Activity

Alcalá - Matillas y La Alcarria - Sierra Norte en BTT

Download

Trail photos

Photo ofAlcalá - Matillas y La Alcarria - Sierra Norte en BTT Photo ofAlcalá - Matillas y La Alcarria - Sierra Norte en BTT Photo ofAlcalá - Matillas y La Alcarria - Sierra Norte en BTT

Author

Trail stats

Distance
177.91 mi
Elevation gain
11,473 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
11,483 ft
Max elevation
5,436 ft
TrailRank 
34
Min elevation
1,599 ft
Trail type
One Way
Time
2 days 9 hours 48 minutes
Coordinates
10995
Uploaded
October 12, 2020
Recorded
October 2020
Share

near Alcalá de Henares, Madrid (España)

Viewed 178 times, downloaded 1 times

Trail photos

Photo ofAlcalá - Matillas y La Alcarria - Sierra Norte en BTT Photo ofAlcalá - Matillas y La Alcarria - Sierra Norte en BTT Photo ofAlcalá - Matillas y La Alcarria - Sierra Norte en BTT

Itinerary description

Uno de mis locos planes que tenía pendiente desde hace tiempo, viajar en bici a la sierra Norte de Guadalajara directamente desde Alcalá. Pero dado que disponía de varios días seguidos, me dio para hacer un buen periplo y regresar de vuelta en la bici en lugar de tomar el tren como había considerado en un principio.

Verifico que la previsión de tiempo es buena, pero no caigo en la potente brisilla del N-NNO que me sopla en contra desde el minuto 1 y que me acompañaría sin descanso durante las dos primeras jornadas completas. Esto le pondría el punto épico a la ruta, una lucha contra el viento que en varios momentos se pone realmente desesperante.

Día 1. Alcala - Matillas
Salgo de Alcalá en dirección a Meco, atravieso Villanueva de la Torre y Quer para llegar a Cabanillas del Campo. Aquí cojo el camino que va junto al canal del Henares, el cual sigo hasta Fontanar. En este pueblo me desvío ya un poco al este hasta cruzar el río Henares en Yunquera. Mi intención era seguir el camino junto al río hacia Heras de Ayuso, pero el clásico y temido cartel de "Propiedad particular" me hace desistir e improvisar por pista hacia Ciruelas, donde tomo otro camino que gira al norte de nuevo y me lleva finalmente a Torre del Burgo e Hita, donde paro alegremente a almorzar unas buenas migas del Arcipreste.

En la sesión de tarde tomo un caminillo que me evita un trozo de carretera antes de Casas de San Galindo, y voy alternando hasta que ya cojo una pista que me dirige más directamente hacia Matillas. Justo antes de llegar, el camino baja salvaje y casi desaparece entre la maleza haciéndome arrastrar la bici en varios tramos de la bajada.
Noche en el Hostal Rijujama, único establecimiento en el pueblo y muy muy recomendable.

Día 2. Matillas - Campisabalos
Al día siguiente cojo unos km de carretera secundaria hasta Cendejas del Padrastro, y desde allí tomo un camino que me lleva a Torremocha de Jadraque y después a Pinilla de Jadraque. Aquí tomo el camino junto al río Cañamares que baja del embalse del Pálmaces, y que algo me dice me dará guerra... como así fue.
Un rato después de salir del pueblo me toca cruzar el río que lleva bastante agua. Hay algunas piedras para ayudar, suficientes para cruzar andando a saltitos pero no para pasar con una bici cargada con alforjas. A pesar de que me esfuerzo pasando las alforjas y la bici en dos veces, al final meto el cuezo izquierdo bien metido.

El camino sigue subiendo y me encuentro otro cruce de río, que ya visto lo visto me da igual y sin pensarlo mucho lo cruzo directamente metiendo los pies con sus zapatillas y todo. Ya se secarán.
Me espera un cruce más justo antes de la presa que también cruzo a saco sin mirar a los lados como los burros, justo antes de darme cuenta de que por la izquierda había un caminito peatonal con un práctico puente. En el fondo me mola llevar los pies encharcados.

Una vez en la presa, tomo la pista que sale a la izquierda y que me sube poco a poco sobre unas vistas chulas del embalse y al fondo el pueblito de Pálmaces pintorescamente colgado de una colina.
El viento sopla fuerte, y más cuanto más subo y me acerco al collado natural que me llevará a la vertiente de Hiendelaencina.

Pero no basta con el viento para darle más sabor a la ruta; oigo tiros en la lejanía como durante el día anterior, y cruzo un cartel que avisa de una montería. Bueno... qué puedo hacer a estas alturas, así que continúo y cuando más adelante me ven los cazadores me llevo una bronca monumental en la distancia basada en gestos claros que se pueden interpretar como "estás loca" y "largo de aquí", que debo admitir me merecía porque luego he comprobado que les ampara la ley y tienen el derecho de cortar los caminos. Otra que cosa es que sea moral... Pero la pasta manda.

Con la bronca a mis espaldas y el feroz viento en mi cara, peno para coronar el collado donde ohdiosmíoalfin giro al oeste y me pongo máomeno a favor, bajando por un camino quasi-comido por la maleza pero que se intuye lo suficiente. Toca desmontar un par de veces por pedregal y al fin Hiendelaencina se muestra ante mí sin mayores obstáculos que nos separen. Oh yes!!

Voy directa al Sabory donde me zampo unos espectaculares torrezno y picadillo de chorizo con cervecita, en los que venía pensando desde las 9 de la mañana y que han sido mi verdadera inspiración para superar tanto obstáculo. Que una no se moja las zapatillas así gratuitamente.

