Ardales-Puerto Martínez-camino a Cañete la Real-MA-5201-Ardales

La ruta es corta, en cuanto a kilómetros, pero exigente en el esfuerzo por las pronunciadas subidas con numerosas pendientes por encima del 10%.
Comenzamos desde el aparcamiento del restaurante, pasamos por el puente principal, entramos en el pueblo haciendo un recorrido urbano muy interesante: museo de la prehistoria, plaza de la Constitución y desde aquí comenzamos una empinada subida hasta la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios y el castillo de la Peña, seguimos por el camino de la castaña y llegamos a la ermita de Monte Calvario, es obligado para pararse en estos lugares para contemplar las vistas sobre el pueblo, el embalse del Conde del Guadalhorce y las sierras que lo rodean. Seguimos por un carril en buen estado con pendientes que pueden rozar el 10- 12% y que nos colocan en la base de la Sierra de Alcaparain. Hacia el km 5 termina la subida y empezamos a disfrutar de un carril sin grandes dificultades y que nos permiten contemplar el pueblo de Carratraca, la sierra de Aguas y los farallones de la sierra. La naturaleza es generosa con esta zona con bosques de repoblación y manchas de encinas, alcornoques, algarrobos y un matorral mediterráneo exuberante con aulagas, jaras pringosas, matagallos, aulagas, tomillo romero... Podremos contemplar también la restauración de una cantera y una incipiente cantera de mármol. Tomamos contacto con la carretera que nos lleva hasta Puerto Martínez (collado entre Sierra Prieta y la Sierra de Alcaparain) y seguiremos un carril a la derecha que va a discurrir por la ladera de la cara oeste y norte de la sierra, por fin, empezamos a bajar aunque todavía nos quedan algunos repechos fuertes.
Aproximadamente en el kilómetro 21 nos encontraremos con la subida a la cima de Alcaparain, (son 5 km reservados para aquellos que todavía tengan fuerza), continuamos por el carril y en unos 2 km tomamos contacto con la MA-5402, en magnífico estado y que en poco más de 6 kilómetros nos situará en el pueblo.
Una ruta dura pero que merece la pena por la riqueza paisajística que se puede contemplar y por la satisfacción del objetivo cumplido y esfuerzo realizado.