se ven las bellas vegas que forma el río a su paso, ése que en Las Juntas, desembocaron en el Río Herradura, la más importante vía fluvial del municipio que lo recorre en una extensión de 35 Kilómetros recogiendo las aguas de más de 30 arroyos.

Dejé el plan y comencé un ascenso a Alto Potreros (7km). Bajé a la vereda del mismo nombre y seguir el surco de Río La Herradura rumbo a La Antigua, el único corregimiento de Abriaquí.

Si bien ésta segunda jornada es más bien bajando; durante el trayecto se sortean varios ascensos antes de llegar a tierras más cálidas.

Durante la montada vi el Cerro de la Horqueta, el Filo tres Piedras, Morro Pelado y el Alto del Junco También vi el Alto de la Alegría (3.430 msnm), estudiado por el sabio Francisco José de Caldas (1813) quien lo determino como “El león dormido” por el hallazgo de fuentes termales en la base del citado pico.

Pasé por la vereda el Pontón y subí 10km al Alto de Nore (10:45 am- 23km) en donde emprendí un empinado y largo descenso de 14 km a Frontino por Primavera.

Antes de llegar al pueblo, justo donde la vía destapada empata con la pavimentada, está la trocha que sigue a Nutibara. (11:30 a.m – 27km)

Sin entrar al casco urbano del poblado conocido también como “Emporio Panelero de Antioquia”, “Ciudad Dulce de Colombia” y “Perla de Occidente”, giré a la izquierda para seguir más bien a Nutibara.

Tomé ésta vía y sorteé algunas bifurcaciones. Pasé por las partidas de San Lázaro y llegué al Alto de Musinga (36km -1:00p.m.) Allí hay otra vía que se devuelve a Frontino por Bellavista que da la posibilidad de hacer un circuito. También hay otra carretera que va a Nobogá y sale a Uramita.

Acá emprendí el descenso a Musinguita por el costado derecho del Río Musinga para llegar a un pequeño valle en donde está Nucido, caserío indígena que da cuenta de la entrada a terrenos ocupados por los Embera Katios.

Continué hasta Paso Ancho en donde dejé la principal que sigue a Dabeiba y giré a la izquierda para emprender el último ascenso de 4km que me llevaría a Nutibara. (53km- 3:10p.m.)

Pasé por el Llano en donde hay división que da la posibilidad de ir a Carauta y Carautita y seguí hasta el casco urbano. A Nutibara llegué a las 4pm después de recorrer 57km.

Pese a que Nutibara es aún un corregimiento, allí no me varé por hoteles pues hay dos de ellos. Tras instalarme pregunté por los atractivos de la zona y me hablaron maravillas de otro corregimiento de Frontino llamado Murrí en el que el agua es la protagonista de la región ya que su río cruza un valle regado por más de 40 quebradas y arroyos, que forman las confluencia de los ríos Chaquenodá y Jengamecodá, y recibe el río Pantanos, antes de dirigirse a territorio de Vigía del Fuerte y su desembocadura en el Río Atrato

Los lugareños contaron además que esa zona, rica en oro y agua, ubicada a 30km de Nutibara, en los límites con el Chocó; también da la posibilidad de recorrerla caminando pues hay un sendero de herradura que va a Urrao y uno más que sigue a Quibdó. Con estas referencias quedé antojada de conocer el tal Murrí.

Los pobladores también me hablaron de los personajes más representativos de la región: el Cacique Nutibara y la Madre Laura. Del primero me dijeron que fue un caudillo indígena aguerrido que defendió sus tierras del dominio español.

Y de Laura Montoya, la Madre Laura; que hizo fundaciones misionales en el Occidente y Urabá Antioqueño en donde entregó 35 años de su vida al servicio de los indígenas y de los más pobres y por eso allí hay un caserío que lleva su nombre construido en las riveras de la Qda Juntas.

Al final de la jornada, arrullada por el sonido de la Qda que atraviesa el poblado, me acosté para recobrar fuerzas para la tercera y última jornada.

DOMINGO 10 AGOSTO: NUTIBARA-JUEIMA-PALMIRA-URAMITA-CAÑASGORDAS 71KM

Para éste tercer día la idea era llegar a Dabeiba por una trocha que va por Jueima. Una ruta con varios columpios, buenos ascensos, una pronunciada bajada y un remate de 31km de un tendido ascenso por la vía al mar.

Temprano salí de Nutibara, descendí a Paso Ancho y giré a la izquierda para seguir rumbo a tierras más bajas. Mientras llegaba a ellas sorteé un par de ascensos, uno de ellos de 6km a La Loma (11km-9:30am) para luego emprender la bajada a Jueima, vereda representativa de la zona ubicada a 15km de Nutibara.

Crucé la vereda y subí otros 10km al Alto de Murindó (25km -12:00M) en donde mecatié para emprender los últimos 2km de bajada que me llevaron a la la carretera al mar, llamada también la vía “Gonzalo Mejía” en honor a éste paisa que lideró, a mediados del siglo pasado, el proceso de construcción de ésta carretera.

A éste punto, conocido como Palmira, llegué a las 12:30p.m. con 27km rodados. Un aviso anunciaba que Dabeiba estaba a 15km y Uramita a 19km.

Como yo debía regresar a Medellín, cambié de planes y opté más bien por empezar a devolverme. Para ello giré a la derecha, crucé el Río Sucio y cogí un descenso que me llevó rumbo a Uramita.

A la “Tierra Limpia” llegué a las 2:15p.m. después de 48km de pedal. Pero como aún quedaba el resto de tarde decidí seguir hasta Cañasgordas con el fin de completar el circuito.

Comencé entonces a remontar el Río Sucio, pasé por El Pital, seguí por el Palmar y después de 31km de ascenso llegué de Cañasgordas. El reloj marcaba las 5:10p.m. y el gps 71km.

En éste pueblo cuyo nombre "Cañasgordas" fue utilizado por los españoles para denominar la región respecto de las guaduas de gran tamaño que allí abundaban; terminé otro buen paseo por algunos de los apartados municipios antioqueños.