Recompuesta, remotivada y hasta rejuvenecida me dispongo a afrontar el turno de tarde, que sé transcurre mayormente por carretera secundaria y me ahorrará monterías y vadeos de río. Peeeero, me expone muchísimo más al viento ya que no tendré la protección de vegetación, bosques cerrados y demás accidentes geográficos que los caminos brindan. En la variedad está el gusto!

Las endorfinas del torrezno me duran más o menos hasta Villares de Jadraque, y a partir de aquí me rindo por completo al viento que sopla desde el Alto Rey. Este tramo se me hace interminable, cada pedalada cuesta un infierno, la carretera es muy recta y veo Bustares ahí no tan lejos en todo momento, lo que hace el sufrimiento más penoso aún. Pero llego, me paro en la fuente y admiro la bellísima iglesia.

Enseguida (o no) llego al Alto de las Corzas desde donde sigue el tramo asfaltado hasta el Alto Rey y que tenía intención de hacer, pero que dado mi estado de agotamiento físico y (sobre todo) piscológico finalmente ni siquiera me planteo, así que me dejo caer hacia Aldeanueva con los primeros pensamientos de que quizá no llegue a Campisábalos de día.

Enseguida la carretera sube otra vez buscando el siguiente punto alto del que suspirando me dejo caer en plato grande hacia los Condemios. No he estado nunca por aquí y como siempre la zona pinta muy bien y sugiere muchísimas posibilidades.

Ahora empiezo a creer que sí llegaré de día, y según el perfil de la ruta me falta sólo un paredón de 150m de desnivel al 12% de pendiente, bufff. La buena noticia es que el paredón me protege del viento y, hago la subidita hasta con una sonrisa tonta.

De aquí ya bajo al bucólico llano del Molinillo donde dejo el aslfalto para coger el camino con menos desnivel que lleva a Campisábalos, donde hago entrada triunfal aún con luz solar y suspirando del esfuerzo realizado.
Y de hartura por el viento.
Ahora entiendo a Don Quijote en su lucha contra los molinos.

Noche en el Hostal El Mensario, simplemente me encantó. Lástima que no pude probar bocado porque la combinación torrezno-picadillo me dejó ko, pero anotado queda para volver.

Día 3. Campisabalos - Alcalá
Al día siguiente salgo antes del amanecer ya que me espera jornada destroyer. Los 3 puertos en 35km de la pista de Majaelrayo y luego unos 100km más hasta Alcalá. Pero tengo 2 ases en la manga: 1) es prácticamente todo bajada desde Majaelrayo hasta Alcalá y 2) me pondré a favor del viento en cuanto llegue al Hayedo de Tejera!!
Lo cual lamentablemente requiere primero llegar hasta allí, por lo que los primeros 20km del día los hago de nuevo luchando contra el viento que esta mañana está aún más helador si cabe.

Paso Galve de Sorbe y su castillo, y en Cantalojas paro en una cafetería a tomar un café, el cual no me apetece nada pero me permite refugiarme del viento azotador por 10 minutos. Está lleno de ciclistas equipados con sus mejores galas y bicicletas eléctricas para explorar el Hayedo de Tejera, y uno de ellos, muy agudo y observador, me pregunta si no tengo frío con mis guantes cortos (no olvidemos que salí de Alcalá con un sol reluciente y 28 graditos. Pero sí, fallo de planificación qué pasa).
Le contesto un espotánteo tú que crees, y le sonreí a pesar de todo, que no soy tan borde.

Y unos 4km más..... Sí!!! Giro al sur!! Por fin!!
Le grito improperios al viento. Lo machaco verbalmente. No te quiero volver a ver! Arrivederci en toda regla.
Y subo alegremente las rampitas de la pista blanca de Majaelrayo que deliciosamente me hacen entrar en calor.
Pero son duras, y son 3 puertos uno detrás de otro. Bueno despacito y buena letra que dentro de nada será todo bajada.
Las vistas espectaculares, el entorno el que tanto me gusta, salvaje y remoto de la sierra norte de Guadalajara. Una delicia, y estoy sola aquí. No defruadó el recorrido.

Y sí, al final llegué a lo alto del tercer puerto y solté freno a lo bestia en una bajada loca a Majaelrayo. Llegar aquí se siente como una victoria, y casi como haber terminado el reto. Quizá por tratarse de terreno ya tan conocido para mí. Pero aún me quedan 100km!

Tengo que renunciar a mis ideas de bajar a El Vado, volver por Valdesotos... y en su lugar tirar de carretera más de lo que me habría gustado. Pero no hay otra si quiero llegar a Alcalá en el día. De todos modos disfruto muchísimo la carretera hasta Tamajón, con las impresionantes vistas que no me canso de admirar: el gran Ocejón, la cresta de la Centenera tan familiar ya, las vistas hacia atrás de la pista blanca, los pueblos negros tan bellos que se atraviesan.

Después de almorzar en Tamajón el paisaje cambia y se vuelve más feo y seco. Hago dos salidas a camino; la primera bien, la segunda me lleva a propiedad particular así que vuelvo a carretera hasta llegar a Viñuelas, donde cojo camino otra vez, junto al río Torote porque me ha dicho un paisano que está en buenas condiciones.

Y sin novedad llego a Galápagos, desde donde ya no abandono la carretera hasta Alcalá.

Muy gratificante, muy variada, muy guay llegar en bici a estos rincones que siempre me embrujan, muchos de ellos de sobra conocidos y explorados tantas veces, y otros completamente nuevos que no hacen sino incrementar mi pasión por la zona.

Comments

    You can or this trail