Anatera y Secus

TRANSICIONES

Como si de un guiño del destino se tratase, hoy ha sido el día de las transiciones, y de todo ha habido.
Empezando por el cambio de hora que condicionaba los planes de la expedición, máxime cuando las circunstancias obligaban a ir en el día. Necesitábamos hilar fino con la ruta a elegir: orientación, valle objetivo, desnivel... terreno abonado para nuestro maestro del Scouting, Alber, quien propuso una ruta ya realizada por algunos miembros de esta familia montañera, Anatera más Secus, si bien Roberto no estaba entre ellos; la disfrutaría tanto como nosotros? Pues no. Una dolencia en su rodilla le obligaba a abandonar el proyecto. Otra vez será.
Así que nos quedamos el ideólogo y un servidor, comprometidos con la labor a desempeñar. Pero hoy no iba a ser un día fácil; en la aproximación con el coche hasta la salida planeada comienza el primer problema: la pista no se encuentra en las condiciones esperadas, un tramo de escasos 80 metros de nieve obligan a anticipar el punto de partida. La consecuencia es un porteo de más de 4,5 km. hasta el barranco donde empezariamos realmente la aventura, no era lo más propicio para mi recién diagnosticada hernia inguinal.
Una vez que la pendiente fue ganando en grados es cuando hicimos valer nuestra experiencia en el terreno, y también pusimos en valor los años acumulados de actividad. La primera, para escoger la línea ascendente adecuada; lo segundo, para ir perfilando la bajada posterior.
Y así continuamos sumando metros, trabajados, eso sí, debido a que Alberto no tenía su día, pero sin desfallecer, paso a paso...
En principio, la ruta no reviste especial dificultad, si bien ha habido dos circunstancias que complicaron la tarea, por una parte, el estado de la nieve, demasiado dura debido a un día no excesivamente soleado; por otra, la escasez de la misma que no ayudaba a que el ritmo fluyese según lo previsto. Consecuencia, 8 transiciones que ponían a prueba nuestra determinación por cumplir el objetivo. Pero no somos de abandonar a la primera de cambio, pese a tener que hacer gran parte de la subida y bajada del Secus con crampones. No es lo ideal, pero hay veces que toca ponerse el mono de trabajo.
En honor a la verdad hay que decir que la Montaña nos supo gratificar con una nieve excepcional en la bajada, donde dimos lo mejor de nosotros en todas las palas esquiables, especialmente el exigente descenso del Barranco entre numerosas rocas y árboles.
Al final, más de 8 horas y 20 minutos de aventura y cerca de 1.300 metros de desnivel y casi 19 km. Ahí es nada!
Pero hoy también ha habido una transición más: de silla y media a silla y tres cuartos😉