Activity

Camino de Santiago desde Valencia. Etapa 12. Palas de Rey - Santiago de Compostela

Download

Trail photos

Photo ofCamino de Santiago desde Valencia. Etapa 12. Palas de Rey - Santiago de Compostela Photo ofCamino de Santiago desde Valencia. Etapa 12. Palas de Rey - Santiago de Compostela Photo ofCamino de Santiago desde Valencia. Etapa 12. Palas de Rey - Santiago de Compostela

Author

Trail stats

Distance
40.2 mi
Elevation gain
2,133 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
2,730 ft
Max elevation
1,789 ft
TrailRank 
32 5
Min elevation
991 ft
Trail type
One Way
Moving time
2 hours 58 minutes
Time
7 hours 30 minutes
Coordinates
5065
Uploaded
August 15, 2020
Recorded
August 2020
  • Rating

  •   5 1 review
Be the first to clap
2 comments
Share

near Palas de Rey, Galicia (España)

Viewed 203 times, downloaded 4 times

Trail photos

Photo ofCamino de Santiago desde Valencia. Etapa 12. Palas de Rey - Santiago de Compostela Photo ofCamino de Santiago desde Valencia. Etapa 12. Palas de Rey - Santiago de Compostela Photo ofCamino de Santiago desde Valencia. Etapa 12. Palas de Rey - Santiago de Compostela

Itinerary description

##(El track me ha hecho un recto al final. En total son 71 km)##
Bueno, ha llegado el día. Santiago me espera y no quiero hacerle esperar mucho. Así que salgo sin desayunar bastante antes de que salga el sol.
La idea de esta última etapa es hacerla toda por el camino. Sin embargo, al salir aún muy de noche, decido hacer el primer tramo hasta Melide (15 kilómetros) por carretera.
En Melide paro a desayunar en un hotel que hay en la carretera principal (Hotel Carlos 96) y me pido lo de siempre, café con leche y tostadas de tomate. Pero el tomate no es como siempre. Es el mejor tomate que he probado en mi vida. Se lo comento al camarero y me dice que es la época del buen tomate y que se lo compran a agricultores de la zona. Pero, de verdad, que cosa tan rica.
Así que después de tan agradable desayuno, ahora sí, me interno en el camino que ya no abandonaré hasta Compostela.
La etapa es preciosa y me la tomo como un regalo. La veo como la última etapa del Tour de Francia en la que el equipo ganador brinda en las bicis con copas de champán camino de los Campos Eliseos. Ese soy yo, hoy.
El Camino va lleno de gente, además, es sábado. Pienso en el contraste con respecto a las etapas en las que he estado encontrando a muy pocos peregrinos. La relación peregrino-ciclista sigue siendo buena, aunque me encuentro con algún que otro gañán que le cuesta dejarme pasar. Tengo la impresión que esta gente piensa que estoy haciendo trampa o algo, cuando seguro que él acaba de salir de Melide. En fin… Afortunadamente hay pocos de estos.
En una de esas, paso por un bar que está decorado con miles de botellas de cerveza. Cuando encuentra su lugar en el mundo, pues se dice y no pasa nada. No obstante, parece que es el lugar de mucha gente. Esta lleno, y decido seguir.
La etapa tampoco es que sea fácil. Es un rompepiernas con continuas subidas y bajadas. El día está así así, y un gigantesco arcoíris es preludio de lo que me espera.
Aunque antes, paro a almorzar en A Salceda, en una terracita cubierta en la que hay buena música y como una especie de puesto de churros en el que en vez de churros hacen pulpo, es curioso. El champán no me gusta, con lo que sigo con mi Estrella Galicia, esta vez acompañada de un pincho de tortilla, que está de muerte, y con un café corto, pero corto de verdad.
Y cuando vuelvo a la carretera, el diluvio. Qué manera de llover. Pero, vamos, estoy en Galicia, y en Galicia, pues ya se sabe, llueve.
Me pongo perdido de agua y de barro, pero no me preocupa lo más mínimo. Si me quedaran ocho etapas, pues, quizá, pero quedándome 30 kilómetros, pues como que no. Es más, me gusta.
Deja de llover. El vuelo cada vez más bajo de los aviones me anuncia que estoy cerca de Santiago. Y, así, unos kilómetros después estoy rodeando el aeropuerto. Más tarde, paso por RTVE en Galicia y me cae otro buen chaparrón que acaba de empaparme por completo.
Y, por fin Monte do Gozo. Es la una y tengo todo Santiago a la vista. Me hago las fotos de rigor y empiezo a bajar. El momento es emotivo. Me acuerdo de mi abuelo, que me trajo a Santiago por primera vez en 1988 cuando yo tenía 15 años. Recuerdo que no encontrábamos la Plaza del Obradoiro. Me emociono bastante bajando la cuesta de Monte do Gozo recordando aquello.
Y entonces, no sé si la emoción, si el suelo mojado, si la cantidad de gente que bajaba a Santiago, no sé qué ha pasado, pero al incorporarme a una especie de carril bici, he cogido un bordillo de lado y… al suelo.
1.200 kilómetros sin caerme -cuantas veces lo había pensado sin verbalizar de ninguna forma, por si acaso- y cuando estoy a un par de kilómetros de la Catedral, ya en el término municipal de Santiago, piñazo.
Afortunadamente sin consecuencias. Me levanto enseguida, me he caído donde más gente hay, y veo que solo tengo un rasconcillo en el codo (primer souvenir de Santiago).
A partir de ahí, voy con más cuidado. Me dejo caer siguiendo a la masa de peregrinos que baja hasta la catedral. Cuando llego al casco antiguo, me bajo de la bici y voy andando. Entro a la plaza del Obradoiro por el túnel que hay en un lateral. Una gaita suena.
Me paro en mitad de la plaza. Me apoyo en el manillar de la bici y me emociono mucho. Me acuerdo de mi abuelo, de lo orgulloso que estaba de su Galicia y de lo orgulloso que habría estado de mí por llegar hasta aquí desde Valencia. Me acuerdo de la noche de Barracas, de cómo me fui a dormir pensando que tenía cero posibilidades de seguir. La gaita sigue sonando. Es uno de los momentos más bonitos que recuerdo haber vivido.
Tanto, que estoy cerca de cinco minutos recreándome. Pasado ese tiempo, toca sesión de fotos para mandar a toda la familia. Veo a Juan, que me ayuda con las mismas, y con la martingala para recoger la Compostela.
Comemos en la misma calle de la Oficina del Peregrino. No llueve, pero hace mucho aire. Me llegan los mensajes de felicitación. Me llaman mis padres emocionados y me dicen que están muy orgullosos de mí. Mi grupo de triatlón también me felicita. Estoy seguro de que han hecho una porra en la que el más optimista me daba que llegaba a Soria.
Después de comer, recojo la Compostela y me voy a descansar. He quedado con Juan para cenar y despedirnos. Él se va mañana, ha alquilado un coche. A mí me quedan un par de días. Mañana, si la dana me lo permite, quiero llegar a Fisterra. Me vuelvo en avión+AVE hasta Valencia y mando la bici por Correos.
El viaje ha acabado. Ha sido espectacular. Una terapia de desconfinamiento brutal.
Al final han sido 1.156 km, y una media de 96,3 km al día.
Por supuesto, repetiré. ¿Norte?, ¿Primitivo? ¿Camino de la Plata? Tengo un año por delante para decidirme.

Comments  (2)

  • JAVIER LOPEZ PIEDRA Mar 3, 2021

    Rubén, enhorabuena.No sé cómo no hay posts de esta aventura.Muy emocionante, de verdad.Tal vez algún día pueda hacer yo tb 'mi camino', en eso estamos.Un abrazo y de nuevo Felicitaciones sinceras por el relato compartido de tu experiencia.

  • Photo of rubenfigueirido
    rubenfigueirido Mar 5, 2021

    Muchas gracias, Javier. Por tu felicitación y por tus palabras. Me han alegrado el día. Claro que podrás hacerlo, yo lo veía muy lejano hace apenas un año y, ya ves. Y si el problema es cuadrar fechas con amigos, te animo a hacerlo en solitario. Para cualquier cosa, no dudes en consultarme. Yo, ya tengo preparada la de este verano, a Santiago por la Vía de la Plata desde un pueblecito de la Sierra de Segura en Jaén. Un fuerte abrazo.

You can or this trail